La noche estaba fría, a pesar de que era verano una brisa insistente se colaba entre los edificios, tratando de recordarme algunos poemas, cuando me fui a la cama anoche.
Tuve un extraño sueño, en el que Pablo Neruda Neruda, respondía a mis preguntas con sus versos.
•Pablo, ¿alguna vez pensaste que serías tan famoso?
El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.
•¿Quién es Pablo Neruda?
Soy un río. Si escuchas
pausadamente bajo los salares
de Antofagasta, o bien
al sur, de Osorno
o hacia la cordillera, en Melipilla,
o en Temuco, en la noche
de astros mojados y laurel sonoro,
pones sobre la tierra tus oídos,
escucharás que corro
sumergido, cantando.
•¿Eres feliz donde vives ahora?
Hay hombres
mitad pez, mitad viento,
hay otros hombres hechos de agua.
Yo estoy hecho de tierra.
Voy por el mundo
cada vez más alegre.
•¿Has vivido en muchos lugares, a donde sientes que perteneces?
A todo, a todos,
a cuantos no conozco, a cuantos nunca
oyeron este nombre, a los que viven
a lo largo de nuestros largos ríos,
al pie de los volcanes, a la sombra
sulfúrica del cobre, a pescadores y labriegos,
a indios azules en la orilla
de lagos centelleantes como vidrios,
al zapatero que a esta hora interroga
clavando el cuero con antiguas manos,
a ti, al que sin saberlo me ha esperado,
yo pertenezco y reconozco y canto.
• ¿Qué necesitas para ser feliz?
NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
• Qué has aprendido de la vida?
Hoy es hoy y ayer se fue, no hay duda.
•¿Cuál consideras que ha sido tu mayor legado como escritor?
DEJO mis viejos libros, recogidos
en rincones del mundo, venerados
en su tipografía majestuosa,
a los nuevos poetas de América,
a los que un día
hilarán en el ronco telar interrumpido
las significaciones de mañana.
•¿Un recuerdo?
Me preguntaron una vez
por qué escribía tan oscuro,
pueden preguntarlo a la noche,
al mineral, a las raíces.
Yo no supe qué contestar
hasta que luego y después
me agredieron dos desalmados
acusándome de sencillo:
que responda el agua que corre
y me fui corriendo y cantando.
Pablo Neruda recibe Premio Nobel de Literatura 1971.
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