©Por Glenda Galán

Desde un sillón de terciopelo rojo una escritora de cuentos para niños me visita en casa. Ese mágico sillón transporta respuestas e historias, sembradas por fuertes batallones de luz, que alumbran en estos momentos extraños por los que atravesamos; la mente creativa sentada sobre él es Kianny Antigua, capitana de coloridas palabras y personajes que nos hacen sentir un chin mejor, siempre que llegan a nuestro encuentro.

––––––––––––––––––––––––––

1. ¿Cómo te ha tocado vivir este tiempo dentro y fuera de casa? (Circunstancia, momento de vida y profesional, lugar…como quieras enfocar la pregunta).

Trabajando, desde el sillón rojo vino de terciopelo en la sala de mi casa, pero trabajando: enseñando, entrenándome, traduciendo, escribiendo. Las primeras semanas de esta pandemia fueron muy difíciles, la ansiedad, la impotencia, las injusticias y la duda reinaban. Pero con el tiempo, el positivismo y el trabajo mismo las cosas han ido “mejorando”. Empecé a leer y a caminar y eso ha ayudado a reparar el ánimo, a reanudar las fuerzas. Cuento, asimismo, con una familia hermosa, con una niña que me llena de luz y con un compañero incansable, un titán frente al batallón; sus fuerzas, mis fuerzas.     

2. Estos días has invertido la mayor parte del tiempo en:

Sembrar. Leo, escribo, trabajo con un editor en un libro de microcuento, con otro en un libro infantil y con una editora en la traducción de una novela; eso, además de mi trabajo como profesora de lengua, mis guerras, mi cometido como madre y la persona que friega, que lava, etc.

3. Escribes libros dirigidos a los más pequeños, una actividad que, según mi óptica, necesita transmitir esperanza y reforzar la curiosidad por todas las cosas que pasan en el mundo. ¿Te ha acompañado esa palabra “Esperanza” en este tiempo de incertidumbre? 

Sí, ahora más que nunca. De otro modo sería el final.

4. ¿Qué es lo que más ha despertado tu curiosidad en este tiempo?

Me hace mucha falta la bulla, la gente, el corre-corre, incluso; sin embargo, aprecio grandemente la oportunidad de poder sentarme a la mesa en familia (a diferencia de comer en el carro yendo de una actividad a otra), de sentarnos en el mueble a ver una película, de poder caminar.

5. ¿Hay algo que hayas aprendido de los niños que te haya ayudado a ver con ojos diferente el distanciamiento al que hemos sido llamados por la situación que atravesamos?

Las niñas y los niños son los sabios eternos. Entienden que el ejercicio es necesario, que divertirse es necesario y que estar presente es necesario; que mientras más colores apliques sobre el lienzo, más bonita sale la pintura. Las personas mayores nos ofuscamos mucho tras el velo de los deberes y se nos olvida entretenernos, coger y dejar, incluso, tantas veces, se nos olvida hasta reír. Cuando todo esto empezó a hacerse insoportable, escribí un cuento junto a mi hija de 8 años. Se titula “Mía Kills the Virus” (Mía mata el virus). Fue un ejercicio catártico, discutir con ella de lo que está ocurriendo, verlo desde su perspectiva y tratar de buscar formas para alivianar la situación, a través del poder de las palabras, fue sumamente enriquecedor. El virus seguirá vivo, pero ese texto ya cumplió su propósito. Asimismo, dibujar junto a ella pancartas con el lema Black Lives Matter y levantarlas en su primera protesta pacífica ha sido revitalizante. Hay tanto que podemos aprender de las y los chiquitines, de su honestidad, de su pureza; es cosa de prestar atención (y de no poder, por lo menos saber que es nuestra responsabilidad dejarles un mundo entejo, justo, vivible).     

6. ¿Has podido crear en este momento?

Sí. Aunque al principio parecía más bien una piedra (poco entraba, nada salía), hace unos meses empecé a escribir, primero poesía y luego cuento para adultos y para chiquitines, todo con la pandemia como tema principal. Ya luego de haber agotado el tema, pasé a otros… no menos terribles. Me gusta escribir acerca del comportamiento humano.  

7. Si tuvieras que escribir una historia para niños con el objetivo de alentarlos, en medio de este momento por el que atravesamos, ¿cómo sería el protagonista del cuento?

¡Ya lo hice y el libro ya está en producción! Se titula: Kiara y el virus / Kiara and the Virus y pronto saldrá bajo el sello Lightswitch Learning (Sussman Education). Kiara, quien es también el personaje principal en Greña / Crazy Hair, es una niña muy segura de sí, curiosa y amigable que, de buenas a primeras (¡como el resto!) tiene que quedarse en casa para protegerse y proteger a los suyos y al resto de las personas. Aunque es un texto infantil, este libro es una invitación al descubrimiento y plantea quizás la pregunta “¿Qué podemos hacer, tú y yo, para estar mejores, para ser un chin más felices, en medio de una situación como la que vivimos en estos momentos?”. 

8. ¿Sientes en ti algún cambio entre el primer día de restricciones para salir y el día de hoy? 

El primer día no fue el peor, todavía la cuestión se me hacía inverosímil, no tenía ni idea de la magnitud ni de la problemática del asunto. Hoy, cuatro meses después, tengo esperanzas de que, ya recuperada la tierra, ahora nos demos un chance los seres humanos.

9. ¿Has encontrado compañía en algún libro, poema, cuento? ¿Cuál?

Muchos. En estos últimos meses he leído (y estoy leyendo) de todo. A ver si recuerdo:

En cuento: Los mejores cuentos de Lev Tolstói (unos cuentos muy malos, por cierto); Ellas cuentan. Antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EE. UU., edición de Gizella Menesses y Melanie Márquez-Adams (unos cuentos muy buenos, por cierto); y Nine Wicked Tales (en proceso), de Margaret Atwood.

En poesía: Ugly Music, de Diannely Antigua; Ritos de pasaje, de Kadiri J. Vaquer Fernández; y Árbol, de Carlos Roberto Gómez Beras.

En novela: Número Ocho, de Farah Hallal; Los testamentos de Margaret Atwood; Los detectives salvajes (en proceso), de Roberto Bolaño; Homo Deus, de Yuval Noah Harrari (en proceso); leo y releo, Dominicana, de Angie Cruz.

En fotonovelarte: Carmen, de Josefina Báez.

10. Un libro para niños que te encanta es:

Cuando Mía estaba pequeña nos enamoró The Napping House, de Audrey Wood, un libro inteligente y divertido. También me encanta Quick as a Cricket (en su versión original. La versión en español no me gusta (considero que no está bien traducida). Este libro me llega por su sencillez e invaluable mensaje. Y claro, uno de mis libros favoritos, para cualquier edad, es Sábado de ranas, de nuestra Farah Hallal. ¡Qué chulada de libro! Mejor no te cuento el porqué y te invito a leerlo. ¿Vale?

11. Un recuerdo de tu niñez que te ha marcado positivamente es:

Todos los recuerdos que tengo de mi abuela materna (¡hasta las pelas!).

12. La niñez es:

La luz.

ka


Kianny N. Antigua [SFM, RD ~ 1979] Escritora y traductora. Trabaja como profesora titular en Dartmouth College (New Hampshire, EE. UU.). Ha publicado catorce libros de literatura infantil, cuatro de cuento, dos poemarios, una novela, una antología, una revista y un libro de microrrelatos. Ha ganado dieciséis premios literarios y sus textos aparecen en diversas antologías, libros de texto, revistas y otros medios. Algunos de sus relatos, además, han sido traducidos al italiano, al francés y al inglés.