Jorge Ramos es uno de los periodistas más conocidos de la televisión hispana, dentro y fuera de los Estados Unidos, quien ha protagonizado algunas polémicas en el ejercicio de sus labores, entre ellas, cuando intentó preguntarle a Donald Trump (en ese entonces candidato presidencial) sobre sus propuestas de inmigración, a lo que, este respondió mandándole a sentar, pues no le había dado la palabra, para luego mandarlo a sacar de la sala. En ese entonces, Ramos nos concedió esta entrevista en la que el periodista nos habla de lo que para él es el mejor oficio del mundo, su profesión.
Gracias a Univisión por hacer posible este encuentro.
- ¿Saliste de México porque sentiste la censura, ¿crees que ha cambiado algo esa situación en tu país?
Ha cambiado. Yo me fui como muchos periodistas porque había una censura directa a los medios de comunicación. No se podía hablar mal o criticar al presidente. Era una dictadura de un partido político que estuvo setenta y un años en el poder.
Las cosas han cambiado. Hay grandes periodistas en México que se han atrevido a ir cambiando las cosas, pero ahora el temor no viene directamente por censura del gobierno, sino porque te matan. En los últimos diez años han matado a más de ochenta periodistas mexicanos, de acuerdo a Reporteros sin fronteras. O sea que ya el problema no es la censura del gobierno que sigue existiendo, no como censura sino como fuertes presiones. El principal problema es que si a alguien no le gusta la información que estas sacando(particularmente grupos criminales y de narcotráfico), te matan.
- Hablando sobre ese problema del narcotráfico. ¿Crees que legalizar las drogas ayudaría a salir de este problema o agravaría la situación?
México es la principal ruta del transporte de las drogas que vienen de Sur América hacia Estados Unidos, así que mientras hayan en Estados Unidos veinte millones de personas que como en el último mes hayan consumido algún tipo de droga, alguien las va a tener que vender y esto está pasando por territorio mexicano. México y los países productores de drogas están poniendo los muertos y Estados Unidos los consumidores. Mientras eso no cambie el problema del narcotráfico va a continuar. La legalización de las drogas en Estados Unidos, lejos de ayudar a que las cosas cambien por el contrario, estaría solo fomentando mayores rutas de narcotráfico particularmente de marihuana desde México a los Estados Unidos.
- Tú, que has entrevistado a tantas personalidades entre ellos escritores famosísimos, presidentes ¿A quién te falta por entrevistar?
Me falta el Papa. Me encantaría hablar con el Papa Francisco, creo que aunque no soy católico, es una persona que aprendió de sus errores cuando trabajó en Argentina, que se ha atrevido a hablar sin miedo, que está enfrentando el problema del abuso sexual de sacerdotes en la iglesia Católica como nunca antes, que ha demostrado gestos hacia la comunidad homosexual, que es un Papa abierto a pesar de su edad es un Papa joven y eso me llama poderosamente la atención. Me encantaría poder hablar también con Dalai lama. Curiosamente son dos figuras religiosas a las que no tengo acceso, pero que a mi que no soy una persona religiosa me llaman muchísimo la atención.
- ¿Porqué dices que no eres religioso, no crees en nada o tienes algunas creencias personales?
Yo creo que elegí la mejor profesión, donde hay que dudar de todo. Y cuando yo era niño me tocó crecer en una escuela católica en donde los sacerdotes encargados de la escuela nos golpeaban en las manos, entre muchas otras partes. Y crecí con ese miedo hacia los sacerdotes. Rápidamente me desencanté no podía ser que estos sacerdotes fueran representantes de algo bondadoso, generoso y poderoso y perdí la fe. Crecí sin fe y cuando fui mayor, de pronto todas las dudas empezaron a surgir.
Te juro que quisiera tener fe, pero yo no tengo la certeza de que cuando esta vida se acabe, va a haber algo más. Nada me haría meas feliz que volver a ver a mi padre o amigos, pero no tengo esa certeza . Así que ojalá que esté equivocado. Pero vivo bien, es la vida que escogí y ser agnóstico me parece que es, desde mi punto de vista y para mí, una posición lo más honesta posible.
- Tu saliste de México con muy pocas cosas, entre ellas una mochila, una carpeta y una guitarra. Háblame de ese instrumento, ¿qué significado tenía para ti?
La guitarra pudo haber sido una posibilidad. Estudié durante diez años guitarra clásica y tocaba a Bach, a los grandes de la música.
- ¿Aún la tocas?
No, fui perdiendo desafortunadamente la capacidad de tocar guitarra y en un momento dado tuve que escoger entre terminar mis estudios de guitarra clásica y terminar como guitarrista en un conservatorio, dando conciertos o dedicarme al periodismo, cuando entré a la Universidad. Y qué bueno que lo hice, porque con la guitarra no podía decir las cosas que quería. La guitarra me limitaba y pensé que con mi boca y mis manos podía expresarme mejor y a sí en un momento dado dejé la guitarra. Ahí la tengo guardada, curiosamente la misma guitarra que me traje de México.
A veces la saco y la toco, pero me frustra mucho no tener la destreza que tenía. Aún así me recuerda un gran momento de mi vida, un momento lindo, de muchas esperanzas.
- Qué tipo de música te gusta escuchar?
Si te digo, entonces voy a demostrar mis cincuenta y siete años.
Crecí en una época en la que Los Beatles eran la gran banda. En esa época la radio se escuchaba más en inglés que en español. También escuchaba a Joan Manuel Serrat. Me gustan Sting y Maná. Son grupos que forman parte de épocas de mi vida, algo así como la banda Sonora de cuando fui creciendo. Ahora me toca renovarme y aprender a conocer música, sobre todo en español, con la que no me tocó crecer.
- En un mundo tan difícil como el de la televisión, donde importan tanto los ratings y los patrocinadores, ¿cómo preservar la ética?
Parece la cosa más sencilla del mundo, pero es decir la verdad. Decir las cosas tal y como las ves. En el periodismo lo único que importa es que te crean. Y si no te creen no sirve absolutamente de nada. Entonces se trata de hacer la o las preguntas difíciles a los que tienen el poder, se trata de reportar lo que estas viendo aunque a muchos no les guste. Se trata de cuestionarlo todo y a nadie le gusta que llegues y le estés cuestionando todo el tiempo. Esa es la única manera de que como periodista puedas sobrevivir. Sino, duras uno o dos años y luego nadie te sigue. Pero el hecho de que te sigan a ti y no a otras personas, significa que la gente te cree. En el momento en que la gente no te cree, no sirves como periodista.
- Hiciste una entrevista al presidente de Bolivia Evo Morales en la que él paró la entrevista, ¿tu volverías a entrevistarle?
Claro, yo no creo que haya entrevistados a los que no se le deba uno acercar, tanto a Evo Morales o como Donald Trump, hay que llegar y siempre entrevistarlos. Y no creo que haya preguntas prohibidas. Evo Morales después de seis minutos de entrevista decidió parar, dijo que no quería continuar con la entrevista y tiene todo el derecho de hacerlo. Yo tengo el derecho a preguntar y él tiene el derecho a no contestar o a no darme la entrevista. Por supuesto que me encantaría volver a hablar con él, me encantaría volver a hablar con Fidel Castro. Me encantaría hablar con muchos de ellos. Creo que es muy importante llegar a las entrevistas con la convicción de que puede ser la última entrevista que puedas tener con ellos. Así llegas con una actitud distinta, porque no estas esperando de quedar bien y eso cambia totalmente la actitud ante un entrevistado.
- Te vi hablar Con Ismael cala sobre esto, de que cada periodista toma un rumbo al hacer su trabajo, ¿Cuál es el rumbo que tu decidiste tomar de cara a tus entrevistados?
Creo que todos nos podemos dedicar a distintas cosas, hay quién se siente más cómodo escribiendo, otros haciendo periodismo de investigación, otros siendo corresponsales de guerra. Yo, después de tanto tiempo trabajando en el estudio, me di cuenta que me funcionaba bien entrevistar y confrontar a los que tenían el poder y tratar de evitar el abuso de los que tenían el poder. Y eso me he dado cuenta que me funciona. La gente sabe que si habla conmigo lo voy a cuestionar, pero al mismo tiempo, que voy a darles la oportunidad de decirme las cosas en las que en verdad creen. Eso es lo que he escogido en mi vida.
- Una entrevista muy polémica en República Dominicana fue cuando entrevistaste al ex presidente Hipólito Mejía. En esa entrevista Mejía da unas declaraciones de una manera muy particular, con la forma de él hablar. Sin darse cuenta de que las cámaras seguían rodando él hizo dos comentarios, uno sobre los homosexuales y otro sobre un camarógrafo de piel negra. ¿Qué pasó ahí?
El sabía que las cámaras estaban rodando. En ningún momento estuvimos off the record eso lo que significa es que si alguien te dice que estamos off the record (fuera de grabación) en ese memento dejas de grabar, dejas de reproducir lo que te está diciendo. Habían varias cámaras que seguían grabando, tanto así que se estaban moviendo al rededor de nosotros.
- Pero él había dado la entrevista por terminada, tal ves el pensó que …
El problema es que la entrevista no había terminado. Él puede haber pensado lo que quiera. La realidad es que las cámaras seguían rodando, la realidad es que él no pidió que a partir de ese momento fuera off the record y tercero, y creo que eso es lo más grave, él dio dos declaraciones sumamente controversiales. Entonces, si hablas así, tienes que ser responsable de tus palabras. Las palabras importan, te estén grabando o no te estén grabando.
- Pero para un periodista lo que importa es lo que no está off the record, pues lo que está off the record no puedes sacarlo al aire.
Si él hubiera dicho que estábamos off the record, es decir que no podíamos seguir grabando, lo entiendo, pero él sabía perfectamente que había cámaras a su alrededor que lo estaban grabando. Entonces en ese sentido el presidente hizo dos comentarios sumamente controversiales. Me parece que cualquier líder latinoamericano debe respetar todas las minorías y no solo respetarlas, sino defenderlas. Y él en esos dos comentarios claramente no lo hizo.
- ¿Qué opines sobre la situación que están atravesando República Dominicana y Haití?
Yo como inmigrante en los Estados Unido, veo todos los días lo que es el rechazo en contra de los indocumentados en este país. Me parece que lo que yo quisiera para otros inmigrantes como yo, tanto en Estados Unidos como en República Dominicana, como en Europa o Asia, es que trataran a otros inmigrantes con la generosidad que me trataron a mí.
Estados Unidos ha sido un país maravilloso conmigo, no solo me abrió las puertas, sino que pude obtener mi residencia y luego convertirme en ciudadano de los Estados Unidos. Así que sin meterme directamente a lo que es la política de República Dominicana, yo quisiera que República Dominicana pudiera tratar a otros inmigrantes, con la misma generosidad con la que yo he sido tratado en Estados Unidos.
- ¿Crees tú que Estados Unidos tiene moral para opinar sobre este tema migratorio, de cara a cómo ha tratado a algunos de sus inmigrantes?
Y tienes razón, el problema es cuando hablamos de Estados Unidos, de quién hablamos, estamos hablando del gobierno del presidente Barack Obama, que quiere legalizar a once millones de inmigrantes indocumentados, el congreso de los Estados Unidos, el senado lo quiere hacer, pero la cámara de representantes no lo quiere hacer. La mayor parte de los diecisiete candidatos del partido Republicanos no quieren legalizar a los inmigrantes indocumentados.
Así que yo lo que te diría es que en Estados Unidos existen dos Fuertes Corrientes: una que abraza a los inmigrantes, siguiendo una larguísima tradición de apoyo a los que vienen de fuera. Recuerda que aquí, en Estados Unidos hay cerca de treinta millones de personas nacieron en el exterior, cerca del quince por ciento de la población. Y luego hay una fuerte tendencia anti inmigrante, que rechaza a los once millones de inmigrantes indocumentados que están ahí, e incluso a muchos que están documentados. De tal forma que sí, que podemos opinar y debemos opinar. Cuando yo veo que tratan mal a otros inmigrantes en cualquier otra parte del mundo, debemos ser los inmigrantes los que debemos salir a denunciar eso, absolutamente.
- He notado que en muchas de tus apariciones en la televisión te vistes de azul, ¿es por algo en especial?
Me siento muy a gusto, lo segundo es que no tengo que pensar en las mañanas y tercero, me toca hacer entrevistas durante toda la semana, esas entrevistas las tengo que presentar el viernes o el domingo en el programa o los martes en el programa en inglés. Así que si me visto siempre igual hay una continuidad y no te das cuenta de si grabé el lunes o el jueves. Es una cosa muy práctica.
- Si un lector que no conoce lo que has escrito quisiera empezar a leer tus libros, ¿con cuál libro debería empezar?
Si me quieren conocer, empezaría con un libro de cartas que le escribí a mis hijos Paola y Nicolás, que se llama Cartas a mis hijos, regalo del tiempo, porque es lo que yo quiero dejarles a ellos. Si quieren saber lo que he hecho profesionalmente, pues estoy a punto de sacar un Nuevo libro que se titula “Lecciones de rebeldes y poderosos” sobre mis treinta años de entrevistas.
- Si menciono la palabra memorable, ¿qué entrevista de las que has realizándote viene a la mente?
Yo creo que mientras más malos mejor para entrevistar. Las personas con personalidades Fuertes siempre tienden a generar tensión. Es mucho mejor hablar con aquellos que tienen puntos de vista fuertes, a aquellos que son como muy blandos. Memorables para mí, las entrevistas con Hugo Chávez en la que casi acabamos peleados en cámara. Memorable es ir a la Casa Blanca y tener la oportunidad de conocer al hombre más poderoso del mundo y darte cuenta que en sus manos están nuestras vidas. Memorable es ir a la frontera y hablar con los inmigrantes que están a punto de morir y que lo dejan todo para venir. Esas son las entrevistas que más me han marcado a mí. Luego a nivel personal hay unas que te tocan. Recuerdo que cuando murió mi papá, Isabel Allende, sentados así, como estamos tú y yo, me dijo que las personas que queremos nunca mueren porque repetimos sus gestos y sus movimientos, y que en un momento dado yo iba a descubrir en mí a mi padre. Y así ha sido, he empezado a descubrir en mí cosas de mi papá. Esas son las entrevistas memorables que arrastras toda la vida.
- De las cinco guerras que has cubierto, ¿cuál ha sido la más difícil de olvidar?
La que nunca puedo olvidar es la Guerra en Afganistán, porque hice una absoluta tontería, una estupidez que fue irme solo a Afganistán. Ir a Pakistán y cruzar la frontera hacia Afganistán y luego a Tora Bora, donde en ese momento se encontraba Osama Bin Laden. Las condiciones eran tan malas habían matado a varios periodistas en la carretera desde Pakistán hacia Tora Bora, que fue una estupidez. Quería estar donde estaba ocurriendo la noticia, pero jamás debí haberme ido solo. Me sentí sumamente expuesto en el camino hacia Tora Bora. Había contratado a dos guerrilleros para que me llevaran con seguridad hacia el lugar y uno de ellos empezó a jugar con su fusil y empezó a jugar apuntándolo al mentón, hasta que yo le dije: “si tu me cuidas, yo te cuido”. Y recuerdo que todo fue una cuestión de dinero. Me habían recomendado no llevar billetes de alta denominación y yo saqué de mi bolsillo unos billetes de un dólar, le habré dado diez o quince dólares. Al ver que era un fajo de billetes, los tomó y al llegar al hotel, me dejó ir.
- ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que te ha dado el periodismo en todos estos años de ejercicio profesional?
Yo creo que cuando yo comencé en esto, lo que quería era ir a los lugares donde el mundo cambiaba y conocer a las personas que cambiaban el mundo. La mayor satisfacción que me da el periodismo me la sigue dando ahora es que tengo esa posibilidad de haber conocido a las personas que han cambiado el mundo, a las personas que están cambiando el mundo y la mayor satisfacción es a los cincuenta y siete años, seguir trabajando y que la gente me siga creyendo. Sería terrible, después de una vida en esta profesión que no te creyeran. Así que escogí como dice Gabriel García Márquez: “el mejor oficio del mundo”. Es un privilegio y una responsabilidad, pero sin la menor duda es el mejor oficio del mundo.
Esta entrevista se realizó en septiembre de 2015, en Univisión.
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