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Legué a Miami en el 2006, cuando Wynwood se desarrollaba aceleradamente, con sus galerías de arte por todas las esquinas y sus hípsters llenando los espacios de aquella fiesta artística.

Con el tiempo, muchas galerías cerraron sus puertas y vi cómo cambiaba el barrio, al tiempo que yo también cambiaba –siempre digo que Wynwood y yo hemos crecido juntos.

A pesar del cierre de galerías, se seguía llevando a cabo Wynwoods Walks, los segundos sábados de cada mes, una noche que iniciaba, generalmente, en Wynwood Walls y seguía con la visita a los diversos establecimientos de la zona, como Panther Café o Joe’s. En esa época, casi todos éramos locales, disfrutando la creación de los grafiteros y muralistas que trabajaban frente a nuestros ojos. embelleciendo espacios por los que casi no se podía caminar, por el flujo de personas que disfrutábamos de esa iniciativa.

En ese tiempo visité la galería de arte de Ada Balcácer, donde se exhibían las obras de Scherezade García y Máximo Caminero, entre otros artistas. Así empezó una amistad que hasta hoy atesoro, y que me ha permitido conocer más de cerca el trabajo de esta gran artista dominicana.

La llegada de los food trucks hizo de Wynwood walks una feria de olores y sabores y lo que empezó como un tour por las galerías, que aún permanecían en el área, se fue convirtiendo en un paseo al aire libre y contemplación de murales.

Así se transformó Wynwood en una de las galerías más grandes de murales al aire libre y también nació, en el Art District – la primera cervecería artesanal, a gran escala, de Miami: Wynwood Brewing Company –también, se fueron llenando los locales vacíos con restaurantes y tiendas diversas.

Hace poco fui invitada por HispanoPost a contarles un poquito sobre los murales que más me gustaban de Wynwood y, la verdad es que, tuve que ir unos días antes de la filmación para constatar que los murales de los que iba a hablarles, aún seguían embelleciendo sus paredes. Algunos permanecían, otros, lamentablemente, no. Eso es Wynwood, cambio constante, creatividad e invitación a caminar rodeados de colores y formas impresionantes. Eso es ahora, ya veremos si en unos años sigue siendo esto en lo que se ha convertido, si pueden subsistir los grandes murales y convivir con las nuevas edificaciones que se levantan donde alguna vez se situó el distrito de la moda judío, antes de que los negocios de confección se mudaran a los países asiáticos, y donde creció una gran comunidad puertorriqueña, que ha ido moviéndose a otras áreas de Miami.

Wynwood es, actualmente, un punto turístico visitado por miles de personas, entre los que también hay locales que se dedican a tomarse fotos frente a sus murales y a disfrutar de su energía y gastronomía. Yo sigo siendo una observadora de sus transformaciones, que también se transforma.