Por Glenda G.
IV
Martha me ofrece un tinto de verano, que, aunque no se compara con el que disfrutamos hace dos días detrás del pabellón dominicano de la Feria del Libro de Madrid, es un buen comienzo. Este, servido en un local del lado opuesto, resulta más aguado y, lamentablemente, más caro.
—¿Lo...
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