re

Por Ramón Saba

Nació en San Pedro de Macorís el 9 de mayo de 1937 y murió en Santo Domingo el 20 de diciembre de 1972 a causa de un accidente automovilístico en la avenida George Washington (Malecón). Poeta, narrador y publicitario. Nieto del poeta Federico Bermúdez.

A finales de la década del 1950 se traslada a Santo Domingo donde inicia estudios de derecho en la Universidad de Santo Domingo, los que dejó de lado por sus actividades políticas en contra del régimen dictatorial que ejercía el tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, lo que provocó que fuera hecho preso y torturado por los esbirros al servicio del sátrapa; posteriormente enviado a un exilio forzado a la vecina isla de Puerto Rico regresando a Santo Domingo en el año 1962 para dedicarse casi por completo a sus actividades literarias; sin embargo su ideal patriótico lo lleva a participar en la Revolución de Abril del 1965,que propugnaba por el regreso al poder del depuesto presidente constitucional Juan Bosch, en la cual fundó junto a otros escritores el grupo literario El Puño, entre ellos Iván García Guerra, Armando Almánzar, Jeannette Miller y Miguel Alfonseca entre otros.

Posterior a la Guerra de Abril se dedicó casi  por completo a la labor publicitaria, creando junto a su socio José Augusto Thomén una agencia que bautizaron con sus iniciales: Retho Publicidad. También incursionó en la televisión con un programa semanal de variedades llamado Sábado de Ronda. Fue articulista y se relacionó con el quehacer radiofónico a través del programa “Montecarlo” en HIJB.

Con René del Risco Bermúdez la literatura dominicana se integra de lleno al denominado “boom” de la literatura latinoamericana. Su interés por la escritura de cuentos y la poesía lo vinculó con agrupaciones culturales como El Puño de la que formó parte y La Máscara donde confirmó su vena literaria siendo premiado uno de sus cuentos y se dice que fue responsable de integrar las letras dominicanas al denominado “boom” de la literatura latinoamericana. Poseedor de un excepcional carisma producto de su excelente manejo en los medios de comunicación y de una gran calidad como poeta y sobre todo como narrador, René se sitúa en posición privilegiada frente a muchos escritores dominicanos.

El viento frío (poesía);  Ahora que vuelvo Tom, En el barrio no hay banderas (cuentos); Cuentos y poemas completos y El cumpleaños de Porfirio Chávez (novela publicada posteriormente a su muerte) son títulos que engloban parte de su legado.

Su gran amigo Freddy Ginebra asevera que ”Siempre quise escribir sobre René pero no sabía cómo hacerlo. No soy crítico literario y ya sobre él, los entendidos le han dado su puesto en la literatura dominicana. Apenas fui uno de sus lectores más fervientes, pero pensé que quizás dentro de estas manualidades que escribo cada domingo, encajaría como parte de mis vivencias inolvidables. Hablaría de René el amigo, que creo es tan importante como su valoración de escritor y artista. A mi juicio mucho mejor, pero bien, allá cada quien.”

El intelectual Miguel D. Mena asegura que “René del Risco nos escribió desde la piel, sintiéndola sin resentimientos, pero si con la tinta de su sangre. Y a pesar de eso, la fuerza innovadora de sus metáforas y el constructo narrativo serán más significativos que toda lectura documentalista. La suerte será que uno no excluye lo otro. También un texto habla de su tiempo y con ello nos hace enraizarnos con cierto principio de realidad. Lo importante será sacarle poesía a uno y a otro para así acceder a nuevas y mejores concepciones sobre lo moderno que se nos viene encima.”

Por otro lado la articulista Ángela Peña recuerda que “Estuvo apenas treinta y cinco años en este mundo pero, en tan breve tiempo, combatió con ardor y sin temores la tiranía trujillista, luchó en la revolución constitucionalista de abril de 1965, publicó narraciones, poesía, fundó grupos literarios, compuso canciones, creó empresas, produjo populares programas en la radio y la televisión y dejó a su descendencia el legado de su sensibilidad humana y el regalo de sus lauros pues su canto, sus cuentos, sus versos originales, superiores, enriquecedores, hermosos, merecieron el reconocimiento general.”

La poeta Isis Aquino nos indica que “su poética introduce a la ciudad en el texto convirtiéndola en reflejo de la vida interior de sus habitantes, significado de sí misma, significado del sentimiento de quien la describe y la canta.” Y sobre la novela El Cumpleaños de Porfirio Chavez asegura que “esta fue la primera novela dominicana ambientada en la tiranía trujillista, tema este que ahora mismo está tan manido que nada sorprende, pero en su tiempo, de haberse terminado y publicado en vida del autor, hubiese sido una gran acontecimiento.”

El poeta Bernardo Silfa Bor expresa que “Lo cierto es que René es un importante poeta y genial publicista. Su pronta muerte le quitó a la literatura dominicana una de sus mejores plumas.”

 

De otro lado, el también poeta y gestor cultural Omar Messon expone que “René poseía una vena especial, siendo poeta muchas veces se denunciaba como narrador y siendo narrador no podía frenar su vena poética, un ejemplo de esto es Se me fue poniendo triste Andrés, en este cuento es innegable la influencia del Dostoievski de La Mansa, su lirismo es insoslayable a veces mezclado con existencialismo y a veces apegado a una tradición citadina en donde enaltece al ser de la ciudad.”

 

El escritor  Miguel Felipe resalta sobre René del Risco que “Indudablemente latía en sus venas más el narrador que el poeta. Pesaba mucho en él la necesidad y seguridad de comunicar, de denunciar. Eso determinaba, como en otros poetas de su tiempo (por el tiempo mismo en parte), un decir poético directo, más comprometido con lo social que con el desarrollo de las técnicas y la imaginería de su arte. En cambio el narrador mostraba ya una madurez creciente, definitoria de los que serían sus instrumentos naturales para contar, pero siempre tintados de una equilibrada respiración poética. “

El dramaturgo y narrador Ivan García Guerra apunta con absoluta convicción que “Fue uno de los nuestros. No perteneció a La Máscara, era miembro de El Puño (*Grupos literarios de esa época). Es una lástima que se fuera tan pronto, sin poder desarrollar su talento y sensibilidad.”

El reconocido crítico Pedro Conde Sturla señala graciosamente por su parte que “Del Risco nació en Macorís del mar, tierra de peloteros y poetas, y en la práctica soñó con ser ambas cosas. La pelota, como deporte, se respiraba en el aire: la poesía la llevaba en la sangre, siendo  nieto de Federico Bermúdez, el notable cantor de Los humildes. Hoy se sabe que descolló como animador, publicista, narrador y poeta, aunque no como pelotero. Eso sí, fue fanático irreductible de los Tigres del Licey.”… y en tono más serio agrega “ Como tantos jóvenes de la época, Del Risco participó –ya se he dicho- en la lucha política antitrujillista dentro del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y conoció temprano la cárcel. Allí sufrió vejaciones y torturas que no doblegaron su espíritu, pero dejaron huellas en su cuerpo, un cuerpo que mostraba las clásicas quemaduras de de cigarrillos en las espaldas y señales inequívocas de martirio en las uñas.”

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS con un hermoso soneto clásico integrado por versos endecasílabos y rima consonante de la autoría de René del Risco Bermúdez:

Soneto TIEMPO DE ESPERA

Casi muriendo ya, sólo en la espera

del  prometido día sin quebranto,

sobre la dura piedra de mi canto

establecí mi Patria verdadera.

 

Aparté mi lucero, mi bandera

de amarga soledad alzada en tanto

nutrí de dura luz mi desencanto

de paloma angustiada y prisionera.

 

Aquí mora mi voz, aquí en la esquiva

soledad donde espero la misiva

de alegre fuego o muerte mensajera;

 

aquí se nutre el arpa, aquí detengo

el poderoso arco que sostengo

para que el entusiasmo no se muera.

 

 

saba