Frank O’Hara vivió solo 40 años, dejando como testimonio de su intensa vida sus irónicas obras y poemas, que delataban cuan Newyorkino era, a pesar de haber nacido en Maryland, Baltimore.00Fuertemente influenciado por Rimbaud, Mallarmé, Apollinaire, Pasternak y Maiakovsky, la poesía de O’Hara es una poesía directa, personal y callejera, una poesía del día y del momento. Su segundo y último poemario completo, Lunch Poems, publicado en 1964 (dos años antes de su muerte) está todavía  considerado como uno de los más influyentes en la poesía en inglés de la segunda mitad del siglo XX.

Estudió música y literatura en Harvard y luego cursó una maestría en la Universidad de Michigan. Al terminar sus estudios empieza a trabajar en el Museo de Arte Moderno de New York, donde trabajó toda su vida. Muere en 1966 como consecuencia de un golpe recibido por un catamarán, mientras vacacionaba en Fire Island Beach.

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Canción

¿Me viste caminar por los talleres de Buick? Pensaba en ti
tomando una Coca en el calor. Fue tu rostro
que vi en la revista de cine. No era la de Fabián. Pensaba en ti

y por las vías de tren donde la estación
ha desaparecido misteriosamente
pensaba en ti.
Mientras el camión se alejaba en el crepúsculo pensaba en ti

y justo ahora.

 

Canción

(1960)

Estoy atrapado en el tráfico en un taxi, lo que es típico
y no solo de la vida moderna.

Lodo trepa por el enrejado de mis nervios. Deben los amantes de Eros terminar con Venus muss es sein? es muss nicht sein, te digo.

Cómo odio la enfermedad, es como preocuparse que se vuelve cierto
y simplemente no debe ser capaz de ocurrir

en un mundo donde tú eres posible,
mi amor,
nada puede salir mal para nosotros, dime.

 

 

Por qué no soy pintor

No soy pintor, soy poeta.
¿Por qué? Creo que preferiría
ser pintor, pero no lo soy. Y bueno,

por ejemplo, Mike Goldberg
empieza un cuadro. Paso a visitarlo.
“Siéntate y bebe algo”, me
dice. Bebo; bebemos. Alzo
la mirada. “Dice SARDINAS”.
“Sí, le faltaba algo ahí”.
“Ah”. Me voy y pasan los días
y otra vez paso a visitarlo. El cuadro
sigue su curso, y me voy, y pasan
los días. Paso a visitarlo. El cuadro está
terminado. “¿Qué fue de SARDINAS?”.
Tan solo quedan letras
sueltas, “Era demasiado”, dice Mike.

¿Y yo? Un día pienso en
un color: naranja. Escribo un verso
sobre el naranja. Muy pronto hay una
página entera de palabras, no unos versos.
Después, otra página. Debería haber
mucho más, no más del naranja, más
palabras, sobre cuán terribles son el naranja
y la vida. Pasan los días. Hasta está en
prosa, soy un poeta auténtico. El poema
está terminado y aún no mencioné
el naranja. Son doce poemas, lo llamo
naranjas. Y un día en una galería
veo el cuadro de Mike, se llama SARDINAS.

 

Why I Am Not a Painter // I am not a painter, I am a poet. / Why? I think I would rather be / a painter, but I am not. Well, // for instance, Mike Goldberg / is starting a painting. I drop in. / “Sit down and have a drink” he / says. I drink; we drink. I look / up. “You have SARDINES in it.” / “Yes, it needed something there.” / “Oh.” I go and the days go by / and I drop in again. The painting / is going on, and I go, and the days / go by. I drop in. The painting is / finished. “Where’s SARDINES?” / All that’s left is just / letters, “It was too much,” Mike says. // But me? One day I am thinking of / a color: orange. I write a line / about orange. Pretty soon it is a / whole page of words, not lines. / Then another page. There should be / so much more, not of orange, of / words, of how terrible orange is / and life. Days go by. It is even in / prose, I am a real poet. My poem / is finished and I haven’t mentioned / orange yet. It’s twelve poems, I call / it oranges. And one day in a gallery / I see Mike’s painting, called SARDINES.