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©Por Glenda Galán

Denisse Español es una poeta dominicana que se arriesga a quedar desnuda, vulnerable ante el lector, algo que hacen los buenos poetas y que ella ha sabido heredar poniéndolo en práctica de manera muy particular.

Me gusta de ella su sencillez al escribir, sin que esto suponga falta de oficio en su poesía, esa sensibilidad  que emana del hecho de ser mujer y artista más allá de ella misma.

Siempre es una grata ocasión conocer a mujeres poetas que le devuelven a uno la esperanza de que  siempre habrá una voz que no deje morir este género literario; en esta entrevista ella nos permite conocer un poco de su trayectoria y de su nuevo libro Mañana es ningún día.

 

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• Cuéntame sobre Mañana es ningún día, ¿Cómo se gestó este libro?

Mañana es ningún día es la recopilación de mi trabajo poético. Es una selección de poemas, en su mayoría de los últimos cinco años. Escritura en noches tempranas y amaneceres. Todo surge a raíz de mi cortísima participación en algunos eventos de poesía en el país, para los cuales tuve el deber de organizar y revisar mi trabajo.

 

• ¿Cómo está estructurado el libro?

El libro está organizado por temáticas, pero no tiene divisiones físicas. Tres grandes áreas que finalmente se entremezclan y se cruzan en sus fronteras conviviendo unas con otras… Amor-desamor, libertad y fuerza, es imposible que estos tres conceptos no tengan influencias el uno sobre el otro.

 

• ¿Qué te gustaría dejar en el lector con esta obra?

Siempre digo: versos abrigo, versos de viento, versos cuchillos, hay de todo lo que necesitas. Trato de expresar mis ideas y conceptos con palabras simples y cotidianas, aunque la raíz sea un tema fuerte o profundo. De esto resulta una poesía para todos: para mi tía, para mi abuela, para el amigo de mi hermana. Si te llega un verso y lo haces tuyo, ya soy feliz.

 

• Un poema especialmente significativo para ti (puede ser tuyo o de otro poeta).

Mis poemas favoritos no son míos. Mis poema favorito en la actualidad es ¿Cómo seré…? de Ángel González.

¿Cómo seré …?

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.

Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Ángel González

 

• Referentes literarios.

Tengo muchos maestros, muchos ejemplos a seguir dentro de mi línea de escritura, es obvio que está Ángel González, al igual que Billy Collins, Cortázar,  Murakami, Naomi Ayala y muchos otros.

 

• Referentes musicales.

Tengo dos nombres, que están sobre todos los nombres,  Gustavo Cerati y Joaquín Sabina. Pero realmente escucho casi todo tipo de música. Escucho también, salsa, merengue y bachata, porque me encanta bailar y estar de fiesta. Además, hay inspiraciones muy carnales con referencia a estos ritmos y sus letras, un encadenamiento directo con la sociedad y de cómo el sentir del pueblo se va generando (y degenerando).

 

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• Un lugar poético de Santo Domingo es…

Hace muchos años que no vivo en Santo Domingo. Siempre he dicho que los lugares son más hermosos cuando los recuerdas. Creo que diría que un lugar poético es la calle Salome Ureña de la Zona Colonial, esa que hace esquina con la José Reyes, ahí donde estaba el bar Ocho Puertas. Es una foto estancada en mi memoria.

 

• ¿Es la arquitectura poesía o la poesía arquitectura?

La arquitectura, mi pasión y mi manera de vivir… Cuando creas arquitectura lo vas haciendo a través de una historia que te comunica cada cliente, diversas partes o secciones que se van entretejiendo sucesivos y con necesidades muy específicas. Eres, como arquitecto, un traductor formal de deseos. Puedes lograr armar situaciones y evocar sentimientos con tu trabajo. Yo digo que la arquitectura es como un cuento. Los espacios creados, si salen bien, pueden generar poesía al ser habitados.

 

• ¿Qué disfrutas  más como lectora el cuento, la poesía, la novela?

Soy una lectora de cuentos. Mi real acercamiento a la literatura se da a través de los cuentos de Gabriel Garcia Márquez, Juan Bosch,  y final y eternamente de Julio Cortázar, mi novio (como ya he dicho infinitas veces). Lo más común es que lea un cuento y quiera después escribir un poema.

 

• ¿Qué nombres que te vienen a la mente al hablar de literatura dominicana del siglo 21?

Uno como persona social va conociendo el trabajo de muchas personas, gente con extremo talento que ves en tus paseos por la vida y por la web. Yo diría Juan Dicent, Ángela Hernández, Darihanna Mesa (ella tiene once o doce años, “Mi grito espera a alguien en la puerta / tocan / abro / entras / miras el reloj… Velas encendidas por el silencio de mis pasos”), Luis Carvajal, Rossio Salvador… Hay más, claro. Lo que me impacta, es cuando un escritor logra ser único, la ingeniosa forma de decir las mismas cosas que vemos cada día, porque la vida ya está hecha, lo nuevo lo da cada mirada.

 

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• Ser poeta es…

No es que haya que hacer algo para ser poeta… es la poesía que nace dentro. Es una manera muy extraña que uno tiene de ver y enfrentar las situaciones. Cualquier cosa, muchas veces las cosas más sencillas, generan una erupción interna a modo de palabras. Esas palabras, esas frases, se quedan dando vueltas en tu cabeza hasta que te sientas y las sacas… para poder trabajar, para poder continuar con la vida.

 

• Una palabra que definiría tu obra es…

¡Qué difícil! Creo que hablando de “mañana es ningún día”, una palabra que engloba todo este trabajo sería el hoy. Cada poema es un presente contundente. Cuando lees los poemas, o la mayoría, presientes un ahora absoluto, una percepción que no involucra ni pasados ni futuros. Luego, viendo todo lo demás, son demasiadas las palabras.

 

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Tres poemas de Manñana es ningún día

 

No quiero

 No quiero morir cada vez que te vas

cada vez que te despido de mi vida.

 

No quiero renacer en tus regresos

ni en mis bienvenidas

ni en los momentos que nos redescubrimos encontrándonos.

 

No quiero saber que eres feliz,

si eres triste recordando.

Si aún piensas en mí al acariciar la cintura habitual

escondida en el pasado.

 

No quiero nada.

 

No quiero haberte conocido,

haberte dicho entra.

No quiero seguir muriendo cada vez que te saco

que te vas, que nos vamos

arrastrando los pies por diferentes caminos.

 

  

De mentes

 Muerta en tu inventada guerra

la rueda luce detenida en la orilla

donde escribes cartas filosas

y letras puntiagudas desuellan tu cuerpo.

 

Máquina corroída

levantas murallas invencibles

subestimando el miedo que no habrías sentido nunca.

 

Las pesadillas rondan la noche

una niña canta,

la más dulce voz como un cuchillo

danza en línea recta por la garganta.

Te vacías de sangre

el suelo devora tu tinta.

 

La mente revolotea por sobre el viento

escapando de las lianas

que han querido amarrarla tantas veces.

 

 Extravíos

 Algunos días pierdo el agujero de mi oreja

quedo sin aretes, desfeminada.

 

Se escapa cuando el cuerpo no responde

cuando la mente se ha extraviado de mí

y las manos han cerrado los ojos.

 

Manos que pierden ojos

mente que desconoce su templo

ojos que miran a otros lugares.

 

Valles que son yo

reflejos de otras siluetas desnudas

dibujadas en el espejo.