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“Una mejor educación para una mejor sociedad”.

Fe y Alegría es un movimiento de educación que lleva 61 años trabajando por el derecho a una educación de calidad para niños, adolescentes y jóvenes latinoamericanos de escasos recursos económicos.

Este año la prestigiosa fundación ha llegado a Estados Unidos con el objetivo de vincular a los latinoamericanos que han emigrado, con la realidad educativa de sus países y así de generar esfuerzos de solidaridad con cientos de niños y jóvenes.

En su visita a Miami Nate Nadomski y Silvio Gutirérrez, miembros de esta organización conversaron con nosotros sobre el trabajo que Fe y Alegría ha venido desarrollando en Latinoamérica y sobre los planes que esperan concretar con su llegada a Estados Unidos.

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Cuénteme sobre los planes que tienen Fe y Alegría que ahora llega a Estados Unidos.

S:Fe y Alegría es una fundación, un movimiento de educación que tiene sesenta y un años trabajando en América Latina por el derecho a la educación de calidad, sobre todo para niños y jóvenes. Hemos llegado a Estados Unidos porque queremos vincular a las personas de las comunidades latinoamericanas con la realidad educativa de sus países, para que puedan generar esfuerzos de solidaridad con centenares de niños que aún no tienen acceso a una educación de calidad.

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•¿Cómo te involucras en la fundación Fe y Alegría y cuál ha sido tu experiencia en este proyecto?

N: Conocí a Fe y Alegría hace diez años en Ecuador, durante un año de voluntariado que estuve haciendo en las escuelas de Guayaquil. Allí conocí un centro técnico que tiene la fundación. Hoy en día trabajo en la fundación desde Bogotá. Ahora estoy trabajando en la iniciativa en los Estados Unidos, que se llama Friends of Fe y Alegría.

¿Cuál ha sido el mayor aporte de Fe y Alegría en Colombia en estos diez años que llevas en la fundación?

N: Creo que el mayor logro de Fe y Alegría es brindar valores y un futuro a las personas a las que acompañamos. El modelo de Fe y Alegría no es de arriba hacia abajo, es una organización que acompaña a las personas en su camino.

 •¿Qué hace especial o diferente el trabajo que realizan ustedes en Fe y Alegría?

S: Una diferencia entre las escuelas y los centros educativos de Fe y Alegría es el énfasis que ponemos en los valores, en la formación para la vida de cada joven, en la responsabilidad ciudadana, el que las personas comprendan los derechos y las obligaciones que tienen para construir mejores comunidades. Por eso hablamos de una mejor educación para una mejor sociedad.

 •¿Cuáles son los principales problemas que han palpado desde la fundación en las comunidades hispanas de escasos recursos?

N: Yo diría que el acceso a una educación de calidad. Nosotros trabajamos con la población más vulnerables y más olvidadas por el estado. Fe y Alegría trabaja para una educación de calidad para todos y todas.

¿Hay algún caso en específico de algún niño o niña que se haya beneficiado de los programas educativos de Fe y Alegría que te haya tocado profundamente?

N: Claro, el año pasado hicimos una campaña para celebrar los sesenta años de Fe y Alegría en el mundo, llamada “Yo siempre tuve fe” y nos llegó la historia de una niña venezolana que se llama Stephanie Hernández que hoy en día es la campeona mundial de BMX y que va a competir en las olimpíadas de Brasil. Me tocó mucho el testimonio de llegar de un pueblo muy humilde a las olimpíadas. Esa para mí es una historia muy emocionante.

•¿Cuáles son los proyectos que está llevando a cabo Fe y Alegría en Colombia, por ejemplo?

N: En Colombia en específico, dado el proceso de paz que se está dando, Fe y Alegría está saliendo de las ciudades a las áreas rurales, a Buena Ventura y a la selva, para trabajar con los pueblos en ese proceso de paz. Tenemos programas que van dirigidos hacia los jóvenes para que juntos construyamos una cultura de paz.

• ¿Has sentido miedo alguna vez en medio de ese proceso?

No. Hasta ahora he tenido mucha suerte.

•¿Han visto algunos de los problemas que ha dejado esta realidad en Colombia?

N: Creo que el gran logro de Fe y Alegría es llegar a las áreas y los pueblos donde no llega el estado. En el caso de Colombia muchas personas se han ido de sus pueblos a causa del conflicto y Fe y Alegría les ha podido brindar una buena educación a esas personas que si no es así, no tendrían.

Un millón y medio de personas se benefician de los programas de Fe y Alegría en Latinoamérica y de los 1,500 centros, algunos trabajan también con las familias. Tal es el caso de “Aprendiendo en Familia”, un programa que pretende generar mejores relaciones humanas dentro de la familia.

•¿Qué otros proyectos a parte de la educación formal ofrece Fe y Alegría en Latinoamérica?

S: Tenemos al rededor de mil quinientos proyectos educativos de educación informal, educación preescolar, primaria regular, primaria multigrado, educación secundaria, educación para el trabajo. Además, cursos técnicos como mecánica, repostería, panadería, electricidad, locución. Oficios que le permitan al joven que ha egresado insertarse en el mundo laboral.

•¿ Están abiertos a recibir niños y jóvenes que no sean católicos, siendo esta una organización fundada por los Jesuitas?

S: El lema principal del fundador de Fe y Alegría fue “Llevar Fe y Alegría allá donde termine el asfalto”. Estamos ubicados en zonas urbanas marginales, en zonas rurales, en poblaciones donde la gente realmente necesita que una institución como Fe y Alegría lleve la oportunidad y el servicio educativo. Cuando una muchacha o un muchacho necesitan incorporarse a un proceso educativo nosotros no preguntamos si pertenece a alguna religión o si profesa alguna creencia.

¿Cuál consideras tú que es la mejor forma de colaborar con la fundación desde Estados Unidos?

N: Lo primero es correr la voz. Que la gente le diga a sus amigos que la fundación está aquí. Otra forma es entrando a nuestra página web que es” www.feyalegria.us para donar a los diferentes proyectos que llevamos a cabo en diversos países, como escuelas, educación para los padres, entre otros. República Dominicana es uno de los países en los que Fé y Alegría trabaja por los niños y jóvenes.

“Fe y Alegría nació para impulsar el cambio social por medio de la Educación Popular Integral”

P. José María Vélaz, s.j.
Fundador

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Sobre Fe y Alegría.

Fe y Alegría fue fundada por el padre José María Vélaz en 1955, siendo Venezuela el primer país donde se abrió una escuela para los más desposeídos. La aventura de llevar educación a niños y jóvenes inició con un grupo de estudiantes universitarios que le acompañan cada domingo a los barrios de Catia para enseñar catecismo y repartir algunas bolsas de ropa y de comida. Pronto entendieron, sin embargo, que el servicio cristiano, para ser eficaz, se tenía que encarnar en una amplia red de escuelas, en un vasto movimiento de educación que rescatara a las mayorías de la ignorancia, raíz de la más profunda servidumbre. Vélaz, que consideraba a la educación como la mayor fuerza transformadora del mundo, pensaba que la falta de educación era la causa principal de la marginalidad y de la miseria: “Pueblo ignorante es Pueblo sometido, Pueblo mediatizado, Pueblo oprimido. Por el contrario, Pueblo educado es Pueblo Libre, Pueblo transformado y Pueblo dueño de sus destinos” (Discurso en la Universidad Católica con motivo del otorgamiento del Doctorado Honoris Causa en Educación).

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La primera escuela nació cuando el obrero Abrahán Reyes se enteró que el Padre Vélaz y su grupito de universitarios andaban buscando un lugar para la escuela y les ofreció su casa. Durante ocho años, trabajando en sus ratos libres, Abrahán y su esposa habían construido esa casa. Carreteaban el agua para la mezcla en latas de manteca desde varios kilómetros. Y una vez terminada, la ofrecieron para que pudieran educarse los niños y jóvenes. Así nació Fe y Alegría: en una casa regalada con 100 niños sentados en bloques sobre el suelo. El gesto de Abrahán y su señora habría de despertar múltiples y espontáneas generosidades que, desde sus inicios, han marcado la trayectoria de Fe y Alegría: una de las muchachas universitarias regaló sus aretes (zarcillos). Los rifaron y con lo que se sacó de la rifa se compraron los primeros pupitres y hasta alcanzó para darles algo a las primeras maestras. Esta fue la primera rifa de Fe y Alegría. Posteriormente, la rifa llegaría a convertirse en una especie de cruzada nacional que aglutina infinidad de generosidades anónimas y que, durante años, fue la principal fuente de ingresos para sostener y aumentar la obra.

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Fe y Alegría se define como un movimiento de Educación Popular Integral. En estas dos palabras, ‘Popular e Integral’, tan preñadas de sentido, se compendia la esencia de su propuesta educativa. Frases como “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la ciudad pierde su nombre”, reflejarán su inquebrantable decisión de insertarse con los más desposeídos.

Hoy Fe y Alegría lleva educación a más de un millón y medio de personas en Latinoamérica y llega a Estados Unidos para, desde aquí, seguir canalizando ayuda hacia nuestros países de origen.

La educación de Fe y Alegría no puede ser “una pobre educación para los pobres”, sino que tiene que ser una educación de calidad, “la mejor educación para los más pobres”, una educación integral que forme a la persona en su totalidad.