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© Por Glenda Galán • Fotos Salomón Urraca

Luego de recibir el prestigioso Premio Pulitzer por su novela The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, el talento y la dedicación de Junot Díaz le han valido muchos otros reconocimientos. Sumado a esto, su inteligencia y su gran sentido del humor llamaron mi atención cuando el escritor Frank Báez nos presentó en una de esas noches bellas de la Zona Colonial de Santo Domingo, así que me propuse entrevistarlo.

Aprovechando su visita a Miami, con motivo de la presentación de su libro This is How You Lose Her,  nos encontraremos en la biblioteca de una bella iglesia de Coral Gables, donde se llevaría a cabo el evento. Mientras lo espero, una señora impecablemente vestida, se me acerca y se presenta como Rose Sobol, esposa del fallecido escritor Donald J. Sobol, admirado por Junot.

“Mi esposo fue un gran escritor de cuentos infantiles, que eran leídos por Junot y me complace mucho poder conocerlo hoy. Para mí es un honor que Junot leyera los libros de Donald”, afirma Rose.

Junot llega a la biblioteca y se asombra al verme acompañado de la señora Sobol. Lo saludo y le presento a la encantadora esposa del autor de Encyclopedia Brown, serie de libros atesorados por él, desde niño.

“Wao! ¡que gran sorpresa Rose!”, dice Junot, visiblemente emocionado.

Se entabla entre ellos una amena conversación. Yo me siento a escucharlos, disfrutando cada frase y participando lo menos posible de la conversación, para no estropear la maravillosa atmósfera que se ha creado.

Cuando ambos se despiden, Rose me da un abrazo de madre y quedamos en juntarnos a beber un té en los próximos días. Junot y yo iniciamos nuestro diálogo.

 -Junot, cuéntame de las andanzas de Yunior en “This is How You Lose Her”. 

-Yo estaba obsesionado con la idea del hombre dominicano mujeriego, quería explorar la raíz de cómo se desarrolla ese mujeriego y use a este personaje, Yunior, como semilla. Hay 9 cuentos en el libro, cada uno es como un capítulo y cada capítulo te muestra un aspecto de ese desarrollo.

Aunque la gente cree que ser mujeriego es parte de la naturaleza del hombre dominicano, yo lo veo un poco distinto. Hay cosas que le suceden a los hombres dominicanos que lo llevan a ser mujeriego  y estoy tratando de eliminar esa visión que se tiene, de que es así por naturaleza.

– Yunior es recurrente en tus libros, es un personaje que vive en la diáspora como vives tu. ¿Hay en el corazón de Yunior cierta diáspora?

– Puede ser, creo que es muy difícil que un ser humano se entienda a si mismo. A veces solo entendemos un pedacito de nuestro Corazón,  alguien como Yunior es como el Caribe, él tiene esa isla chiquita en el mar de su alma y el entiende algunas cosas, pero gran parte de su corazón es oscuro, el no lo conoce bien, no conoce bien  sus motivaciones y, a veces, tampoco entiende sus deseos.

 – ¿Cómo hace un escritor para que el lector se apasione con un personaje con tantos defectos?

– Ay pero mi amor, todos nosotros nos metemos con gente medio odiosa, hasta nos casamos con vagos, con brutos, con tacaños. No somos perfectos, creo que eso es lo normal, todos tenemos defectos, por eso el brilla, por esos mismos defectos.

Yunior es un mujeriego, un poquito acelerado, pero el no es bruto, el entiende cuando ve algo y es buen amigo, también  ama a su familia, cosa que no es fácil. Donde él está mal es a nivel de sus relaciones amorosas.

¿Crees que la diáspora hace de los seres humanos gente con conflictos?

– No, conozco gente que nunca ha salido de la isla y tienen muchos conflictos, no creo que porque sales de un país se divide el corazón. Cuando sales pequeño eso es lo que conoces, quizás es diferente cuando sales ya adulto.

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– Tienes el don de desarrollar tus historias con un lenguaje llano pero sin perder la elegancia al contar, ¿con eso se nace o eso se adquiere?

-Es algo que se tienes que desarrollar.  Si tú te dedicas al arte te tienes que fajar en eso que haces. En mi caso, yo quiero mucho a mi país, aunque haya muchas cosas que cambiar, miseria, políticos corruptos, todo esos problemas. Cuando quieres algo eso te impulsa a hacer mejor tu trabajo.

Yo creo que Santo domingo merece un gran arte a un nivel intelectual alto, no se merece  un arte mediocre, lo que yo he vivido en Santo Domingo y en la diáspora  me ha impulsado a estudiar mucho, a leer mucho, a escribir mucho, a vivir y sufrir mucho, todos esos elementos juntos –ese “sancocho”– es de donde yo saco esos “víveres” que yo digo que son libros.

¿Qué escritor dominicano te llega?

Muchísimos, podríamos hablar de los viejos, pero creo que todo el mundo ya está harto de eso, podemos hablar de Juan Boch, de don Pedro Mir, todo el mundo sabe que esos son “Heavy Duty” (Duros), pero a mí también me encanta Miguel de Mena, que ahora mismo vive en Alemania; Rita Indiana, que antes de convertirse en cantante escribía mucho, libros muy Buenos;  Frank Báez que es un gran escritor, escribe ensayo, poesía –se tiguere no tiene madre– y, también, muchísimos jóvenes dominicanos que están ahí fajandos escribiendo.

Yo trato de leer todo lo que puedo de los escritores dominicanos y creo que como comunidad tenemos un gran futuro en la literatura.

¿Qué te dio la diáspora como ser humano?

Creo que aprecio mucho a mi país con sus virtudes y sus defectos porque tuve esta experiencia de venir a vivir a otro país, creo que el que tiene una casa quemada valora mucho esa casa porque la ve de otra manera, todos los que no tuvimos la oportunidad de vivir toda nuestra vida en nuestro país apreciamos mucho esa tierra que hemos perdido.

¿Qué te gustaría traer en una maleta de nuestro país?

Creo que todos los que nos hemos ido de República Dominicana, por una u otra razón, tenemos el compromiso de hacer lo mejor que podamos aquí. Con esa experiencia y las oportunidades que nos da este país, la disciplina y la visión que se adquieren aquí, uno debe contribuir para ayudar a cambiar las cosas que no van bien allá. Yo creo que lo importante es lo que podemos llevar allá.