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Pedro Mir

 

Primer Tiempo

Cuando supe que habían caído las tres hermanas Mirabal 
me dije: 
la sociedad establecida ha muerto.

(Lapislázuli a cuento de todo emblema ruidoso 
mentís en A referido a un imperio en agonía 
y cuanto ha sido conocido desde entonces 
me dije 
y cuanto ha sido comprendido desde entonces 
me dije 
es que la sociedad establecida ha muerto)

 

Comprendí

que muchas unidades navales alrededor del mundo

inician su naufragio

en medio de la espuma

pensadora

y que grandes ejércitos reconocidos en el planeta

comienzan a derramarse

en el regazo de la duda

pesarosa

 

Es que 
hay columnas de mármol impetuoso no rendidas al tiempo 
y pirámides absolutas erigidas sobre las civilizaciones 
que no pueden resistir la muerte de ciertas mariposas.

Cuando supe que tres de los espejos de la sociedad 
tres respetos del abrazo y orgullo de los hombres 
tres y entonces madres

y comienzo del día

 

 

habían caído

asesinadas

¡oh asesinadas!

 

 

a pesar de sus telares en sonrisa

a pesar de sus abriles en riachuelo

a pesar de sus neblinas en reposo

 

(y todo el día lleno de grandes ojos abiertos)

roto el cráneo 
despedazado el vientre 
partida la plegaria 
¡oh asesinadas!

comprendí que el asesinato como bestia incendiada 
por la cola

no se detendría ya

 

ante ninguna puerta de concordia

ante ninguna persiana de ternura

ante ningún dintel ni balaustrada

ni ante paredes

ni ante rendijas

ni ante paroxismo

de los progenitores iniciales

porque a partir de entonces el plomo perdió su rumbo

y el sentido su rango

y solo quedaba en pie

la Humanidad

emplazada a durar sobre este punto

escandaloso

de la inmensidad

del Universo

 

 

Supe entonces que el asesinato ocupaba el lugar del

pensamiento

que en la luz de la casa

comenzaba a aclimatarse

el puerco cimarrón

y la araña peluda

que la lechuza se instalaba en la escuela

que en los parques infantiles

se aposentaba el hurón

y el tiburón en las fuentes

y engranaje y puñal

y muñón y muletas

en los copos y de la cunas

o que empezaba entonces la época rotunda

del bien y del mal

desnudos

frente a frente

conminados a una sola

implacable definitiva

decidida victoria

muerte a muerte

 

 

¡Oh asesinadas!

No era una vez

porque no puedo contar la historia de los hombres

que cayeron en Maimón

y Estero Hondo

a unos pocos disparos de Constanza

en el mismo corazón del año 1959

puesto que todo el mundo sabe que somos el silencio

aun en horas de infortunio.

 

No era una vez porque no puedo contar la historia 
de este viejo país del que brotó la América Latina 
puesto que todo el mundo sabe que brotó de sus vértebras 
en una noche metálica denominada

silencio

 

de una vértebra llamada Esclavitud 
de otra vértebra llamada Encomienda 
de otra vértebra llamada Ingenio

 

y que de una gran vértebra dorsal le descendió completa

la Doctrina de Monroe.

 

No contaré esta historia porque era una vez no la primera 
que los hombres caían como caen los hombres con un 
gesto de fecundidad 
para dotar de purísima sangre los músculos de la tierra.

La espada tiene una espiga 
la espiga tiene una espera 
la espera tiene una sangre 
que invade la verdadera

que invade el cañaveral 
litoral y cordillera 
y a todos se nos parece 
de perfil en la bandera

la espiga tiene una espada 
la espada una calavera.

 

 

Pero un día se supo que tres veces el crepúsculo

tres veces el equilibrio de la maternidad

tres la continuación de nuestros territorio

sobre la superficie de los niños adyacentes

reconocidas las tres en la movida fiebre

de los regazos y los biberones

 

 

protegidas las tres por la andadura

de su maternidad navegadora

navegable

por el espejo de su matrimonio

por la certeza de su vecindario

por la armonía de su crecimiento

y su triple escuela de amparo

habían caído en un mismo silencio asesinadas

y eran las tres hermanas Mirabal

¡oh asesinadas!

entonces se supo que ya no quedaba más

que dentro de los cañones había pavor

que la pólvora tenía miedo

que el estampido sudaba espanto

y el plomo lividez

y que entrábamos de lleno en la agonía de una edad

que esto era el desenlace de la Era Cristiana.

 

 

¡Oh dormidas! 
¡oh delicadas! 
qué injuria de meditar.

 

El mes de noviembre descendía sobre los hombros

como los árboles aún debajo de la noche y aún

dando

sombra.

 

¡Oh eternas!

El péndulo palpitaba las horas del municipio 
y el pequeño reloj destilaba en silencio gota a gota 
veinticinco visiones de una día llamado noviembre.

Pero aún no era el fin 
¡oh dormidas! 
aún no era el fin 
no era el fin

 

Segundo Tiempo

 

Cuando supe que una pequeña inflamación del suelo

en el Cementerio de Arlington

se cubría de flores y manojos de lágrimas

con insistencia de pabellones y caballos nocturnos

alrededor de un toque de afligida trompeta

cuando todo periódico se abría en esas paginas

cuando se hicieron rojas todas las rosas amarillas

en Dallas

en Texas

 

 

me dije

como era presidencial

el nuevo mes de noviembre

 

 

ya millones de seres tocaron lo imposible

ya millones de seres ya millones de estatuas ya

millones

de muros de columnas y de máquinas

comprendieron de súbito

que el asesinato

no ha sido

 

ni un fragmento de minuto

 

calculado solamente para las cabezas semicoloniales

y sustantivas

de las tres hermanas Mirabal

 

sino

 

que este inédito estilo de la muerte

producto de las manos de los hombres

de manos de hermanos

(para todo el siglo)

muerte sana y artesana

(para todo el mundo)

provista de catálogo

(para todo el tiempo)

de numero de serie o serial number

y venida de fuera o made in usa

 

 

fría inalterable desdeñosa desde arriba desde

entonces

esta muerte

esta muerte

esta muerte

asume contenido universal

forzosamente adscrita a la condición

 

 

del ser humano

en cuyo espectro solar figuran todas las formulas

personales

y todas las instancias puras

del individuo

 

 

tal

como va por la calle

como habitante de la ciudad con todo su derecho

como

continuador esencial del índice de población o séase

representante manufacturero indiferente agente de

seguros repartidor de leche asalariado guarda

campestre administrador o sabio poeta o portador

de una botella de entusiasmo etílico donde están

convocadas todas las palabras

 

 

ciclamen platabanda metempsicosis

canícula claudia clavicémbalo

cartulario venático vejiga

trepa caterva mequetrefe

primicia verdulero postulante

palabras todas sustitutivas

palabras pronunciables

en lugar de presuntas actitudes

y todas las maldiciones y protestas

y las posiciones geométricas igual

que la rotura del sentido igual

que la rotura de una biela igual

que el desgarrón de la barriga igual

mente todo desquiciado y ron

pido todo maligno y amargo

todo reducido a sombra

y nadidad y oscuridad

y estadidad

palabras mentirosas llenas

de contenido impronunciable

y desechos de organismo

de cualquier muchacha igual

que de cualquier cochero igual

que el choque de la portezuela

del catafalco igual

fue esta universal investidura de la que no esta exento

nadie nadie

ni yo

ni tu

ni nosotros ni ellos ni nadie

podridamente nadie

 

nadie

 

desde el mismo momento que fueron golpeadas

ciertamente

profesionalmente

maquinalmente

 

tres de las hermanas Mirabal

hasta llegar 
en punto 
exactamente 
al 
fin fin fin 
de la Era 
Cristiana

 

(Oigamos 
oigamos 
esto retumba en el 
más 
absoluto silencio

 

muchas unidades navales en todos los océanos inician

su hundimiento después

de deglutir los archipiélagos

de miel envenenada

 

 

grandes ejércitos destacados en la entrada del mundo

comienzan a reintegrarse

a sus viejos orígenes

de sudor y clamor

en el seno de las masas

populares

 

en el más 
en el más categórico y el más 
absoluto 
silencio)

 

Porque 
hay columnas de mármol impetuoso no rendidas al tiempo 
y pirámides absolutas erigidas sobre las civilizaciones 
que no pueden resistir la muerte de ciertas mariposas

y calles enteras de urbes imperiales llenas de transeúntes 
sostenidas desde la base por tirantes y cuerdas de armonía 
de padre a hija de joven a jovenzuela de escultor a modelo

y artilleros atormentados por la duda bajo el cráneo 
cuyas miradas vuelan millares de leguas sobre el horizonte 
para alcanzar un rostro flotante más allá de los mares

 

y camioneros rubios de grandes ojos azules

obviamente veloces

que son los que dibujan o trazan las grandes carreteras

y transportan la grasa que engendra las bombas nucleares

y portaviones nuevos de planchas adineradas invencibles

insospechablemente unidos al rumbo del acero y del petróleo

y gigantes de miedo y fronteras de radas y divisiones aéreas

y artefactos electrónicos y máquinas infernales dirigidas

de la tierra hacia el mar y del cielo a la tierra y viceversa

que no pueden resistir

la muerte

de ciertas

mariposas

 

porque la vida entera se sostiene sobre un eje de sangre 
y hay pirámides muertas sobre el suelo que humillaron 
porque el asesinato tiene que respetar si quiere ser respetado

y los grandes imperios deben medir sus pasos respetuosos 
porque lo necesariamente débil es lo necesariamente fuerte 
cuando la sociedad establecida muere por los cuatros costados

 

cuando hay una hora en los relojes antiguos y los modernos

que anuncia que los mas grandes imperios del planeta

no pueden resistir la muerte muerte

de ciertas ciertas

debilidades amén

de mariposas