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Hace tanto tiempo que la extrañaba, sus lindas palabras o su risa siempre inocente, como si todo cuanto viera fuera nuevo, a pesar de las complicaciones de la vida de los adultos.

Ayer casi por coincidencia, en el día en que los que se han ido a vivir nuevas aventuras visitan a los suyos en México, Ramón mi primo me hizo llegar este pedacito de papel que es más que un tesoro.

Es la constancia que mi altar para ti, tía querida siempre está decorado, en espera de esas musas que te visitaban y que no sabía que compartíamos.

 

Navidad a tres tiempos

Miguelina Galán

En mi primavera,

la navidad tenía olor a pinos

y los juguetes descansaban debajo del árbol adornado.

 

Los aserraderos no habían devorado aún a las montañas

y el aire era fresco.

 

En mi verano,

tenía la navidad sabor a jengibre

y a amores furtivos.

 

En el otoño

tiene este sabor a retama con  miel

que presiente muchas noches al calor del hogar

como ovillo que se desata dulcemente.

 

Publicado el 24 de diciembre de 1986, en el Listín Diario, página 7.