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Lápida de la tumba de Jorge Luis Borges

La lápida de la tumba del gran poeta argentino se encuentra en Ginebra y guardó varios misterios, en sus leyendas en antiguas lenguas y en sus grabados sajones y vikingos, relacionados con la vida y obra de Borges.

En el libro “Siete guerreros nortumbrios”, su autor Martín Hadis, revela el misterio que guardó la lápida en sus inscripciones, afirmando que los “siete guerreros” de la tumba de Borges fueron tomados de una lápida del siglo IX hallada en Inglaterra y la imagen conmemora un ataque vikingo a un monasterio en la isla de Lindisfarne (Nortumbria) en el año 793.

Borges, que sentía especial pasión por lo vikingo y lo sajón, menciona a los “siete guerreros” de la lápida en su obra “Literaturas germánicas medievales” (1966) y asociaba este ataque con la Batalla de Maldon, acaecida en 991 en Essex.

En el reverso de la lápida están grabadas dos frases y un barco vikingo.

Una de las frases está escrita en escandinavo antiguo y, traducida: “Él toma la espada Gram y la coloca entre ellos desenvainada”, tomada de la “Volsunga Saga”, texto islandés de finales del siglo XIII que relata la historia del héroe germánico Sigurd y que Borges menciona en su obra.

El navío vikingo representa el “viaje a la eternidad” y fue tomado de una de las llamadas “piedras ilustradas” de la isla de Gotland, Suecia.

La otra frase es la dedicatoria “De Ulrica a Javier Otárola”, nombres de los personajes del cuento “Ulrica” y que secretamente utilizaban Borges y Kodama para llamarse entre sí.