Poemas de Glenda galán
A René
Año uno 2020
Lo que tenga que pasar pasará, me digo,
Lo que tenga que pasar pasará,
lo tengo claro al colocarme el tapabocas
para salir a enfrentar la peste.
Anoche planeaba usar alguna ropa
en combinación con el azul-hospital
de esta asfixiante tortura de cuidarme
de la envenenada ciudad que casi no piso.
No hay tregua,
desde la ventana diviso la basura
robándole centímetros a la boca de lobo
por donde se oyen pasar
sirenas y huesos sin oxígeno.
Aceras corroídas por la desolación
abriéndose al encierro desde el más allá
de este vivir confinada.
Pronuncio mi nombre
tratando de recordar su sonido,
el timbre de mi voz escala el muro
que habré de desechar
con cuanta muerte cuelgue
de sus microscópicos hilos.
La inquietud se asoma a mi balcón,
los vecinos se hunden en los suyos
esperando la trompeta de las ocho.
Los aplausos no se hacen esperar,
tampoco el sonido de la noche
desenmascarando estrellas.
El apocalipsis ha perdido
uno de sus sellos,
como nosotros vamos extraviando
el abrazo.
Me toca bajar a buscar
el jabón de fregar
dejado por un repartidor
cada vez más anónimo,
rogando no ser infectada
por su miedo.
________________________________•
Año dos 2022
Ahora que las manos se descaman
bajo la consigna de no morir infectada,
miro hacia atrás y me asaltan las ganas
de abrazar cualquier vestigio de libertad.
Eso que ya no vivimos,
de pronto deja su saldo,
el amigo que no viste morir
te envía un libro desde el más allá
y aun así lo extrañas.
En cada página,
una pausa sin tiempos ni distancias,
atraviesa el último día
en que desayunaron juntos.
Síntomas post encierro
empiezan a escalar las sienes
intentando descubrir algún mensaje secreto
entre las páginas de aquella reliquia
envuelta en sobre manila.
Decenas de versos
nadando sin saber de antemano
en cual corazón atracarán.
Y sabes que el puerto
será tu vesícula extirpada,
donde una vez hubo vida
para la poesía.
Comentarios