©Por GG

Hace unos meses ayudé a una pequeña a reforzar sus conocimientos de español y uno de los recursos que más disfrutamos, ambas, fue la lectura de Máquinas voladoras de Roxana Méndez, poeta y escritora de literatura para niños. Qué hermosos poemas componen este mágico libro de la talentosa Salvadoreña, leído y analizado por nosotras con gran asombro.

En estos días, en los que necesitamos más que nunca recordar que, a pesar de las situaciones adversas, hay mucha más belleza que oscuridad, converso con Roxana desde mi balcón.

1. ¿Cómo te ha tocado vivir este tiempo dentro de casa?

La cuarentena coincidió con mis planes para escribir el libro dos de la novela juvenil que estoy haciendo. El primero lo acabé el año pasado, así que cuando pensé que tendría que estar todo el tiempo en casa, no me pareció mal. Sin embargo, por lo menos al principio, las cosas no salieron como pensaba.

2. ¿Cuáles han sido tus mayores preocupaciones-retos, a parte de la salud?

Uno de mis principales retos ha sido mantenerme concentrada, trabajando a pesar de lo que sucede afuera.

3. Estos días has invertido la mayor parte del tiempo en:

Al principio de la cuarentena sentía la necesidad, como muchos, de mantenerme ocupada con algo manual: plantar cosas en el jardín, hacer ejercicio u hornear un pan de zanahoria. A medida que he recuperado mi rutina, he vuelto a mis lecturas, a escribir y a meditar.

4. ¿Has podido crear en este momento?

Durante los días iniciales de incertidumbre, de preparación y abastecimiento para “sobrevivir” el encierro, no escribí nada; cuando me decidí a hacerlo, me costó un poco. Con los días pude volver, escribí un cuento infantil que empecé y terminé en la cuarentena, y ahora he estado trabajando en la estructura del segundo libro de mi novela, el cuál empezaré a redactar en estos días.

5. ¿Qué te viene a la mente cuando digo “dentro de casa”?

Buena parte de la vida de un escritor sucede dentro de casa, por ese lado, no es nada que pueda asustar mucho. Sin embargo, de decirlo a hacerlo hay mucha diferencia, sobre todo por las circunstancias actuales. Sabemos que lo que hay afuera es algo que representa una amenaza para todos, pero en especial para los miembros de la familia que son más vulnerables. Para mí, estar en casa de una manera impuesta ha sido más difícil, sobre todo porque una de las formas de despejar mi mente para luego llenarme de ideas no sucede dentro de casa sino en al aire libre. Eso es esencial para mi proceso creativo y es algo que no ha sucedido. Los pequeños viajes a la playa o a otras ciudades también me aportan muchas experiencias e inspiración y es algo que he echado en falta.

6. ¿Se aplazó algo que tenías planeado en el plano literario?

Sí, como a casi a todos los demás. Ha habido un paro en el mundo editorial y ahora, publicar el primer libro de mi novela juvenil llevará más tiempo de lo que había pensado. También se cancelaron festivales y encuentros a los que asistiría este año, en España y en Estados Unidos. Al menos de forma física, porque algunos se están llevando a cabo de manera virtual.

7. ¿Sientes en ti algún cambio entre el primer día de restricciones para salir y el día de hoy? 

Sin duda alguna. Cuando pasamos por experiencias así, usualmente no acabamos de la misma manera en que empezamos. Yo experimenté toda una transformación emocional desde el día uno hasta ahora, cuando el confinamiento todavía no ha terminado. La mayoría no estábamos preparados para esto y al principio sentí una oleada de emociones negativas, de angustia por mis seres queridos, de impotencia y de tristeza. No lograba concentrarme para trabajar. Por suerte, meditar me sirvió muchísimo, creé mi propia “terapia” de meditación y desde entonces volví a escribir casi todos los días. Fue entonces cuando me di cuenta de que, así como meditar era terapéutico, escribir también lo era. En estos tiempos difíciles, me he hecho la misma pregunta que el mundo entero: ¿qué va a pasar luego? Es una pregunta que nos puede generar impotencia si no sabemos su respuesta. Es una pregunta que a los seres humanos nos encanta hacernos y una de las cosas por las que nos gustan tanto las historias. Y fue cuando descubrí que, a medida que escribía, en ese preciso momento, esa sensación de impotencia no estaba ahí. Quizá porque dentro de la historia, la pregunta ¿qué va a pasar luego? es emocionante. Es por eso que volvemos cada día al libro que estamos leyendo, para descubrir qué va a pasar. Hay cosas que no sabemos que nos causan ansiedad, pero hay otras pequeñas cosas, también inciertas, que nos ayudan a sobrevivir.

8. ¿Qué es lo más extremo que has hecho en estos días?

Ver a mis hermanas después de varios meses y no poder abrazarlas.

9. ¿Has encontrado compañía en algún libro, poema, cuento? ¿Cuál?

Últimamente con “The night circus” de Erin Morgenstern.

10. Una canción, un instante, una palabra, una imagen que te viene a la mente en este momento en que hablamos sobre estar dentro de casa durante largo tiempo.

Estos versos de Wisława Szymborska:

«Por ahí habría que haber empezado: por el cielo.

Ventana sin alféizar, sin marco, sin cristales.

Un hueco, nada más que un hueco,

pero abierto de par en par».

Bonus: Una frase que pudiera definir lo que has vivido en estos meses:

Hay una parte de “El señor de los anillos” que me da esperanza cuando la recuerdo:

«No deberíamos ni haber llegado hasta aquí, Pero henos aquí, igual que en las grandes historias, señor Frodo, las que realmente importan, llenas de oscuridad y de constantes peligros. Ésas de las que no quieres saber el final, porque ¿cómo van a acabar bien? ¿Cómo volverá el mundo a ser lo que era después de tanta maldad como ha sufrido? Pero al final, todo es pasajero. Como esta sombra, incluso la oscuridad se acaba, para dar paso a un nuevo día».

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Méndez nació en El Salvador en 1979. Es Licenciada en Idioma Inglés, con especialización en Traducción y un máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Actualmente, cursa el Doctorado en Filología Hispánica de la Universidad de Barcelona, España.

Entre sus logros como poeta se puede mencionar que, en 2003, se convirtió en Gran Maestre de poesía y, en 2011, ganó el Certamen Nacional de Narrativa Infantil, ambos de los Juegos Florales de El Salvador; en 2012, obtuvo el Premio Alhambra de Poesía Americana para Obra Inédita, en Granada, España, y este año (2016) ganó en la rama de Poesía Infantil también de los Juegos Florales de El Salvador.

Entre sus publicaciones se encuentran los libros: «El cielo en la ventana Valparaíso» (Ediciones, España, 2012); «Clara y Clarissa» (Alfaguara Infantil, 2012); «Mnemosine» (Dirección de Publicaciones e Impresos, DPI, El Salvador, 2008) y «Memoria» (Universidad Tecnológica, El Salvador, 2004).

Ha sido incluida en antologías de poesía, como «El canon abierto. Última poesía en español» (Editorial Visor, España, 2015), «Humanismo Solidario. Poesía y compromiso en la sociedad contemporánea» (Editorial Visor, España, 2015); «Theatre under my skin» (Editorial Kalina, 2014); «Poesía ante la incertidumbre. Nuevos poetas en español» (Visor, 2013); «La poesía del siglo XX en El Salvador» (Editorial Visor, España, 2012); «Puertas abiertas», (Fondo de Cultura Económica, México, 2011) o «La herida en el sol» (Universidad Nacional Autónoma de México, 2008).