©Por Glenda Galán

La poeta Martha Rivera–Garrido nos había presentado en la puerta del Centro Colón de Madrid, donde le comentó a Rita Indiana que le gustaría que la entrevistara. Ese día quedamos en que aprovecharíamos el ensayo de su presentación, en Casa de Vacas, para conversar. Dos días después allí estába, presenciando el ensayo, a solo minutos de empezar la función programada dentro de las actividades de artistas dominicanos en la Feria del Libro de Madrid.

Rita ensaya “Orfeo Skater” un collage de décimas, canciones y música impregnados de su inconfundible estilo, donde puede palparse su gusto por esta disciplina, que ella considera “una de las bellas artes”. –”Cambiaría todo mi talento literario por poder correr patineta de manera profesional” – dice la escritora que ha logrado voltear la mirada de lectores y editores internacionales hacia su literatura. Una literatura que muestra su visión de un Santo Domingo que crece vertiginosamente y en el que cada vez son más palpables las diferencias entre sus habitantes.

Calle-Skateboard-Tenis amarillos-Artista. Conexión entre la realidad y las aspiraciones de sobrepasar los límites de esa realidad, aunque sea en un efímero salto. Con la guitarra en mano, Anthony Ocaña –su acompañante en esta maravillosa aventura– posa sus zapatos amarillos sobre los pedales, que le permiten lograr sonidos creados para este “proceso”, como le llama su autora. Rita con sus tenis, también amarillos, nos hace sentir las grietas de la calle, alzar el vuelo, observar desde un ángulo diferente algunas realidades, e incluso ser testigos del trancazo de aquel que cae y sobrevive para contarlo. “El dominicano se la busca y cae vivo donde sea”, pienso, justo cuando Rita termina el ensayo y se sienta a mi lado. Conversamos brevemente, mientras el público ya hace fila en las afueras del acogedor teatro.

¿Cómo te sientes al ser una de las escritoras invitadas a representar la República Dominicana en la Feria del Libro de Madrid?

–Me siento muy bien en Madrid, una ciudad que me encanta. Creo que todos los que estamos participando en la Feria de Madrid, este año, con nuestro país como país invitado, nos sentimos super alegres y contentos. Es una gran oportunidad para que nos conozcan fuera de la isla, con nuestra literatura, que se ha mantenido un poco constreñida a la geografía nacional por mucho tiempo, salvo alguna que otra salida, quizás a Estados Unidos o a la academia Americana. Entonces es una oportunidad bellísima estar aquí, en Europa, y exponer nuestro trabajo. Además, mucha gente que no ha tenido la oportunidad de publicar en Europa tienen contacto con editores. Es un lugar para tirar semillitas.

¿Cómo nace la colaboración entre Anthony Ocaña y tú para realizar esta presentación de Orfeo Skater?

–A Anthony lo conozco hace más de veinte años, cuando acababa de publicar mi primera novela, él estaba empezando, también, a hacer conciertos allá. La primera vez que lo vi fue en un conciertoen el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo. Siempre me ha gustado su trabajo y el año pasado compartimos aquí, en Madrid, y este año se dio la oportunidad de hacer esta colaboración a cuatro manos en este teatro tan íntimo.

¿Cómo te has sentido con el resultado de esa colaboración?

–Muy bien. Hicimos algo con mucha improvisación. Estamos un poco Punk-Rock al rededor del tema del Skateboard, que es un tema que siempre me ha interesado, pues yo lo considero, además de un deporte, como una de las bellas artes.

Tú lo practicaste.

–Sí, cuando estaba jovencita. Pero lo sigo y a la gente que va saliendo. Leo mucho sobre el tema y como va evolucionando el arte.

¿Qué tomas en cuenta para que tus personajes sean creíbles?

–Hay que tener cuidado con ciertas afectaciones, aunque hay gente que escribe personajes que, a propósito, son un poco afectados o acartonados. Todo depende de lo que quieras lograr. Para lograr que sea creíble es fijarse en lo que hace la gente en la realidad, pensar un poco en los deseos de la gente, en cómo se mueve la gente y cómo habla. Es un trabajo de observación autodidacta que no te lo enseñan en la universidad.

En tu obra está muy presente Santo Domingo y ahora que vives fuera de la isla, ¿cómo ves la ciudad? ¿qué has visto desde fuera que no veías antes?

–Cuando uno se va ve las cosas, que quizás veía antes, con más intensidad. La cuestión de la pobreza es muchísimo más intensa ahora. Creo que ha habido una explosión de la ciudad, es mucho más caótica que cuando yo vivía allí –que ya era caótica–. La ciudad se ha arrabalizado completamente. A mi me nutre mucho la interacción con Santo Domingo cuando voy, porque es una ciudad muy intensa, pero también es una ciudad muy cruel. De muchas diferencias abismales, de una desigualdad terrible. En Santo Domingo tú pasas de una calle de mansiones a una calle donde no hay ni agua ni luz. Esos contrastes se han hecho más fuertes con la distancia.

• Ver aquí entrevista a Anthony Ocaña sobre Orfeo Skater: https://dominicanaenmiami.com/?p=21129

–Estas escribiendo otra novela, ¿de qué va?

–Es una novela, donde la acción ocurre en 1970 y el personaje es una mujer. No puedo hablar mucho porque no quiero que me copien.