El Centinela del río llamaba a todos los residentes de Brickell Key usando su caracol.
-La celebración está a punto de empezar, todos bajo mis pies para dar inicio a la fiesta!
El gigante de 21 pies de altura creado por el escultor de descendencia española Manuel Carbonell, Permanecía erguido contemplando el mar, mientras niños y adultos acudían a su llamado.
Los barcos llenos de júbilo tejían una falda entre las olas, decorando el paisaje de un mar festivo que celebraba la independencia de millones de seres humanos dentro y fuera de territorio Norteamericano, pues por más fallos y críticas que puedan hacerse al sistema de esta gran nación, sin dudas muchos estaremos de acuerdo de que gracias a la lucha hace 237 años de grandes hombre, hoy un sin número de países, han adoptado la libertad como norte, a consecuencia de aquellas batallas en las que se dio voz a los más débiles.
El Centinela los acogía a todos, sin bajar la mirada, porque las luces de la ciudad vigilada por el, desde Brickell Key y los fuegos artificiales, acaparaban su atención al igual que la de los residentes jubilosos de esta parte de Downtown Miami, que siguiendo la tradición aplaudieron felices al terminar el Show pirotécnico.
Justo cuando todos se despedían, una brisa fuerte y fría se coló entre el gentío y en menos de un minuto la lluvia bendecía la noche, la hermandad de los residentes de esa hermosa isla y sobre todo la libertad.
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