©Por Glenda Galán

En su más reciente visita a Miami, la escritora guatemalteca Gloria Hernández conversó conmigo sobre lo que ha significado escribir para los más pequeños y para ella misma.

Gracias a la gestión de la poeta María Juliana Villafañe, este encuentro se llevó a cabo entre cámaras, micrófonos y tres tazas de café dominicano.

Ver toda la entrevista aquí:

–Gloria, tienes más de veinticinco libros publicados, de los cuales la mayoría van dirigidos a los niños. ¿Hay alguna diferencia en tu proceso de escritura cuando escribes para niños?

–Hay una sola diferencia y es la de pensar a quién va dirigido el libro. Ahora se usa una variedad temática que antes no se usaba, para que el mundo del niño se amplíe en cuanto a léxico, temas y visión de las cosas. Pero es fundamental pensar en que lo que estas escribiendo va a ser leído por los niños.

–¿Qué ha sido lo más satisfactorio en el campo de la literatura para niños?

–Lo más satisfactorio es haber escrito una novela que ha sido un éxito de ventas durante estos últimos cinco años. El Ojo mágico es un libro que ha sido muy disfrutado por los niños, por los jóvenes de Centro América  y que me ha llevado a conocer a estos chicos de muchos países y de todos los ámbitos.

Fíjate que el libro lo han comprado entre cuatro niños, porque eran niños muy pobres. Y luego ellos peleaban a ver cuál se quedaba con el libro. Enterarme de eso me conmovió muchísimo.

–¿Qué otras anécdotas puedes contarme sobre este libro?

– La historia principal gira en torno a una niña fotógrafa. Ella empieza a explorar y a ver la diferencia entre la foto y la fotografía. Entreverado en el argumento está toda esa disquisición acerca de la fotografía, de su origen, de la filosofía detrás del arte. Entonces, una niña que leyó la novela, en este momento está estudiando fotografía en Nueva York.

–¿Influenciada por el libro?

–Sí. Me dijo” sí yo no hubiera leído esta novela nunca habría optado por una carrera como la fotografía”. Esa es una gran satisfacción para mí.

–De ese ojo mágico que tienes tú para la literatura, ¿qué visualizas en un libro para considerarlo bueno para niños?

–Creo que has puesto el dedo sobre la llaga con lo de “el ojo mágico”, pues creo que lo importante es ver la mirada del autor. Su mirada sobre el entorno y qué es lo que está tratando de transmitir a los niños.

–¿Cómo construyes al narrador que les cuenta a tus niños en tus cuentos?

– En casi todos los casos mis narradores son mujeres o niñas. Ellas deben tener mucha voluntad para hacer las cosas. Deben ser bastante necias y perseverantes. Tienen que tener ese espíritu de lucha que nos caracteriza a las mujeres latinoamericanas.

–Mi amigo escritor Yuan Fuei Liao, que también escribe para niños, me decía que le molestaba cuando un escritor utilizaba muchos diminutivos en sus cuentos, como si los niños fueran tontos. ¿Qué piensas tú al respecto?

–Es una tendencia que casi desapareció dentro de la tradición literaria de este momento. Sin embargo, permanece en los escritores y en los textos escritos en la provincia.

Esto, aunado a una intención moralizante, creo que tiende a desaparecer porque los niños no necesita que les estén enseñando cosas. A ellos simplemente hay que proponerles contratos de lectura. “Mira te cuento esto, disfrútalo”. Cuando eres un adulto y lees un libro no necesariamente te están enseñando nada.

Por supuesto que hay un mensaje subyacente en todo lo que planteamos a la hora de escribir o de hacer música, por ejemplo. Pero esa libertad del arte por el arte es lo que debe prevalecer.

–¿También eres poeta y quisiera saber qué te da la poesía, que talvez no encuentras cuando escribes, por ejemplo, un cuento?

–La poesía me da la libertad total de expresar verdaderamente del corazón, de las entrañas, el decir “esto soy yo”. Además, me brinda la humildad de verme en un espejo.

–¿Cómo ves la poesía que se escribe en Guatemala actualmente?

– Pues creo que hay una gran búsqueda, Hay muchos jóvenes escribiendo poesía y eso es muy sano. Pasamos treinta años de guerra y eso nos dejó como sociedad con el espíritu bastante lastimado. Por eso creo que esa recuperación de vernos a nosotros mismos, por medio del arte, específicamente de la poesía, es bien sano.

–¿Cómo te has recuperado tú? ¿La literatura ha ejercido un papel importante en esto?

–Seguro, porque leer todo lo que se leyó antes, durante y después de la guerra, me ha permitido una mejor visión de lo que somos. Las razones por las que nos metimos en una guerra entre hermanos. Fue una guerra civil muy sangrienta. También la literatura me ha dado una voz un poco más intimista, tratando de bucear, de buscar en mí, en los míos y en mis raíces de dónde pudo haber ocurrido un enfrentamiento tan cruento.

–¿Cómo crees que tus hijos perciben a esa mamá que escribe?

–Creo que me perciben como una mamá un poquito chiflada a la que ellos disfrutan mucho.Mi hijo me dijo un día “eres de las mamás que no caminan, sino que levitan”, entonces creo que más o menos esa es la visión que tienen ellos y toda mi familia.

–¿Cómo ha influenciado la literatura en tu papel de madre?

–Creo que sí pues le tengo mucho amor a lo que hago. Sí como tuve el privilegio de participar en la creación de dos seres humanos, el mismo amor le pongo a mis libros, a los que estoy creando. A cada cuento a cada poema.

Ver entrevista completa en el video.