©Por Glenda Galán
En nuestro segmento de Dominicana en Miami de esta semana en el programa RD-Miami, conversamos con Soraya Invernizzi, abogada dominicana que se desempeña como ajustadora pública en la ciudad de Miami. Esta emprendedora mujer nos cuenta cómo fueron sus inicios al llegar a los Estados Unidos y cómo, a base de mucho trabajo, pudo fundar su propia compañía “No Risk claims Adjusters”.
-Soraya, cuéntame sobre el área en la que que te desempeñas como profesional, ¿qué es un ajustador público?
-Yo soy abogada graduada en República Dominicana y cuándo llegué aquí no pude convalidar mis estudios, pues costaba bastante, unos doscientos mil dólares en aquella época. Entonces opté por algo alternativo, ya que mi título equivalía como un Bachelor en leyes, pude aplicar para la licencia de Public Adjuster.
Aquí en Estados Unidos las propiedades son aseguradas contra daños. El propietario, cuando ocurren daños a su vivienda, puede llamar a esos seguros para reclamar la indemnización por ese daño. El public adjuster o ajustador público representa al asegurado frente a las compañías de seguro. Muchas veces el propietario tiene una póliza y no sabe realmente lo que está adquiriendo. Nosotros como especialistas, que conocemos las leyes, representamos a los propietarios de la manera correcta.
-Tengo entendido que tus inicios en Miami fueron un poco difíciles, ¿qué recuerdas de ese tiempo?
-Fue una gran experiencia, con muchas noches amargas. Empecé trabajando de noche en un Farm Store (La Vaquita) y en los primeros días laborando allí un ladrón me puso una pistola en la cabeza. Yo, queriendo ser educada le dije: “Señor ladrón, robe rápido porque hay muchos policías por aquí”. El ladrón tomó veinte dólares de la caja y salió riéndose. También intenté poner un negocio, un tiempo después, perono estaba acostumbrada a muchas cosas que se ven aquí en cuanto a engaños y esas cosas, porque crecí muy protegida en mi pueblo, San Pedro de Macorís. Eso fue una gran enseñanza, una gran universidad. Yo digo que este país a mí me formó. Me formó, porque me enseñó a valorar mi país, la educación que recibí de mis abuelos, de mis padres y de los padres de mis amigos. Eso hizo la diferencia acá. Porque aquí, cuando eres una persona correcta, te va muy bien.
A veces, yo siento que me crié en una República Dominicana diferente a lo que veo ahora, porque yo crecí en una sociedad donde ser ladrón era algo feo y malo. Y llegar allá y ver que estos ladrones y estos corruptos se pasean, como si nada, a mí me sorprende. Yo he hecho una resolución: Si yo estoy en un lugar y entra una de esas personas, yo me voy.
¿Cuáles son los recuerdos que atesoras de tu país?
Estudié en el colegio Cristo Rey, una institución de hermanas franciscanas. Allí siempre me juntaba con tres amigas: Pilar, Sheyla y Josefinita. Hasta el día de hoy conservamos esa amistad. Una vez nos escapamos del colegio, para tener algo que contarle a nuestros hijos. Y como nunca pasaba nada en mi pueblo, eso salió hasta en las noticias. Era una época muy sana.
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