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El conocido periodista Marino Zapete visitó, recientemente, la ciudad de Miami donde pronunció la conferencia “El Secuestro de la institucionalidad democrática en la República Dominicana”, en la que destacó su visión sobre la situación política, social y económica por la que atraviesa la República Dominicana.

El conductor del programa Jarabe de Zapete atrajo a una gran cantidad de personas al local de Jóvenes en Acción, donde el experimentado periodista criticó, enérgicamente, el papel que desempeña, actualmente, la prensa dominicana.

“Una de las cosas más asquerosas que hay en mi país es la prensa y los medios de comunicación. A mí me dicen, frecuentemente, que entre bomberos no se pisan las mangueras, que si yo soy periodista no debo hablar de los periodistas. Pero señores, los periodistas son las personas que viven juzgando a los otros, a los políticos, a los funcionarios, pero no hay cosa más vendida que la prensa dominicana en estos tiempos. Claro, en la República Dominicana hay gente ejerciendo, como en cualquier otra carrera, que es gente decente, así es que la gente decente no tiene porqué sentirse aludida”, aseguró iniciando su ponencia.

Y agregó “Lo que hay actualmente en la prensa dominicana es un basurero comprado, donde se vende el silencio y el discurso. Y un país puede tener toda la institucionalidad secuestrada, pero si tiene una prensa vigilante, libre; esa sociedad tiene esperanza, porque es una sociedad que va a ser consciente al conocer la verdad. Cuando se secuestra la verdad y compran al que pudiera decir la verdad, es una situación deprimente. La prensa dominicana está ahora mismo contribuyendo a un pensamiento único políticamente, porque está arrodillada,  vendida,  comprada o participando en todas las barbaridades que están ocurriendo en la República Dominicana”.

Ante estas declaraciones, aprovechamos su asistencia a un desayuno en el restaurante Milly’s, con miembros de la comunidad dominicana, radicada en el sur de la Florida, para conversar sobre algunos de sus puntos de vista en torno al  periodismo.

–Su conferencia estuvo repleta de personas que querían escucharle, ¿cómo se siente al ver que tantas personas siguen su trabajo?

–Pienso que tiene sentido hacer el trabajo que hago, porque uno trabaja para la gente. Cuando uno ve que las personas valoran lo que haces, entonces piensas que tiene sentido hacer lo que haces.

–¿En algún momento ha sentido temor en el ejercicio de su carrera periodística?

–Posiblemente todo ser humano siente temor en algún momento, lo que pasa es que, si su objetivo es grande, si usted piensa en lo que debe hacer un ser humano por los demás, entonces usted dice: Bueno, yo no puedo someterme al temor y evitar lo que hago. Si vamos a tener temor, entonces no vamos a hacer nada, porque siempre hay una amenaza. Entonces cada vez que yo puedo pensar en que puedo resultar afectado con algo, pienso en lo beneficioso que puede ser para la gente conocer la verdad, con honestidad.

Lo único liberador que puede tener un pueblo, un colectivo, un ser humano es la verdad. Y si la verdad genera que uno tenga que pagarlo, pues uno lo paga. Mire, la verdad nunca es cara, en el supuesto de que uno muera por eso, yo creo que sigue siendo un precio bajo por la verdad.

–Usted ha dicho que no le debe favores a nadie y que por eso puede decir lo que considera que está mal. Ahora bien, se da el caso de que hay personas que luego de ser entrevistadas le piden al periodista que edite una parte, porque algo que dijo le puede traer problemas. El periodista se debate entonces entre publicar lo que tiene derecho a publicar y los problemas que puede traerle al entrevistado eso que dijo. ¿Qué haría usted en una situación como esa?

–El periodista tiene siempre una disyuntiva: A alguien se afecta. Yo pienso que el deber del periodista es no afectar al colectivo. Si un individuo tiene que salir afectado, porque los intereses de él chocan con los intereses del colectivo, entonces usted tiene que perjudicar al individuo. Es decir, si alguien me pide que edite algo porque lo daña, yo valoraría cuánto daño a las mayorías por hacer esa edición. Si esa edición no daña a la colectividad, pues yo puedo editar eso que le hace daño al individuo, porque el periodismo no es hacer daño. Ahora, no me diga usted que yo no le diga la verdad al colectivo porque a usted le beneficia. Eso yo no lo hago.

–¿Que hace falta en el periodismo dominicano actual para ayudar al país, para que sea realmente un cuarto poder?

–Al periodismo dominicano, como a cualquier periodismo, le hace falta estar más comprometido con los intereses colectivos y menos con los intereses individuales. El periodismo dominicano está afectado por la necesidad de tener mucho. Cada periodista quiere tener mucho. Quiere tener el carro del año, entonces si usted va a buscar el carro del año para que se lo fie un dealer y si en ese dealer se vende droga, usted no puede denunciarlo, porque le debe el carro. Si usted quiere un apartamento y la empresa constructora desalojó arbitrariamente a los pobres, pero le dieron un apartamento, usted no puede hablar de eso. Si usted quiere tener una pistola de la policía, entonces usted no puede criticar a la policía corrupta. Entonces, mientras el periodista quiere más y más y más, entonces puede decir menos, menos y menos.

Lo que pienso que se necesita es que el periodista necesite poco. Si el periodista necesita poco, si es poco ambicioso, entonces es un ser más útil para el colectivo y el periodismo tiene sentido. De lo contrario, no.

–¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha dado el periodismo?

–Yo siempre he pensado que lo importante no es lo que te da, sino qué tú puedes dar. Yo nunca me he detenido a pensar lo que el periodismo me ha dado, sino lo que le doy. Y puedo decirle, que no estoy satisfecho con lo que le he dado, quisiera darle más.

–¿Qué le falta por darle al periodismo?

–A parte de que necesito seguir hasta que pueda, espero que cada día mi periodismo sea mucho más humano, mucho más íntegro y mucho más amoroso por la gente. Siempre hay posibilidad de mejorarlo.

–Si le digo República Dominicana, ¿qué le viene a la mente?

–Bueno, es el lugar dónde nací y donde vivo. No le puedo decir más nada, porque yo amo a todas las personas por igual. Yo no amo más a un dominicano que a un chino, que a un japonés o que a un haitiano. Yo amo lo justo.

–El ser humano es…

–El ser humano es una categoría. Es a lo más alto que puede llegar un individuo, porque no todos los individuos son seres humanos. Cuando usted se convierte en un ser humano, creo que usted es una persona cualificada, un individuo que ha pasado a una expresión mayor.

 

 

Imágenes de Marino Zapete en Miami.

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