© Por Glenda Galán
Hablar de Jose Ignacio Valenzuela es remitirnos a la palabra éxito, pero sobre todo a un hombre que trabaja arduamente en lo que más ama, escribir; algo que indiscutiblemente tiene que ver con la receptividad que el público ha tenido con su trabajo.
Este escritor chileno residente en Miami, ha tenido la dicha de contar con millones de seguidores a través de sus teleseries y de una infinidad de lectores de sus libros, sin que esto le quite esa capacidad de asombro o la emoción, cada vez que una de sus telenovelas es llevada a la pantalla en un nuevo país, donde quizás ha tenido que ser traducida a un idioma que él mismo no entiende.
En este encuentro con José Ignacio, mejor conocido como Chascas, nos queda claro que su éxito no ha sido una casualidad; que el trabajo, la dedicación y las ganas de superarse cada día han sido los factores fundamentales de su ascendente carrera y que su llegada a Miami contribuye favorablemente al despertar cultural que vive esta ciudad.
• Háblame de tus inicios como escritor, ¿qué recuerdas de esos años?
Recuerdo a mi mamá leyéndome cuentos cada noche antes de dormirme. Recuerdo a mi tía Ana María, una famosa escritora chilena, dándome consejos de cómo escribir. Recuerdo a mis tíos regalándome libros para Navidad y mis cumpleaños. Si hoy yo soy escritor, es gracias a mi familia: todos complotaron para que yo me convirtiera en lo que soy. Nadie nunca asumió que mi gusto por escribir era sólo un “juego de niños”, o una fase que se iba a pasar. Se tomaron con toda seriedad el hecho de que yo había sido elegido por las letras, y me fomentaron con toda intención mi pasión. Como hay que hacerlo.
• ¿De dónde nace “El Chascas”, apodo por el que muchos te conocen?
“Chascas” significa greñudo, de pelo desordenado que no se peina. Y si ven una foto mía, sabrán por qué me dicen así…
• ¿Siempre deseaste ser escritor, o cuando niño querías dedicarte a otra profesión?
Siempre, siempre, siempre, quise ser escritor. Desde que abrí los ojos a este mundo. De hecho, mi mamá siempre me cuenta que yo tenía tres años y pedía libros de regalo. Libros, según yo, con los que formaría mi biblioteca cuando fuera escritor. En la actualidad tengo más de seis mil libros en mi biblioteca y tengo más que asumido que sólo sé ser escritor.
• Cuéntame sobre “¿De qué color es tu sombra?”, tu primer libro para niños. ¿Cómo fue la experiencia de escribir para pequeños lectores?
Fue una experiencia que bordeó siempre la inseguridad, ya que era la primera vez que lo hacía. Por lo mismo, no sabía si lo estaba haciendo bien o no. A diferencia de otros textos, la historia de “¿De qué color es tu sombra?” me salió de una sola sentada, casi como un estornudo. Fue como si la historia ya hubiera estado lista al interior de mi cabeza, y sólo me tomó un par de horas para dejarla lista. Eso, como es natural, me llenó aún más de dudas. Por lo mismo, me siento absolutamente dichoso con el resultado.
• Has comentado que “Salida de emergencia”, es un libro que te costó mucho escribir, ¿Cuál ha sido el texto más retador de los que has escrito hasta ahora?, ¿porqué?
En efecto, “Salida de emergencia” fue un libro que me tomó casi 15 años en escribir por la sencilla razón que no tenía idea que lo estaba escribiendo. Me gusta escribir cuentos y durante muchos años escribí uno por noche, antes de irme a dormir. Así fue como nació ese libro, luego de una intensa selección donde dejé solo 33 narraciones que tenían un hilo en común. Pero pensando ahora en qué texto ha sido el más retador que he hecho, creo que ha sido la “Trilogía del Malamor”. Contar una historia en casi 1500 páginas, divididas en tres libros, sin perder el foco, ni el ritmo, ni el interés, es un desafío intenso que te deja agotado y totalmente exhausto.
• Has expresado que sientes atracción por los cuentos, ¿Qué te permite este género como escritor?
Me permite desarrollar la concisión y la precisión con una puntería que sólo se adquiere luego de trabajar años en dicho género. La capacidad de decir mucho con muy poco es fundamental para un escritor o, al menos, para mí. Y tanto leer como escribir cuentos es un magnífico ejercicio para desarrollar el arte de la síntesis, tan fundamental para escribir buenos textos.
• ¿Cómo ves el despertar cultural que algunos escritores dicen se está desarrollando en Miami?
Como una realidad concreta y palpable. Las actividades culturales se multiplican por día, nacen museos, hay conferencias, una gran feria del libro, cientos de presentaciones, teatro por doquier, etc. La migración latinoamericana le hizo mucho bien a esta ciudad, ya que la influencia argentina, venezolana, colombiana (sólo por nombrar algunas), trajo con ella las artes de cada uno de esos países. Estoy feliz de poder ser testigo en primera línea de estos cambios que se viven hoy en Miami.
• ¿Cómo ha sido tu experiencia como escritor viviendo en Miami?
Sorprendentemente la mejor. No me puedo quejar en lo más mínimo. La ciudad me ofrece todo lo que un escritor necesita: cultura, arte, buenas librerías, actividades artísticas, cosmopolitismo, etc. Si soy honesto, llegué a Miami con muchos prejuicios en torno a este asunto. Y la misma ciudad se encargó de derribarlos uno a uno.
• Un recuerdo grato de Puerto Rico, donde viviste muchos años es…
Los cielos. Los cielos más lindos del mundo, los más estremecedores, los más poéticos, son los cielos de Puerto Rico. Los añoro y extraño todos los días.
• Tienes teleseries vistas por más de tres mil millones de personas, ¿cómo te sientes al respecto cuando recuerdas que la primera idea que escribiste sobre un guión lo hiciste a mano en una hoja de cuaderno?
¡Siempre me emociona! Siempre. Cada vez que una telenovela mía es estrenada en algún país, me emociono con la misma intensidad de la primera vez, allá por 1995. No deja de ser sorprendente para mí el hecho de saber que mis historias pueden interesar a alguien, y que eso no ha cambiado con los años. En general trato de mantener muy bajo mi nivel de expectativa, para así no frustrarme. Y, tal vez por eso, la emoción que me produce saber y ver una historia concretada en pantalla me llena los ojos de lágrimas. Soy un agradecido por tener la posibilidad de hacer lo que me gusta. Y, por lo mismo, prefiero seguir dando las gracias antes que perder la capacidad de asombro con respecto a mi propio trabajo.
• Es una responsabilidad entrar en las casas de millones de personas diariamente durante muchos meses, ¿cómo manejas esa realidad sin que esto te cohiba la parte creativa?
Estudiando mucho para escribir sobre algo que de verdad valga la pena, y ofrezca al mismo tiempo algún tipo de reflexión. Escribir una telenovela es una gran responsabilidad porque, tal como dices, te ven millones de personas. Y si tienes la posibilidad de llegar a tanta gente no puedes permitirte decir algo que no esté respaldado por estudios y una profunda reflexión. En mis telenovelas siempre tanto de incluir temas que generen discusión, como lo son el racismo, la violencia doméstica, el bullying, y así. La creatividad la pongo a disposición de un fin mayor, que es tratar de utilizar la plataforma que te da la televisión para hablar de temas significativos e importantes para la sociedad.
• Háblame sobre la experiencia de escribir tu “Trilogía del Malamor”, ¿qué significado tiene esa obra para ti?
Escribir la “Trilogía del Malamor” (que consta de tres libros: “Hacia el fin del mundo”, “La raíz del mal” y “El árbol de la vida”) ha sido la empresa literaria más ambiciosa y larga en la que me he embarcado. Fueron dos intensos años sólo de estudio, donde investigué todo lo relacionado al mundo en el cual se mueve dicha trilogía. Y luego fueron 3 años y medio más, escribiendo cada uno de los libros. Para mí, la “Trilogía del Malamor” representa el triunfo de la dedicación, el esfuerzo y la concentración extendida a lo largo de casi media década.
• Un libro memorable es…
“Crónica de una muerte anunciada”.
• ¿A qué escritor ya fallecido te habría gustado conocer y porqué?
A Gabriel García Márquez. Simple y sencillamente porque fue capaz de escribir de una manera en la que nadie antes había escrito. Y eso es un prodigio.
• Miami es…
Mi hogar. Y, para mi sorpresa, jamás pensé que eso sucedería.
• Lo que más te gusta de Miami es…
Su condición de Torre de Babel. Para mí, Miami es realmente el resumen de Latinoamérica. Y eso me encanta.
• Con tanta producción literaria, ¿cómo no repetirse al contar?
Cambiando radicalmente de tema, de género y de estilo entre una obra y obra. Si escribo una comedia, lo siguiente que haré será un drama. Si estoy muy sumido en mi trabajo de telenovela, lo matizaré escribiendo teatro. Si llevo varias novelas al hilo, exploraré a continuación el mundo de los cuentos. Y así. Creo que la mejor manera de no repetirse es desafiar la comodidad y, al mismo tiempo, eso es un deber para todo escritor.
• ¿Tienes alguna referencia de la literatura dominicana?
Sí. Uno de mis escritores favoritos es Juan Bosch. Su cuento “Dos pesos de agua” me estremeció de tal manera cuando lo leí por primera vez, que es imposible no pensar en él cada vez que veo llover. En la actualidad, conozco y quiero mucho al escritor dominicano José Alcántara. También considero que Rey Andújar y Rita Indiana están dentro de lo mejor de América Latina.
• ¿Cómo fue tu experiencia en la feria del libro de Santo Domingo, a la que fuiste invitado recientemente?
La mejor. El cariño que recibí en esa feria fue absolutamente desbordado e inmerecido. Firmé libros, autógrafos, camisetas, estreché cientos de manos y me llevé de regaló cientos de sonrisas y cariños. Eso no se vive todo los días. Y, por lo mismo, lo agradezco y lo seguiré agradeciendo por siempre.
Puesta en circulación en Miami de la antología Viaje One Way.
• ¿Cómo ha sido tu experiencia al participar en “Viaje One Way”, la antología de narradores de Miami editada por Suburbano Ediciones?
Para mí fue un honor, en primer lugar, que los editores pensaran en mí para formar parte del grupo de escritores que integran dicha antología. Jamás pensé que yo podría formar parte de un colectivo de narradores, y mucho menos en Miami. Me entusiasmó mucho la idea de tener que escribir un cuento especialmente para dicha compilación, teniendo a Miami como eje narrativo. La calidad de “Viaje One Way” es altísima, desde su impresión hasta el contenido. Y por lo mismo me siento dichoso de estar ahí, entre sus páginas.
• ¿En qué proyecto trabajas ahora?
Estoy escribiendo una obra de teatro y terminando un libro infantil llamado “Mi abuela, la loca” que tengo que entregar a la editorial Alfaguara a fines de julio. Luego de eso, es muy probable que comience una nueva telenovela para Telemundo.
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