mAteo 2

Por Ramón Saba

Mateo Morrison Fortunato nació en Santo Domingo el 14 de abril de 1946.

Gestor cultural, poeta, escritor, ensayista y abogado.  Estudió en el Centro Latinoamericano y del Caribe para el Desarrollo Cultural de Venezuela, convirtiéndose en el primer dominicano en titularse de Administración Cultural. Licenciado en Derecho con méritos Magna Cum Laude, con diplomados en Derecho de Autor y Propiedad Intelectual, y otro en Negocios Jurídicos Internacionales. Ha sido profesor en los niveles secundario y universitario. Presidente Fundador de Espacios Culturales y fundador de la Unión de Escritores Dominicanos donde ostentó la Secretaría General. Fundador y guía del taller literario César Vallejo. También fue fundador de la revista Extensión de la UASD. Es miembro del Colegio Dominicano de Periodistas y del Colegio de Abogados de la República Dominicana. Dirigió el Departamento de Cultura durante más de 20 años de la Universidad Autónoma de Santo Domingo,  Director de Formación y Cooperación Técnica del Consejo Presidencial de Cultura y Presidente de esta entidad, Director General de Formación y Capacitación de la Secretaría de Cultura, Consultor en Animación Sociocultural de las Naciones Unidas para el Plan Decenal del Ministerio de Educación y Asesor de siete rectorías de la UASD. Dirigió durante 20 años el suplemento cultural Aquí del periódico La Noticia. Ha organizado importantísimos congresos de poesía, dictado magistrales conferencias y recitales y Festivales Culturales tanto en nuestro país como fuera de él. Fue también Viceministro de Cultura.

Forma parte de la denominada Generación de  Post-Guerra del 1965,  compartiendo espacio con Norberto James Rawlings, Enriquillo Sánchez, Andrés Luciano Mateo, Alexis Gómez Rosa, Enrique Eusebio, Federico Jóvine Bermúdez, Tony Raful, José Molinaza, Soledad Alvarez, José Enrique García, René Rodríguez Soriano, Pedro Pablo Fernández, Tomás Modesto Galán, Radhamés Reyes Vásquez, Domingo de los Santos y Chiqui Vicioso entre otros más, quienes asumieron el compromiso histórico de repudiar la segunda intervención norteamericana a la República Dominicana al tiempo que intentaron, a través de su canto, sepultar para siempre el espíritu diabólico de la tiranía trujillista. Muchas agrupaciones culturales giraron alrededor de sus postulados, pero Mateo Morrison formó parte del círculo denominado La Antorcha en la también figuraban Soledad Álvarez, Alexis Gómez Rosa, Enrique Eusebio y Rafael Abreu Mejía.

Entre los incontables reconocimientos y premios que ha recibido Mateo Morrison en su carrera, podemos resaltar la distinción recibida por el presidente dominicano Leonel Fernández al cumplirse los 20 años de existencia el Taller Literario César Vallejo en 1997. Recibió además cinco reconocimientos durante sus funciones en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, entre ellos, el Premio al Trabajador Universitario. Fue merecedor de la distinción Salomé Ureña de Henríquez que otorga la Secretaría de Estado de Educación y la distinción de la Cámara de Diputados por su labor cultural. En el 2010 fue seleccionado ganador del Premio Nacional de Literatura.

Sus poemas aparecen en diversas antologías poéticas nacionales y extranjeras ya que su poesía es un testimonio humano de las luchas ciudadanas por un mundo mejor. Podría decirse que es un diálogo con el hombre de la calle en el que pretende elevar su dignidad y su concepto de libertad. Ha producido poemarios que han sido Su traducidos  a varios idiomas y posee en su haber una novela titulada Un silencio que camina. Sus obras más reconocidas son Aniversario del dolor, Visiones del transeúnte, Encuentro Internacional de Escritores Pablo Neruda, Antología poética de Juan Sánchez Lamouth, El tema de las madres en la poesía dominicana, Juan Pablo Duarte a través de doce autores contemporáneos, Política Cultural en República Dominicana: Reto inaplazable, La cultura en los barrios I y II,  No olvidar a los poetas, Pablo Neruda entre nosotros, Dorothy Dandridge, Soliloquio desnudo y otros poemas, Espasmos en la noche, Un silencio que caminaLas palabras están ahí entre muchas más.

El periodista José Rafael Sosa considera que “su principal característica en el trato con las personas es su capacidad de sentir y percibir la vida. La alegría se expresa en él con carcajadas estentóreas y profundas.”

El narrador Aquiles Julián expresa sobre Mateo Morrison lo siguente: “Como toda vida, también si se buscan, se pueden encontrar errores, fallos, debilidades, equivocaciones y todo lo que humanamente se le quiera encontrar. Nadie puede hacer, sin errar, sin caídas o tropiezos. Arriesgarse a fallar es uno de los prerrequisitos de arriesgarse a tener éxito. Sin embargo, si se pone en balanza su vida, su obra, sus aportes, lo positivo apabulla cualquier otro aspecto. Sirvan mis palabras como acto de reconocimiento que es a la vez acto de agradecimiento. Soy en mi humilde obra y persona un beneficiario de su generosa apertura a apoyar el trabajo cultural de otros. Y eso le llena de méritos sobrados para ese premio o cualquier otro, además el de su dedicación constante a la poesía.”

La poeta Máxima Hernández testimonia que Mateo es “hombre admirable, sin poses, quien con sencillez incuestionable se hace presente con gran dulzura, y su tierna sonrisa, poseedor de una voz sonora y grave, pero a la vez afectiva. No se vanagloria de sus haberes literarios ni de ninguna de sus distintas facetas, lo cual le sitúa en un umbral de excelente calidad humana.”

El educador y poeta Virgilio López Azuán expresa en tono agradecido que Un dato importante para mi es que cuando fundamos el Círculo de Estudios Literarios Azuano, CIELA, Mateo dirigía una espacio cultural en un periódico, nos publicó dos páginas de poemas en el mismo. Para nosotros, jóvenes de provincia, fue un gran acontecimiento que celebramos… Fue la primera vez que nuestra poesía salía en los periódicos. En Azua a Mateo se le quiere en forma entrañable.”

El poeta Bernardo Silfa Bor Mateo Morrison estima que Mateo es “Guía. Inspirador. Padre de los ochentistas y abuelo de los noventistas. Ser humano extraordinario. Importantísimo gestor cultural. Mejor escritor. Excelente Poeta. De sensibilidad infinita. Voz con sabor a pueblo. Mateo canta los dolores sociales. Su literatura está poblada de los rostros y cicatrices del hombre y la mujer sudorosa de los barrios descoloridos de este pueblo inmortal donde su verbo conjuga todas las aristas poliédricas de los tiempos del cosmos. La Generacion de Postguerra tiene en Mateo un poeta humanamente sensorial. Un poeta amoroso y cariñoso. Un poeta temáticamente profundo y fundamental.”

La escritora Chiqui Vicioso considera que “la palabra que mejor define a Mateo es la generosidad. A él debemos muchas de las mujeres poetas nuestra entrada a ese, para ese entonces, coto cerrado que era el getto literario. A él deben los poetas de los 80 su promoción. Es un gestor por excelencia de la cultura y un hermano.”

La ensayista y crítica literaria Eli Quezada apunta que “Mateo Morrison es un ejemplo a seguir para su generación y las generaciones futuras. Mateo nos enseña a darnos sin verificar las caras ni las procedencias. A ser generosos con el talento que se nos regala. Hay mucho que aprender sobre este grandioso escritor. Lo admiro y lo respeto.”

El escritor y poeta César Zapata señala con firmeza que “Mateo Morrison es el fundador, no sólo del Taller Literario que funcionó en la UASD, 1979-1984, y que parió los paradigmas de los ochenta: Dionisio de Jesús, Tomás Castro Burdiez, José Mármol y Plinio Chahín, entre otras voces fundamentales de la literatura contemporánea en el país, sino que es el precursor, junto con los otrora bisoños vallejianos, del tallerismo a nivel nacional. Ese es su mayor logro.”

Finalmente el poeta Omar Messón resalta que “a este hombre (Mateo Morrison) hay que verlo desde dos vertientes: como escritor y como gestor cultural. Si no hubiese sido por Mateo, muchos de los grandes escritores que conocemos hoy día fuesen no sólo inéditos sino también anónimos. Al parecer, la labor de Mateo no conoce descanso, todavía está luchando a favor de los jóvenes y de la nueva literatura.”

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS con un fragmento de un poema de Mateo Morrison:

Soliloquio Desnudo

 

Desnudo de mí

ahora el parque

es el único escenario

que poseo.

 

Desnuda de ti

evades mis insinuaciones

te percibo

por las calles de toda la ciudad.

 

Llevo de tu desnudez

vacío de tu voz.

 

Siento que después de ti

un río no será un río

será una construcción de sueños

al lado de su cauce.

 

Un puente no será

el armazón enorme que visitamos

será una nostalgia

por donde pasan autos.

 

El mar será un adiós que se detiene

y elaeropuertouna larga sensación

de lo que ya no somos.

 

Yo estaré desnudo de mí

en el parque más pequeño

mientras desafías con tu desnudez

todas las posibilidades.

 

Ahora buceo sobre tu superficie

pompas de jabón

sobre nuestros sexos diluidos.

 

Duermo sobre las mismas caderas

que me sacudieron

y nodespertar.

 

saba