Mi hijo de 11 años siente una especial inclinación por la literatura y por las formas 3D.
Es un maestro de la creatividad utilizando piezas de Lego.
Hace unas semanas me pidió que entráramos a un parque de Washington DC para ver de cerca unas esculturas.
Algunas de las obras se mezclaban con la naturaleza, otras incluso podían ser utilizadas como sillones por los visitantes. Ese paisaje fué tan novedoso para el, que no quería marcharse.
Los niños sienten una inclinación natural por el arte, a través de él pueden expresar libremente sus sentimientos e ideas.
La niñez es la etapa perfecta para que los seres humanos inicien el contacto con la música, la pintura, la escultura, la danza, en fin con todas las manifestaciones artísticas.
Tuve la oportunidad de trabajar con niños durante varios años y puedo dar testimonio de que el arte los hace más sensibles, más felices y seguros de si mismos.
En un mundo donde los chicos nacen con un chip integrado para los video juegos (esa es mi teoría) y pasan muchas horas viendo televisión, es importante que realicen a la par actividades artísticas, con el objetivo de proporcionarles un arma de expresión con la que puedan activar su creatividad.
Leerles poesía en las noches, ir al museo o al teatro con ellos son actividades que nos unen más a nuestros hijos.
Tendría como 9 años cuando mi papá me regaló una cámara fotográfica.
Durante varios fines de semana se dedicó a llevarme a la zona colonial de Santo Domingo y me pidió que fotografiara todo lo que llamara mi atención.
Aprovechaba el recorrido para llevarme a los museos cercanos y yo no me quejaba de las largas caminatas, porque estaba atenta a los detalles fotografiables.
Además de recordar con agrado mis visitas a esos museos, también guardo en mi corazón los momentos tan divertidos que pasé junto a mi padre.
Nos quejamos porque muchas veces la tecnología influye negativamente en nuestros hijos y los arropa, quitándoles el deseo hasta de relacionarse con otras personas, pero está en neutras manos proporcionarles otro tipo de entretenimiento y de acercarlos al arte, aunque esto suponga un mayor esfuerzo en nuestras rutinas diarias o de los fines de semana. El arte es un regalo que nunca se olvida.
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