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Un día como hoy en 1809  nace en Boston Edgar Alan Poe; poeta, cuentista y crítico estadounidense. Hijo de actores de teatro itinerantes, quienes murieron cuando él era todavía un niño. Edgar Allan Poe fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación. Nunca fue adoptado por ellos.

Uno de sus poemas célebres es el extenso El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. Las campanas (The Bells, 1849), que evoca constantemente sonidos metálicos, Ulalume (1831) y Annabel Lee (1849) manifiestan idéntico virtuosismo.

Además de su calidad como poeta, Poe encuentra en el cuento, otra forma de exponer su genialidad. Según sus propias apreciaciones críticas, los cuentos son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.

Feliz cumpleaños Gran escritor y poeta!

 

Un sueño

¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueno.

Frente a la mar rugiente
que castiga esta rompiente
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren y yo siento

surgir en mí este lamento:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?

 

El día más feliz

El día más feliz, la hora más dichosa, los ha

conocido mi corazón agotado y marchito; pero

siento que ha desaparecido ya mi más alta esperanza

de orgullo y de poderío.

 

¿He dicho de poderío? Sí. Pero desde hace

largo tiempo, ¡ay de mí! se han desvanecido

los bellos ensueños de la juventud; han pasado

ya: dejémoslos que se desvanezcan!

Y tú, orgullo, ¿qué haré de ti ahora? Otra

frente puede bien heredar el veneno que me

has dado. Que por lo menos mi espíritu permanezca

tranquilo.

 

El día más hermoso, la hora más feliz que mis

ojos hayan visto y hayan podido ver jamás,

mi más brillante mirada de orgullo y de poderío,

todo eso ha existido pero ya no existe; yo

lo siento.

 

Y si esa esperanza de orgullo y de poderío

me fuera ofrecida ahora acompañada de un

dolor semejante al que experimento, no quisiera

revivir esa hora brillante.

 

Porque bajo su ala llevaba una oscura

mezcla y mientras volaba, dejaba caer una

esencia todopoderosa para consumir un alma que

tan bien la conocía

 

 

Imitación

Una ola insondable de invencible orgullo,

un misterio y un sueño, tal debió parecer mi

primera edad. Yo añado que ese sueño estaba

atravesado por un pensamiento huraño, siempre

despierto, de seres que han existido, y que mi

espíritu no hubiera apercibido jamás si los

hubiera dejado pasar cerca de mi, bajo mi ensoñadora

pupila. Que ningún otro, acá abajo,

herede esta visión de mi espíritu, de esos pensamientos

que a cada instante quisiera dominar

y que se extienden como un hechizo sobre mi

alma. Porque, al fin, esa brillante esperanza

y ese tiempo liviano se han ido, y mi reposo

terrestre, me ha dejado, él también, con un

suspiro, al pasar. Entre tanto, no me preocupo

de que él perezca con un pensamiento que

entonces amaba….!