Por José Mora
– Necesitamos entarrarla, alguien tiene que hacerlo.
– Pero Raul, casi no tenemos dinero, los tres estamos sin trabajo, construir una tumba y sobre todo en casa, nos va a quitar lo poco que nos queda.
– No importa Alejandro, no importa, debemos construirla y lo vamos a hacer.
Carmelo que no había dicho nada…
– Me da lo mismo, si hay que construirla, no hay porque negarse. Lo mismo haría papa.
Y comenzaron al dia siguiente tempranito en la mañana, Raul anoto la fecha: 14 de julio.
Trabajaban sin prisas y tratando de que los niños que iban a la escuela no perdieran el tiempo viéndolos sacar tierra del patio frontal de la casa. A ver , a ver!! No pierdan el tiempo, sigan hacia la escuela!!.
Los primeros que llegaron fueron los policías. Que hacen? Acaso piensan enterrar a alguien ahí?
Alejandro que era el mayor, salio a hablar con el teniente.
– Caramba! Ya se que hacer si descubro un ladron en la casa, asi llegan mas rápido y sin llamarlos.
– Tienen permiso para construir esa tumba?
– Pues mire teniente, esta en nuestro patio, no necesitamos permiso de nadie.
Entonces llegaron los del departamento de Sanidad.
Que si el permiso, que quién había muerto, los papeles de la alcaldía, que los impuestos….
Alejandro había estudiado derecho en la universidad y se enfrento con los recursos legales que pudo, para no cansar el cuento, los burócratas se fueron como habían llegado. Al parecer habían salido victoriosos.
Ya tenían el sitio donde enterrarla.
– Necesitamos una lapida. No creo que sea prudente enterrarla asi no mas. Yo mismo la construiré, así que Alejandro y Carmelo salgan a buscarla donde quiera que esté.
Carmelo que estaba fumando recostado en una silla solto una risotada.
– Será un pedazo de ella, no creo que este en una pieza.
La búsqueda duro exactamente 37 dias.
No encontraron nada.
– Pero ni un pedazo? Ni un minimo pedacito?
– Pues mira que no. No pudimos rescatar nada, respondió Alejandro.
Raul dio un golpe en la pared y bajo la cabeza.
– Nos quedamos sin Esperanza.
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