Por Francisco Muñoz Soler
Yo, poeta sin brazos, perdido entre la multitud que vomita.
F. GARCÍA LORCA
1- ESPECTRAL DANZA DE INCLEMENTES CUELLOS BLANCOS
El mascarón bailara entre columnas de sangre y números entre huracanes de oro y gemidos de obreros parados.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Espectral danza de inclementes cuellos blancos sobre durísimos huesos de red,
bajeles de auríferas bodegas
que sobre turbias y famélicas aguas
y abismos sin fondo caminan.
Centuria sin aprendizaje ni respuestas
a las columnas de menesterosas sangres viscoso lubricante de sedientas codicias, Pantagruel insaciable de festines de caudales donde vomitan todas las arterias.
Bajo la malla de calcio donde danzan los bebedores de inocentes lágrimas brotan tubérculos de brazos de sombras, sepias de envolventes tentáculos
y tinta cegadora de niños pobres.
Laberinto de tumultuosa caída sin fondo de relojes sin manecillas, ni norte incesable despeñadero de orbitas
claras de ojos con que montan merengues los danzantes de pies de plata.
Rugen millones de ciegas hormigas
obreras aspirantes a mundos celestiales
de inalterable fe y obediencia debida, gemidoras sin consuelo de los detalles
que configuran huracanes de colmillos de oro.
2- PERDIDO ENTRE AZUFRADOS EFLUVIOS DE CLOACAS
Yo muchas veces me he perdido
para buscar la quemadura que mantiene despierta la cosa.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Perdido entre azufrados efluvios de cloacas concentración de ortópteros al calor de las sangres, narcótica solución en absorbente limo
de ignorados arrabales de intelectos.
Turbio raso de dientes de orugas
que agujerean hilos de alientos combándolos en cerrazón de párpados, afluente rumor de asépticos pasos.
Con mirada sin alba refracto
el vomito que ciega las almas
y emponzoña las arterias de las córneas de Aristóteles de los tiempos.
Con manos como tenazas abrigo la lumbre escuálida que penetra recónditos hogares de amaneceres, pupilas de indomables brasas
Vesubio de perennes lenguas de lavas cauterizadoras de infectas úlceras y llagas permanente tic tac de asombro
que despeja la adormidera de las cosas.
3- UNA CONCENTRACIÓN DE HURACANES RECORREN
“Yo denuncio la conjura de estas desiertas oficinas que no radian agonías.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Una concentración de huracanes recorren pútridas entrañas de Sahara y Gobi, escorando mesas, infectando expositores donde caducan excedentes manjares
de codiciosas fauces de perfumados tiburones.
Viscosas arenas asfixian los poros
de asépticos cuellos blancos y levitas
que saciados de avaricia expelen vidrios
que rebanan las entrañas de los menesterosos
que transparentes transitan espinas de neones
con las bocas en los pies y el alma en los pantalones, desgajando agonías en terciarias alcantarillas
a espaldas de bruñidos escenarios,
solaz de conjura de escualos admirados.
Defensores sin límites de justicieros dioses esclusas de ríos quebrados
donde navegan camellos blancos
en busca de ojales del tamaño de un taladro.
4-LA AURORA
La aurora llega y la noche la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
FEDERICO GARCÍA LORCA
I- AURORA EN LA BAHÍA HUDSON
Hay auroras que surgen en las noches más hondas exhaladas por el detenido tiempo de las tundras donde el alba descansa en el vientre de las nieves.
Configuran formas y danzas de hálitos de vida,
de espectrales espíritus que retozan en los páramos como chiquillos cárdenos atravesando chamanes,
acrisola la nebulosa, de la vastedad de la intemperie guiando con su cotidiana experiencia los silencios de la oscura claridad del paraíso del crepúsculo.
II- AURORA EN LA DESEMBOCADURA DEL RÍO HUDSON
Hay auroras que surgen en la claridad más terrible en alba engañada por artificiales luces
enjambres de cemento de teñidos cielos.
Reino de leyes, prisas y cotidianos llantos de angustias donde los números caminan en silencio
devorando familias en fríos cuencos de cieno.
Hudson que desembocas sin esperanza posible para los veintiséis mil niños que mueren cada día acoge la verdadera luz de la espiga.
RUMORES DE SOGAS TRAÍAN, RUMORES DE ORIENTE
Una manzana será siempre un amante
pero un amante no podrá ser jamás una manzana.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Rumores de sogas traían, rumores de oriente fidedignas caravanas de incienso y almizcle en abastos más allá de Mesopotamia acopiaban hermosos manzanos injertados en primigenia sazón de florecer amaneceres y responder a la ciega de la balanza
con doradas miradas y tersas pieles
aún su fruto intacto de lasciva mordedura
pero de vanas semillas de mañanas
al socaire de deseos de fuegos de batallas de espaldas se acogían a la magnificencia del equilibrio divino
y en cluecas peras de limbos las convertían.
Rumores de sogas traían, rumores de oriente caravanas de jorobas y lenguas de serpientes que una de las injertadas y lustrosas manzanas la más inocente, fresca y atrayente, fue acusada de acariciar el nocturno aguijón del deleite
y su interior nefando caminaba desmoronado pariendo vientres de cuchillos de sierpes
en frescos jugos de multiplicadoras simientes; arrebatada sangre silenciada por el cáñamo
y la necesitada pureza de la gravedad,
rumores de sogas traían, rumores de oriente caravanas de especias y manzanas de serpientes.
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