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Por Glenda Galán©

Guillo Carias, multi instrumentista dominicano a quien los años no han robado el entusiasmo que siente por la música, ni la distancia geográfica  ha podido borrarle ese mar caribe que lo acompaña siempre.

Este artista que ha recorrido grandes escenarios, recibiendo el aplauso de personas de todo el mundo, aún recuerda sus inicios como estudiante del conservatorio de música en Santo Domingo, y sus conciertos en la isla que lo vio nacer, junto a grandes músicos.

En víspera de ser reconocido como gloria del jazz dominicano, en el South Florida Dominican Jazz Festival, que se llevará a cabo el próximo sábado en la ciudad de Miami, nos regala algunas anécdotas familiares y artísticas, que nos transportan a un tiempo que sigue intacto en cada nota musical que interpreta.

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• Cuéntame sobre tus inicios en la música, ¿ Desde cuándo sentiste inclinación por la música?

Desde que nací. Mi padre era músico también, director de la Banda Municipal de San Juan de la Maguana, República Dominicana. El me enseñó a tocar el piano y la trompeta desde que yo era muy pequeño, hasta el punto de que un día, teniendo yo tan solo ocho años de edad, faltó un trompetista de la banda y mi padre me hizo sustituirlo por ese día. Desde entonces estoy en los escenarios. Cada vez que falta un músico, el me hacía sustituirlo. Luego continué mis estudios en el Conservatorio nacional de Música de Santo Domingo y terminé graduándome en el Conservatorio de música de Puerto Rico, que en esa época dirigía el maestro Pablo Casals.

 

• ¿Qué peso tiene la tierra donde naciste en tu música?

Toda la influencia posible. Debido a la profesión de mi padre, crecí entre músicos de gran formación y talento. Tengo también la suerte de tener grandes amigos músicos dominicanos, junto a los cuales aprendí a tocar los instrumentos musicales que toco ahora.

La República Dominicana ha sido cuna de gran inspiración para todos nosotros. Es una influencia que no podemos negar, ni abandonar.
Nuestro país es demasiado hermoso.

 

• El piano es…

EL instrumento más versátil y completo que existe. Todo músico, no importa el instrumento que toque, debería también aprender a tocar el piano.

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• Una presentación que sea memorable para ti como músico.

Son muchas, como cuando David Brubeck me invitó a tocar con el en el teatro Nacional de Santo Domingo. Sin embargo, la presentación más memorable para mi fue cuando dirigí la Orquesta Sinfónica Nacional, también en el Teatro nacional, en el primer concierto de Jazz sinfónico que se hizo en la República Dominicana.
Esa noche se estrenó una obra de mi autoría llamada:”Los Cocuyos del campito”, con una orquestación del Maestro Bienvenido Bustamante. Además de dirigir la orquesta ese día, yo también toqué el Fluegel horn, y el piano lo tocó magistralmente Manuel Tejada. Recuerdo que en la batería estaba Wellington Valenzuela, en el bajo Héctor Santana y en la guitarra Juan Francisco Ordoñez.
Los músicos de la Sinfónica se la lucieron esa noche y todos se agigantaron.
El concierto finalizó con la participación del grupo 440, Juan Luis Guerra, Maridalia Hernández, Mariela Mercado y Roger Zayas, quienes cantaron a Capella. Eso fue algo apoteósico!
Una noche realmente memorable para nosotros como para el público que estaba allí.
 

 
• ¿Una Orquesta sinfónica, o un grupo de Jazz?

Cuando la música y los músicos son buenos, no importa si son sinfónicos o jazzista, yo los disfruto igual. He tocado mucha música en mi vida, incluyendo la orquesta Sinfónica Nacional, cuando la dirigía Carlos Piantíni, y la pasamos de maravilla en esa época, al igual que con los grupos de Jazz dominicanos, que son excelentes.

 

• ¿Cuál otro instrumento te habría gustado tocar?

Yo toco varios instrumentos musicales, la trompeta, el piano, el trombón, la clavietta (Que es una especie de armónica), el corno francés y el vibráfono. También toco la güira dominicana. Me habría gustado tocar también Guitarra o violín.

 
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• Un reto grande en su carrera ha sido…

No poder estar más tiempo con mi familia. Esta profesión me ha obligado a viajar mucho y a veces he tenido que estar alejado de ella.

 

• ¿Qué permanece del Guillo que tomaba clases de música en el conservatorio?

Absolutamente todo. He tenido la suerte de permanecer con el mismo entusiasmo con mi carrera de músico, que como cuando era joven. Esta es una profesión muy recompensante, por lo menos a mi me ha llenado mucho. Me mantiene creativo y de buen humor.

 

• ¿Cómo es el proceso de componer música, tiene algún ritual, una hora específica en la que fluyen más las ideas o un lugar determinado?

Rituales ninguno, porque no soy ritualista.
No hay hora ni lugar para componer. Es una inspiración que te puede llegar en el momento menos pensado. Uno puede tener una idea musical hasta en sueños. Es algo muy misterioso, pues a veces uno quiere componer algo y no le sale, sin embargo, otras veces llegan a uno las imágenes musicales sin proponérselo. Yo he compuesto mucha música, y lo he hecho en lugares muy diferentes y en horarios muy locos.

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• ¿Qué le aportaron sus viajes como arrista?

Fui de los primeros en salir de República Dominicana. Eran tiempos muy duros y estaba muy joven. Fue en el año 1957 cuando nos contrataron en Jamaica. Nos fuimos Rafael Solano, Marino Solano, Jesús Benítez (Cachú), Pepito Ramírez, Manolo González, y yo.

Esa fue una oportunidad de oro para todos nosotros, ya que entonces ningún dominicano podía viajar al exterior sin la aprobación de las altas jerarquías gubernamentales.
Para ese entonces, ya hacíamos nuestros intentos con el jazz, y al llegar a Jamaica nos deslumbramos.
Era una época de gran auge en esa isla y la visitaban grandes personajes y músicos.
Ese tiempo nos marcó para siempre.Cuando pudimos regresar al país, finalizada la tiranía, habíamos aprendido mucho.
Eso nos dio un gran impulso para seguir con nuestra carrera.
Luego seguí viajando a todas partes, pero tuve la suerte de volver a República Dominicana muy a menudo.

 

• Un músico admirado por usted?

Como toco varios  instrumentos musicales, puedo decir que como pianista admiro a Bill Evans, como trompetista a Chet Baker, como Vibrafonista a Milt Jacson (The Modern Jazz Quartet), y como músico dominicano a Rafael Solano, mi amigo desde siempre. O tienes buen sentido musical, o no lo tienes!

 

• ¿Cómo saber cuando una composición está concluida?

Las composiciones nunca están concluidas. Uno siempre las trata de mejorar. Uno las termina y las presenta porque no queda más remedio, pero en el fondo, siempre queda esa sensación y ese afán de tratar de perfeccionarlas. Creo que es algo muy humano ese empeño de superación.

 

• Una Influencia para usted como músico

Mi padre, Francisco Carias Lavandier. Era muy versátil, además de tocar todos los instrumentos musicales que yo toco, también tocaba la guitarra, cosa que yo no hago. Era un hombre muy avanzado para su tiempo. Me enseñó muchas cosas, incluyendo a afinar pianos, cosa a la cual también me dedico hoy n día.

 

• La carrera musical  es talento, perseverancia o suerte?

El talento musical viene con uno al nacer. Mucha gente lo desarrolla con perseverancia y muchos estudios, Otras simplemente se dedican a disfrutarlo escuchando a otros tocar. No es algo que se aprende, es común don que viaja con la genética humana.

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• ¿ Qué le recomendarías a un músico emergente?

Que escuche mucha música buena, estudiar con los mejores profesores que encuentren, y atreverse a ser innovadores. No tenerle miedo al proceso creativo.

 

• Cómo ha sido la vida lejos de la República Dominicana?

Nunca me he sentido lejos de mi país. Lo llevo dentro de mi a todas partes. Me he mantenido presente lo mejor que he podido. En mi casa de Carolina del Norte se cuela café dominicano todos los días, se desayuna mangú, hacemos sancocho cuando se nubla, y pasteles en hoja en navidad.
Mis nietas bailan merengue muy bien y saben hablar “dominicano”.
Gracias a la tecnología actual, leo lo que pasa allá.
Solo extraño no poderme bañar en los ríos de Jarabacoa más a menudo, y echar conversaos con mis amigos del Mesó de Bari.

• Qué significa para usted el poder tocar para los dominicanos que residen en el sur de la Florida y ser reconocido por ellos?

Este reconocimiento por mi trayectoria en el Jazz es un gran honor, y lo hago extensivo a todos los músicos dominicanos, especialmente los joveen que incursionan en este género, como un aliento para continuar su trayectoria artística.

Algún sueño por cumplir?
Mi sueño sigue vivo siempre con mi música yo seguiré canturreando siempre.

Prohibida la reproducción total o parcial de esta entrevista. GG©