©Por GG

Hace un año nos conocimos en la Feria del Libro de Madrid gracias a que a Minerva del Risco se le antojaron unos boquerones y, desde allí, un grupo de escritores la acompañamos a buscarlos en varios lugares de la ciudad, sin éxito. Lo bueno de aquella aventura es que tuve el placer de conversar con él sobre su trabajo literario y su labor como docente en República Dominicana. En estos días de pausa en las ciudades es, para mí, muy enriquecedor conversar con este poeta y arquitecto, sobre sus percepciones y vivencias desde casa.

_________________________________________________

1. ¿Cómo te ha tocado vivir este tiempo dentro de casa?

He sentido esto como una pausa beneficiosa. Apreciar lo que tiene para nosotros la energía vital es recuperar el centro, visualizar lo importante, aferrarse a los afectos. Contrario a lo que podía haber pensado, este confinamiento ha activado muchas cosas que tenía pendiente, aquello que había metido en la gaveta del para después. Siento que la poesía, por ejemplo, ha tenido un momento de apreciación por gente que antes no se acercaba a ella ni la escuchaba, incluso, para muchos escritores que no se habían leído entre ellos. Ha sido una oportunidad para reconocernos y crecer juntos.

2. ¿Cuáles han sido tus mayores preocupaciones-retos, aparte de la salud?

La incertidumbre de un porvenir que podría tener varios caminos. Uno de ellos, hacer de la humanidad un entorno más extremista en la que la fuerza se dirija hacia variables pragmáticas, desvinculadas de las emociones. Es un camino en el que la datalogía y el placer por lo programático rechace lo aleatorio como herramienta de lo vivencial. Es una opción que conduciría a usar la mayor cantidad de datos para tomar decisiones que ahora mismo y según nuestros valores tradicionales son aberrantes para un mundo más justo. No es que eso sea una causa-consecuencia de la pandemia, pero creo que puede ser un punto de inflexión para el pensamiento humano, un rompimiento de los acuerdos éticos y morales que han estado presentes en los últimos doscientos años. En el plano estrictamente personal, mi preocupación gira en torno a estar alerta ante los cambios acelerados que vendrán y tener la capacidad de adaptarme a ellos con el optimismo que se requiere. 

3. Estos días has invertido la mayor parte del tiempo en:

Leer mucho, participar como invitado a distintos Webinar, conocer el trabajo literario y profesional de muchas personas, crear un canal de Youtube para divulgar la poseía. Además de reflexionar y fomentar la armonía en mi familia. 

4. ¿Has podido crear en este momento? Si es así, ¿puedes hablarme sobre lo que has estado trabajando?

Me han pedido de distintos grupos que escriba algún poema en relación a lo que estamos viviendo. No soy así. No soy ola. Más bien el acto de escribir para mí es un movimiento orgánico que sale justo cuando hay mucho que me extraigo a partir de cosas que me suceden. No necesariamente tienen una relación espacio-tiempo con lo que para otros se da. Sin embargo, he escarbado mucho y he sumado a mi interior tantas nuevas cosas que en algún momento, de seguro, se convertirán en algo creativo. Esperaré.

5.Cómo ha sido tu experiencia como profesor de UNIBE en estos tiempos? (Retos, lo positivo y dificultades derivadas de la pandemia).

Al cabo de tantos años uno puede hacer un balance de su participación como docente. Desde hace un tiempo noté el cambio en los estudiantes, los cuales cargan una serie de inquietudes e intereses muy -pero muy- distintos a los anteriores. Demandan otras cosas y te miran con otros ojos. Yo creo que la pandemia ha revolucionado de golpe el sistema de enseñanza. Es obvio que para los docentes es un cambio incómodo y abismal, pero intuyo que será positivo. La academia necesita recuperar su compromiso para generar cambios ya que había dejado a un lado ese objetivo sin que casi nos diéramos cuenta. La relación docente-alumno marca un fin a ese criterio vertical en la que uno da y el otro recibe, y el que da espera que el receptor le demuestre que asumió totalmente lo que le dio. Ahora la horizontalidad será mayor y muchos docentes comprenderán que cada alumno es una fuente de enseñanza tanto para él como para los demás y su papel debe ser conducirlo para que encuentre el camino para expresarse y crecer como ser humano. 

6. ¿Qué te viene a la mente cuando digo “dentro de casa”?

Abre la imaginación. Dentro de casa es un reconocimiento de que retorno a ese lugar donde te despojas de ansiedades y te asumes ligero. Y es una construcción mental que cada cual diseña. Quizás para algunos la misma frase les puede significar “atrapado”, “limitado”, “solitario”. Para mí, en cambio, puede significar paz, oportunidad, autenticidad. Puede ser…

7. ¿Se aplazó algo que tenías planeado en el plano literario? Si es así, ¿qué?

Por supuesto. Tengo dos libros escritos que ando trabajándolos para decidir si ya era su tiempo. Y tengo lista una edición dominicana de mi poesía previamente publicada, ya que su circulación ha estado limitada en el país porque las ediciones han sido hechas en España. Además, ya había asumido agendas para actividades literarias que fueron suspendidas. Sin embargo, eso me da una sensación de porvenir que me motiva, porque mientras tengas cosas inconclusas hay razones para seguir adelante.

8. ¿Sientes en ti algún cambio entre el primer día de restricciones para salir y el día de hoy? (físico, emocional o de cómo ves alguna situación).

Quizás como la gran mayoría. Pero ahora he aprendido a ser menos exigente conmigo mismo y a aceptar de una vez por todas lo efímero que somos. Nada es importante y quizás todo lo es.

9. ¿Qué es lo más extremo que has hecho en estos días?

Seleccionar, grabar y publicar en Youtube ya cerca de 200 poemas dominicanos e iberoamericanos. Es un ejercicio que parece sencillo pero exige mucha concentración y toma mucho tiempo.

10. ¿Has encontrado compañía en algún libro, poema, cuento? ¿Cuál?

He estado leyendo con fruición poesía contemporánea en inglés, entendiendo un poco su actual estructura, sus temas, sus giros, su sonido. En este momento ha sido un privilegio descubrir tantas cosas en ella que me dan mucha satisfacción.

11.Una canción, un instante, una palabra, una imagen que te viene a la mente en este momento en que hablamos sobre estar dentro de casa durante largo tiempo.

Canta mundo, del compositor dominicano Manuel Troncoso.

12. Eres escritor, pero también arquitecto, alguien que, de seguro, tiene una visión de la ciudad desde su campo de trabajo, que la que quizás pueda tener yo. ¿Cómo percibes a Santo Domingo en estos días? ¿Ha cambiado tu visión de la ciudad o sigue siendo la misma?

Ha sido una oportunidad para que los residentes piensen en la vorágine en que estaban viviendo con una ciudad que cada día colapsa en su capacidad de movilidad. Se ha redescubierto el verde, el silencio, el sonido de la naturaleza, los espacios comunes. Estimo que cada cual se dirigirá a revalorizar una ciudad que aun está en construcción y que deberá girar hacia un escenario que ofrezca mejores experiencias colectivas. Los cambios no serán de inmediato, pero el pensamiento que generará esos cambios ya han comenzado a trabajar en la mente de los ciudadanos. Ya vendrán acciones que se dirigirán a materializar esas ideas. 

13.Una frase que pudiera definir lo que has vivido en estos meses:

Todo tiene su tiempo. Todo pasa.

Bonus: ¿Hay algún poema tuyo que quisieras compartir en este diálogo? 

Me habría gustado compartir alguno de mi trabajo inédito. Me tienta. Sin embargo, tomo uno de los ya publicados que bien juega a la dualidad refugio-intemperie: 

Habitantes del tedio

Si cruzáramos la línea

nos crecería la barba antes de tiempo

y quedaría atrás el mito

de volar sin tener alas

o el sobremito de parecerse al trueno

ya no será nuestra

la magnitud del tiempo

que derrochábamos apegados al fervor

Era el momento de la angustia

un paso nos borraría

como espuma en una brasa

otro nos haría grises

y nos mostraría el cosmos

de una manera confusa

era justa la amplitud

de esa ansia colectiva

que nos llenaba de peso

que nos cargaba de dudas

que nos agigantaba la pena

que nos prohibía lo absurdo

Si cruzáramos la línea

—no lo hagas—

ya no sería posible

reencontrarnos leves

seríamos barbudos siempre

e invisibles después

trasnochados y gruesos

habitantes del tedio

Tan solo una línea

y nosotros en medio…

…___________________

José Enrique Delmonte (Santo Domingo, 1964). Poeta, Ensayista, cuentista, arquitecto y catedrático universitario. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Realizó un posgrado en Preservación de Monumentos  en la University of Florida, Florida, Estados Unidos y un doctorado en Estudios del Español: Lingüística y Literatura en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Ha publicado los libros: Guía de Arquitectura de Santo Domingo (historia); Memorias para la construcción de la Nación (ensayo histórico); Historias para la Construcción de la Arquitectura Dominicana (ensayo); Alquimias de la ciudad perdida (prosa poética); Once palabras que mueven tu mundo (poesía); La redondez de lo posible (poesía). Ha escrito cientos de artículos científicos y especializados en revistas internacionales indexadas. Ha sido merecedor de importantes premios y reconocimientos, entre ellos el Primer Premio Poesía, concurso literario UNIBE, 2012 y 2013, el Premio Iberoamericano de Poesía, Feria del Libro de Madrid 2014 y el XV Premio Internacional de Poesía León Felipe, 2016.