Conocía a Lourdes Vásquez hace varios años, en una actividad literaria del Betsy Hotel de Miami Beach. En esa ocasión compartimos nuestros puntos de vista sobre la literatura escritas por latinos en Estados Unidos y a raíz de ese encuentro, me invitó a la puesta en circulación de su libro The tango files, donde leyó algunos de los textos que conforman ese libro.

Recientemente nos volvimos a ver en el Brunch literario organizado por la Feria del Libro de Miami, donde ella conversó sobre su proceso creativo como poeta. Me gustaron mucho varios poemas suyos, contenidos en una antología que me obsequiaron ese día. Hoy, la poeta puertorriqueña, radicada en Miami, comparte tres de los poemas de su libro Un enigma esas muñecas.

Libertades

Disfruto furiosamente el acto sexual y repito esta actividad una y otra vez con cualquiera. Cuando copulo con esa intensidad me acuerdo de las amas de casa. Como decía una poeta, algunas mujeres llevan a cabo un pacto de amor con su casa. Limpian a diario cada habitación con una pasión desenfrenada para finalmente retirarse a dormir satisfechas de la labor cumplida. Me parece que han experimentado una convulsión orgásmica.

            Le confesaba esa misma poeta a su analista que su mundo estaba repleto de palabras; más bien que su negocio eran las palabras.  El negocio de él era observar el manejo de esas palabras.

            Yo diría que mi mundo está hecho de sexo. A estas alturas no hay que ocuparse de purezas idiomáticas;  es como insistir en velar por la limpieza del linaje, en oposición de la sangre igualitaria, esa última sangre que transita por las calles de la ciudad.

            Creo además que el acto sexual debe practicarse con entera libertad, sin bajar la mirada, ni avergonzarse de tener que morir, porque cada acto sexual es una pequeña muerte a la que nos lanzamos como niños huérfanos en medio de la guerra.

Iam amore virginali

«Ah, aquella época de crecimiento» –dijiste.

Como si yo hubiese sido la teta de la cual

te enganchaste una temporada.

Por el vacío de tu mirada o el fraseo

despersonalizado daba la impresión de que te dirigías

a los súbditos de un culto. Tuve también la sensación

de que yo te brindaba la rara oportunidad

de hacer las paces contigo mismo.

No se me ocurrió que pudo haber otra razón

a tus palabras, alguna interpretación más cercana

a la alegría de los soles de haber compartido

tantas mañanas luminosas. Que solo era una

referencia a aquellos buenos tiempos

en que descubrimos al poderoso deseo mortal.

No quise compadecerme o desahuciarme,

no quise imaginarme estrella de cine

que se pasea por un campamento de refugiados

para atraer la atención de las cámaras–

mas no evité sentirme como una huerfanita

pálida y flaca que siente deseos de soñar

a los suyos vivos.

El eco de las bocinas de los buses

y un grupo de voces que se acercaban,

permitió dejar atrás esa sensación de lástima

y concentrarme en el instante. Entonces

pude constatar que ese momento

ha sido lo más cerca que te he tenido

y me sentí cabra hinchada de leche mordiendo

todo lo que agarra.

Ciudad, duermo sola.

Anticipo roncar junto a un hombre

en cuclillas y pintado de azul.

Su lengua se aproxima a mi cuerpo

como una mariposa en medio de la nieve.

Te pido que mi referente

a este

teatro de la

muerte

contenga un agua clara

para las fuentes

y que su lengua technicolor

anticipe toda la ternura de un enamorado.

Lourdes Vásquez

Lourdes Vázquez es una de las escritoras más destacadas de Puerto Rico. Entre sus premios se incluye el Juan Rulfo de Cuentos (Francia); la Mención de Honor del Paz Prize for Poetry (USA) por Un enigma esas muñecas y la Mención de Honor a su antología de poesía Bestiary: Selected Poems 1986-1997 (USA). Una selección de su poesía ha sido publicada en italiano: Appunti dalla Terra Frammentata, así como su crónica The Tango Files. Adagio con fugas y ciertos afectos es su último libro de cuentos. Es la compiladora de la antología Cuando narradoras latinoamericanas narran en Estados Unidos, publicada en Argentina.