©Por Glenda Galán
Isaac Polanco vivió gran parte de su niñez y de su juventud en Nueva York, donde estudió teatro en NYU. Hace siete años se mudó a Miami, donde dirige las obras en español del Main Street Playhouse, un lugar donde antes solo se presentaban obras en inglés, y que ahora pone en escena clásicos como Ifigenia en Aulis, la obra de Eurípides que, actualmente, presenta de la mano de actores de toda Latinoamérica. Con proyectos como este Isaac espera brindar al público de Miami propuestas diferentes a las que, comúnmente, está acostumbrado.
Con Isacc conversamos y con algunos de los integrantes de esta obra, que se estará presentando hasta el 17 de diciembre.
–Isaac, hablemos de Ifigenia en Aulis.
–Es una tragedia griega que hemos modernizado y que cuenta con un elenco de actores muy talentosos. Es una obra que habla de lo que es el heroísmo y lo que se puede llegar a hacer por mantener el poder.
– ¿Qué te motivó a mudarte de Nueva York a Miami?
–A mí me encanta Nueva York, me parece que es un lugar espectacular donde siempre estas aprendiendo, pero yo siempre añoraba vivir en un lugar que fuera más latino, donde se hablara más español y que me recordara a República Dominicana. En Miami encontré eso.
– ¿Qué recuerdas de los dominicanos de Nueva York?
–Yo crecí en Washington Heights, ¿De qué no voy a poder acordarme?
Recuerdo mucho la comida. Caminar por las calles y sentir a tu gente, es algo muy especial que extraño mucho.
–¿Cómo fu e tu proceso de aprendizaje en NYU?
–NYU es una Universidad muy buena y lo más lindo que tiene es la convergencia de personas que llegan allí. Hay gente de España, de Latinoamérica, de Asia, entonces siempre estas expuesto a nuevas cosas. Para mí fue un entrenamiento actoral, directivo y de estilos de teatro. Aprendí mucho en las clases de teatro educacionales.
– ¿Cómo llegas a Main Street Play House?
–Yo llego a Miami, en el 2010, porque quería tener un cambio de ciudad y siempre he hecho teatro por mi cuenta, así que llego a este teatro porque un amigo me lo mencionó y le pregunté a ellos si podía rentarlo. Lo renté e hice dos obras por mi cuenta. Después de hacer esas dos obras, la directiva del teatro quedó muy contenta con mi trabajo y me llamaron para proponerme que me uniera a la directiva. Entonces, ya en la directiva, les propuse que hiciéramos una obra de teatro en español, cada año, ya que solo se presentaban obras en inglés.
– ¿Cómo ve tu familia que te has dedicado a esta rama del arte?
–Mi familia me apoya, pero como muchos padres dominicanos, quizás hubieran preferido que hiciera una carrera más sólida, como abogado, doctor, no sé…
–Pero estas presentando una obra griega, eso es sólido, le digo entre risas a Isaac, a lo que, también riendo, me dice:
–Sí, así es. Mira, yo creo que al final, la familia siempre quiere lo mejor para ti y siempre quiere verte feliz. Las familias dominicanas son muy unidas y mi mamá es un ejemplo de eso, pues ella al final, siempre me ha apoyado haciendo lo que sea, hasta cosiendo el vestuario de un actor cuando se ha necesitado. Eso me ha demostrado que no importa mi carrera, mi familia siempre va a apoyarme.
–Te gusta mucho la dirección de teatro, pero también eres actor, ¿cuál es la diferencia en cuanto a preparación, en cada uno de esos roles, cuando estas en una obra?
–El director es el visionario de la obra, tú como director no observas la historia que vas a contar desde un punto individual, tú la ves desde afuera, formando un equipo complete para llevarle esa historia al público. A mí me gusta mucho ese proceso porque me siento un poco como el dios que va formando la obra poco a poco. El actor trabaja de manera más individual. Como actor, cada personaje es un reto. Como director uno trabaja con gente talentosa, pero que a veces son un poco difíciles, esto dificulta un poco el proceso de la puesta en escena.
–¿Estas familiarizado con el teatro que se hace en República Dominicana?
–Un poco. Siempre he mantenido mis conexiones con la República Dominicana, pues conozco algunos actores y directores de teatro como Wadys Jaquez, también he visto el trabajo de Carlota Carretero. Yo crecí en mi país viendo las obras de La Pinky, cuando me llevaban a ese gran teatro. Era una experiencia muy especial, yo les tenía miedo a las brujas de esas obras, pues me creía las historias de verdad. Yo aprendí a vivir el teatro desde niño.
–¿Crees que estas primeras exposiciones al teatro tuvieron que ver con que te decidieras por esta profesión?
–Definitivamente, esa idea de querer contar historias viene de ahí, de la exposición que tuve, gracias a mi familia, a esos lugares donde se contaban historias.
–¿Qué consideras que hace falta en Miami en el área de teatro?
–Aquí tenemos muy buenos actores que llegan a la ciudad, creo que lo que falta es unión. Esos talentos que llegan de diversos países necesitan un lugar donde unirse y donde colaborar. También creo que subestimamos al público de Miami, pues aquí sí hay un público al que le interesa ver obras inteligentes y que lo exponen a algo diferente. Yo me siento muy privilegiado porque tengo este lugar donde los actores que han llegado han producido cosas maravillosas. Este teatro tiene cuarenta y tres años en total, había sido siempre un teatro comunitario y, desde el año pasado, se convirtió en un teatro profesional.
–¿Qué no harías tú en teatro?
–Teatro que no deje ningún mensaje, que no tenga una plataforma sólida. Yo no haría teatro solo para vender, pues se gasta demasiado tiempo y energía para no hacer lo que te gusta, por eso es importante llevarle al público algo que tenga sentido.
–¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con este elenco de Ifigenia en Aulis, que aglutina actores de diversos países de Latinoamérica?
–Ha sido una experiencia nutritiva, cada uno trae una educación y un entrenamiento diferente que se comparte. Hay actores que me enseñan a mí y hay cosas que yo le enseño a ellos. Eso ha sido muy enriquecedor, porque esa convergencia ha sido beneficiosa para el elenco. Al final, todos estudiamos teatro y compartimos eso.
Ver entrevista al elenco de Ifigenia en Aulis:
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