Conocía a Pascal Meccariello hace unos años, mientras cubría los eventos de Art Basel en Miami. Ese día en particular asistí a un desayuno patrocinado por Davidoff, en el Jardín Botánico de Miami Beach, al que se dieron citas varios artistas dominicanos. Recuerdo que llegué al lugar con Chichí García Cordero, que me presentó a Pascal, con quién entable una interesante conversación en torno a su obra.
Años más tarde nos encontramos en Librería Mamey para llevar a cabo la entrevista que había quedado pendiente desde aquel primer encuentro. En este espacio de arte Pascal presenta Boomerang, su más reciente exposición individual, de la que conversamos en medio de un ambiente lleno de libros, color y buen café.
-¿Cómo nace el nombre Boomerang para esta exposición?
-Del mismo principio que viene de la acción de un boomerang: ir y venir. Tiene que ver con esa parte kárnica de que cada acción trae una reacción. Una acción positiva trae una reacción positiva y una acción negativa trae una reacción adversa. No es algo autobiográfico, pero sí tiene que ver con mis procesos. Mi trabajo se ha revolucionado, yo he cambiado muchas cosas, he evolucionado hacia algo más abierto y espontáneo. Es como una especie de revolución, de movimiento donde mi trabajo, de alguna forma, vuelve a mí, vuelve a procesos que he dejado un poco de lado pero que, ahora, los retomo y los transformo. Con esto hago un paralelo con la imagen del boomerang.
-Dices que en Boomerang retomas algunas temáticas e ideas que habías trabajado antes y que habíais dejado. ¿Cuáles son esas ideas?
Mi trabajo es más de proceso que de resultados, aunque es un trabajo terminado. Yo no le tengo miedo a mostrar mis procesos, pues los valoro. En este caso, lo que he hecho es que, en muchos de los patrones que tengo reproducidos en la obra, he reciclado como imagen fotografías de otros dibujos o del mismo proceso, convirtiéndolas en patrones que luego recorté y complementé con la tinta, con la aguada.
Lo de la tinta china es un proceso que yo he llevado durante gran parte de mi trabajo y que había dejado al margen. Ahora lo retomo para mostrarlo.
-¿En qué momento inicias en el arte y qué pasaba en tu vida en ese momento cuando te encuentras con la expresión artística?
-Yo empiezo en el teatro muy joven, siendo un adolescente. Al salir del bachillerato entro en un grupo de teatro popular callejero y me empiezo a interesar por los talleres de arte. Hice un taller de grabado con Marianne de Lora, la esposa de Silvano Lora, ahí se manifestó esa vena plástica que tenía desde niño, ya que a corta edad yo hacía dibujos. A los dieciocho empiezo a participar en exposiciones colectivas y participé en un concurso de arte joven en el que me seleccionaron y luego me dieron una mención y eso me fue motivando. Ya de eso hace unos veinticinco años.
-¿Qué experiencias positivas son las que más recuerdas en estos veinticinco años dedicado al arte?
-He tenido varios momentos que han sido muy especiales para mí y casi siempre han tenido que ver cuando he tenido la oportunidad de ir fuera con mi trabajo. Uno de esos momentos fue cuando gané una beca de la UNESCO para estar tres meses en Holanda en un centro de trabajo de cerámica.
-Te conocí en Miami, ¿cómo ha sido tu experiencia en esa ciudad?
-Mis visitas a Miami iniciaron en una feria en la que participé dos veces, que se llamaba Arte América. Estamos hablando de mil novecientos noventa y siete y noventa y ocho. Luego volví con el Colectivo Quinta Pata, invitado por el Centro Cultural Español, para una exposición que se hizo en la semana de Art Basel. Quinta pata es un colectivo al que pertenezco formado por cuatro artistas. Esa fue una exposición itinerante que viajó a varios de los centros de esta institución, ubicados en el continente.
-¿Qué te parece la movida cultural de Miami?
-Es súper intensa y casi imposible de abarcar. Te deja lleno de estímulo. Es una gran feria del arte, sobre todo cuando están estas ferias. es interesante ver la particularidad de cada uno de los eventos que se realizan. Me encanta esa parte del graffiti en Wynwood.
-¿Qué le saca un artista a eventos como las ferias?
-Sobre todo, conocer el trabajo de muchos otros artistas. Ver muchas cosas que uno no sabe que se están haciendo. Actualizarse en cuanto a las nuevas propuestas. De repente hay artistas que te demuestran que las técnicas no son una limitante. Es importante ese contacto con otros puntos de vista y ver gente con la que te identificas en el discurso, pero que lo enfocan de otra forma, (formalmente y conceptualmente). Además, celebrar el arte es una grata experiencia. Cada vez que he ido a esos eventos vuelvo enriquecido.
-¿Que crees que hace falta en República Dominicana para darle más impulso a nuestro arte, dentro del país?
-Creo que este es un buen momento en el sentido de que están surgiendo espacios como este, donde ves que coexisten la literatura y las artes plásticas. Iniciativas como esta, de Librería Mamey, están aportando y dándole confianza a los artistas que están comenzando. Si hablamos sobre el estado, tenemos la Bienal de Artes Visuales, que se realiza regularmente aunque, en algún momento, ha habido algunos conflictos en parte del sector artístico, debido a que se han limitado los formatos y se ha cambiado la forma de evaluar. También tenemos una buena Bienal en Santiago a cargo de E. León Jiménez, esto motiva al artista para participar, porque hay una remuneración económica. Pienso que todavía falta que el estado aporte más, en términos económicos, hacia el arte y la cultura, organizando otros eventos a parte de la bienal, como intercambio de conocimientos en el que los artistas tengan trabajo permanente, que haya una política de adquisición de obras de arte por parte de las instituciones que lo conforman. Esto ha pasado en algunas ocasiones, pero no es constante.
También pienso que el sector privado puede aportar mucho, pues hay empresas que tienen un aval económico que les permite apoyar mediante adquisición de obras, concursos o residencias artísticas.
-¿Sientes que tu obra ha sido apoyada por los dominicanos?
Sí. Mi trabajo, mi carrera se ha desarrollado aquí, fundamentalmente.
-¿Hay buenos críticos en República Dominicana?
-Muy pocos, se pueden contar con los dedos de una manos y creo que nos sobran.
-¿Y curadores?
-Ha habido intentos. Hay personas con la capacidad y el conocimiento para emprender proyectos de curaduría, pero como que no sucede a menudo.
-Quizás promover la especialización de críticos de arte y curadores pueda ser una buena forma de apoyar el arte desde el estado y desde el sector privado.
-Si, como lo está haciendo el Centro Cultural de España, que tiene ahora un programa que se llama “Curando Caribe”, donde traen curadores de cierto prestigio y de otros lugares, para dar talleres de formación.
-En momentos tan confusos para los que no somos críticos de arte, en cuanto a lo que se considera o no se considera arte, ¿qué tomas tú en cuenta a la hora de valorar la obra de un artista?
A veces es muy difícil sacar una conclusión a priori, cuando ves una obra y no tienes antecedentes del artista y sobre el arte en general. Es necesario tener un contexto y unos parámetros a la hora de valorizar.
-¿Cómo te nutres como artista?, ¿cómo has seguido preparándote?
Viéndolo todo. Yo tengo que ver teatro, tengo que escuchar música. Tengo que conocer y apreciar otras ramas del arte, eso es lo que, en mi trayectoria, me ha formado, me ha dado una perspectiva y una forma de sentir, de enfrentar el trabajo y de expresarme.
Aunque vengo del teatro, que es algo que demarca bastante tu trayecto, y muchas de las cosas que he aprendido del teatro lo he aplicado a las artes plásticas, también mucho de lo que yo he hecho en artes plásticas visuales lo he aplicado en el teatro. Viajar, ver otras culturas y ver como enfrentan el trabajo en otros lugares también enriquece. Es bueno estar expuesto a todo eso para saber quién es uno. Es importante conocer nuestro entorno, pero también conocer otros lugares y ver cómo nos ven desde fuera.
A los artistas emergentes les recomiendo que investiguen y que lo vean todo, pues por ser artista plástico no tengo que circunscribirme a la apreciación de este tipo de arte.
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