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©Por Glenda Galán

El mundo ha quedado consternado por la masacre perpetuada en la revista satírica Charlie Hebdo de Francia, en la que han perdido la vida doce personas y han quedado heridos muchos otros.

 Desde que me enteré de la tragedia vino a mi mente un niño dominicano que realiza el dificil arte de hacernos reír y pensar al mismo tiempo mediante sus caricaturas, quien además también ha trabajado en Francia como ilustrador.

Incómica Incómico es un niño de “lápiz a tomar” al que le temen algunos políticos, como también aquellos que quieren pasarse de listos evadiendo la justicia. Con él conversamos sobre el difícil arte de la caricatura y sobre su libro “Parto sin cesárea”, porque nadie va a atemorizarnos por ejercer nuestro derecho a la libre expresión.

 • Cuéntame de tus inicios como caricaturista.


Tía, me dice mi madre —que da constancia ya que fue la que pujó— que yo en su vientre estaba en posición inversa (mi padre pensaba que el muchacho le salía «virao») y que nací un día martes 13 y que salí zurdo. Eso da dibujante por donde lo vea. Lo primero que hice fue arrebatarle el lápiz al doctor y rayarle su bata. Luego de ahí no paré de rayar. Aunque obtuve un título de Ingeniero, finalmente me desarrollé como artista de “Bande Dessinée” en Francia.

•  ¿Cómo haces para que tus padres te dejen publicar todas esas caricaturas sin que te regañen?

Simple, los amenazo con dibujarlos y hacer público esos dibujos.

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•  Un libro que te haya marcado desde que lo leíste.

Obviamente que el Principito. Hay otros más, pero son muy complicados, ya que han sido escritos por adultos.

 • ¿Cómo ves tu futuro en la República Dominicana cuando te conviertas en adulto?

Tía, yo creo que para ver bien el futuro de República Dominicana es preciso ir al oculista del autoexilio. Tengo muchos tíos fuera de la isla que una vez han migrado se han convertido en videntes muy superiores a Nostradamus y pueden ver perfectamente el futuro de la isla, el cual no es nada brillante; mientras tanto, los que aquí pululan, les resulta extremadamente difícil ver la situación, ya que obviamente al estar una gran mayoría alcoholizada, narcotizada y especialmente solidarizada (con la tarjeta) andan en estado cataléptico, a tal punto que al pueblo parece que se le olvida que quien le impuso un paquetazo fiscal fue Danilo, en vez de imponer cero impunidad a los “excesos” de su partido. Eso lo convierte en verdugo y cómplice. Pero no, el pueblo le otorga más de un 80% de aprobación, y detrás le siguen, aunque lejos, Leonel, Margarita e Hipólito. Esto da cuenta de una sola cosa: de un estado masoquista crónico generalizado en la población dominicana.

El dominicano en su estructura mental, en su psicología social, tan oprimida a través de diversas fuerzas que lo subyugan poco a poco de maneras tan subrepticias, desarrolla a la vez mecanismos de defensa psico-emotivos mediante la creación de polaridades (muy similares al religioso). Son polaridades a través de las cuales proyecta sus aspiraciones y esperanzas (pendeja) hacia el polo (bueno) y cataliza toda su desgracia y maldad hacia el polo (malo). En el caso político tenemos: Danilo, bueno; Leonel, malo. Hipólito, bueno; Miguel, malo. Dios, bueno; Diablo, malo. En esta película, del Bueno y el Malo, solo falta el Feo. Esa forma de encarar la realidad es permisiva, porque no permite ejercer el pensamiento crítico hacia los fundamentos de una estructura perversa de gobierno entronizada y dictatorial, y un sistema político de partidos putrefacto y corrupto, aupados por poderes fácticos económicos. Es una postura mental bipolítica que relega la razón y solo es impulsada por la emotividad que ata afectivamente el psiquismo hacia la parcela política contraria a la que se niega con todas las fuerzas intestinas. Así, el votante recicla, cual efecto yin-yan, las mismas ofertas políticas, convirtiéndose, en último término, en el responsable de mantener el estado decadente de la política actual. El Votante, es, entonces, el Feo de la película.

• ¿Qué es lo que más te molesta como niño de la sociedad en la que vives?

La esperanza.

La esperanza de hecho estaba en el fondo de la caja de Pandora junto con todos los males…  Escucho más de lo que quisiera, a comunicadores, bocinas, opinólogos diciendo cosas como “hay que darle esperanza a la gente”. Sería bueno que a la gente finalmente le dieran algo de dignidad con mejores condiciones de vida.

Desorden.

Cada quién, siguiendo los ejemplos de sus falsos ídolos, piensa resolver su situación en el caos. Al salir a las calles usted perfectamente puede entender la “cultura de patio” imperante, donde en la vía pública todo el mundo entiende que puede hacer lo que le dé su reverenda gana, porque la lógica primitiva dicta que la calle no es más que una “extensión de mi patio”… En el único lugar que he visto el milagro del orden con una pasmosa sincronía cuántica ha sido en la iglesia, cuando los feligreses se aprestan a recibir en una ordenada fila la eucaristía.

Individualismo.

Relacionado con lo anterior, poseemos una nula consciencia colectiva. Somos una sociedad meramente primaria, en donde nuestro principal motor es el emotivo. La racionalidad, por ende, es vista hasta como un obstáculo, la cual, incluso, llega a ser objeto de ninguneo y escarnio. Por eso impera el desarrollo del “amiguismo” en un mar de “sociabilidad funcional”, ya que es la única manera de poder conseguir el sustento material, de tal forma que todo punto de interacción social se convierte en un punto de mercado: iglesia, reuniones, fiestas, instituciones, etc. Esto le dice a usted que pretender un Estado que responda a su concepto ontológico, es una quimera, una ridiculez. La conformación de un Estado requiere el entronizamiento de la razón. Esto explica, desde mi punto de vista, el bajo —más bien—, nulo grado de institucionalidad, lo que provoca un Estado clientelar generalizado.

Irracionalidad.

Relacionado con lo anterior nuestra concepción de la realidad es ajena a todo ejercicio racional, responde a impulsos emotivos o medalaganarios, lo que nos lleva al…

Autoritarismo

El poder es aplicado caprichosamente. Si observa, todas nuestras instituciones están “gobernadas” por caciques, cada uno autoerigiéndose amo y señor de su coto.

•  ¿Has sentido la Censura por lo que denuncias?

No la he sentido. Solo unas decenas de ociosos «picapollereros» queriendo tumbarme la web y el Facebook…

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• Hablando de eso, ¿cómo te llegó la noticia de lo ocurrido en las instalaciones de la revista satírica Charlie Hebdo de  Francia, un país en el que has trabajado y que conoces bien?

Les habian tumbado la web y años atras encendiado, cuando me enteré de aquel inscendio, sabía que no durarían. El plomo no liga con el graffito.

He mandado una tira a mis colegas en Francia, y estamos preparando más material para “allá”.

• ¿Qué mueve a un caricaturista a seguir realizando su trabajo, aún sabiendo que su vida corre peligro?

No lo se, debe ser que es como respirar. Por que detener las ideas es crearles un dique. Es represión, y la represión enferma y eventualmente mata…y total, que morir es cosa de tiempo. Mientras Jodamos a quien nos jode…

• ¿Qué aporta la caricatura a la sociedad?

Le daré la respuesta que le di a un director de un periódico:

«Yo no hago tiras acomodadas, simpáticas o descafeinadas.  Asumo mi labor con responsabilidad y con el riesgo que ella implica. En lugares más que en otros, siempre se camina al filo de la navaja en estos bretes.

Sé que mi línea editorial es a veces un poco ajena al conservadurismo y «cartuchismo» imperante en la mentalidad dominicana (incluyendo a tantos jóvenes con mentes de viejo), pero he ahí el éxito de la misma en este poco tiempo, la gente se identifica con los temas contingentes los cuales no dudamos en graficar.
Por otra parte, esa es la gracia de la semiótica gráfica, cada quien interpreta a su pinta, aunque soterrada y subrepticiamente haya una lectura que intencionalmente haya yo graficado.

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 “Una buena tira cómica no impone una visión, sino una pregunta”.

No hay nada más peligroso para el poder que un individuo que cuestiona. Sólo una sociedad que pregunta puede llegar a ser libre; porque son las preguntas y no las respuestas de lo cómodamente ya sabido y muchas veces falso, las que marcan el derrotero de su futuro y existencia.

Pero además, la fuerza del signo y del símbolo radica en que son concentrados potentes de significados que cuando se combinan adecuadamente, estallan, cual Big Bang, en un universo de novedosas realidades e ideas a veces emancipadoras. Los opresores y corruptos les temen más que a las armas…

•  Cuando dibujas  ¿qué es lo que primero tomas en cuenta para que la caricatura se parezca a quien deseas plasmar?

Tía, para serle honesto, amo el estilo sintético en la caricatura, aquel que con el mínimo de trazos buscar plasmar la esencia misma del personaje. Sin embargo, utilizo un estilo más realista para que sea más digerible por una mayor amplitud de lectores. De todas formas, trato de capturar ciertas expresiones que revelan la personalidad del caricaturizado.

•  ¿Qué pesa más el concepto o la forma?

Todo es concepto. Pero haré un par de distinciones.
Primero está el tema, luego un concepto, luego la idea de cómo plasmar o dibujar ese concepto, y luego la ejecución misma del dibujo. Pero en este último caso también hay un concepto. Es decir, no es gratuito el estilo gráfico utilizado, tampoco lo es el uso de dos viñetas. Todo tiene un propósito definido, incluso el título de la tira cómica, que muchas veces veo mutilado a través de las redes sociales.

• RD es…

Surresliamo-fantástico.

• ¿Qué pesa más en La República dominicana, las malas acciones de algunos o la indiferencia de las personas adultas?

Yo pensaba que los últimos, ya que se ha demostrado que los animales —incluyendo a los mamíferos— cuando son domesticados estos se convierten en seres extremadamente idiotas; pero estoy sospechando que en realidad los primeros son legión y más numerosos…

• ¿Quisieras ser político cuando crezcas?

No creo que pueda aprender a «tragarme un tiburón sin eructar…»

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• Cuéntame del libro que publicaste.

Es el primer volumen recopilatorio de la «Tira Incómica», y que lleva por título «Parto sin cesárea». En él se recogen las mejores tiras publicadas en diversos medios en el transcurso de 2 años. Es el “libro naranja” que los políticos dominicanos no quieren que nadie lea y por el momento se puede conseguir en Amazon.

Tía, en este punto quiero agradecerle la consideración de entrevistarme y despedirme con una breve frase que he acuñado: «Cuando la democracia sale cara, la revolución sale barata.» ~ Incómicus Philósuphus