Pueden las imágenes tener un significado implícito?

Mira estas dos imágenes antes de leer este artículo y piensa cuál de ella es Bouba y cuál es Kiki.

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Hoy recordé este curioso dato que ha sido bastante ventilado, pero que puede ser interesante para quienes aún no han escuchado hablar de estos estudios sobre la relación del lenguaje y el sonido.

 
 

El efecto bouba/kiki fue descubierto por el  Psicólogo Köhler, quien mostró formas similares a las de la imagen del inicio a una serie de sujetos de habla hispana, y encontró una fuerte preferencia a asociar la forma puntiaguda con el nombre «takete» y redondeada con el nombre «baluba» («maluma» en la versión de 1947).

Lo interesante es que parece ser una apreciación transcultural, pues sin importar en qué países o etnias se aplique el test, se obtienen resultados similares.
Ya Sócrates se planteaba en el Cratilo que los nombres podían no ser arbitrarios, mientras que Aristóteles opinó que eran más bien convencionales.

En el año 2001, V.S. Ramachandran y H. Edward repitieron el experimento de Köhler (que usa las palabras “Takete” y “Maluma” y unas imágenes similares) con las palabras “Kiki” y “Bouba” y les preguntó tanto a estudiantes universitarios estadounidenses y a hablantes tamiles de la India “¿Cuál de estas figuras es Bouba y cuál es kiki?”. Tanto en el inglés y en el tamil el 95% y el 98% seleccionó la forma curvilínea de “Bouba” y el dentado como “Kiki”, lo que sugiere que el cerebro humano es de algún modo capaz de extraer propiedades abstractas de las formas y sonidos.

Daphne Maurer  también ha notado la misma tendencia en un estudio con niños de 2 años que aún no saben leer.

Ramachandran y Hubbard sugieren que el efecto kiki/bouba tiene implicaciones para la evolución del lenguaje, porque sugiere que el nombramiento de los objetos no es completamente arbitrario.

Sugieren que este fenómeno podría deberse a que la forma redondeada  se  identifica con Bouba, porque la boca hace un movimiento más redondeado para producir el sonido, mientras que necesita un movimiento más tenso y angular para producir el sonido de «kiki». Además, los sonidos de la K son más duros y fuertes que los de la B. La presencia de estos «mapeos  sinestésicos» sugiere que este efecto puede ser la base neurológica para el simbolismo auditivo, en el que los sonidos son mapeados a objetos y eventos de una manera no arbitraria.