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  Por Glenda Galán

La literatura es un manto que se va tejiendo con diversos hilos, entrelazados mediante los textos escritos en la antigüedad y los textos actuales. En las nuevas obras podemos apreciar los ecos de obras escritos en años anteriores, mientras que la literatura de antaño puede entenderse mejor, si nos apoyamos en las obras recientes.

En el caso del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, poeta místico perteneciente al Siglo de Oro Español, cuya obra cargada de símbolos nos remontan a la obra de Garcilaso de la Vega, sus ecos son reconocibles en la poesía de varios poetas de este siglo, como por ejemplo en la obra de la escritora catalana Clara Janés; quien según Gemma Gorga López (1), logra una auténtica transmutación en verso propio de la obra del santo poeta, algo muy evidente en su libro Los secretos del bosque,publicado en 2002 y del que la propia Janés comenta:

“con frecuencia sucede que el poema es un modo de establecer diálogo con otro poeta”.

En busca de este dialogo entre Janés y San Juan, utilizamos algunos versos de su poema Los secretos del bosque, en los que se advierte el eco sanjuanista.

Iniciamos con este verso:

“Cayó una estrella verde ante mis ojos

y sus chispas naranjas señalaron el camino”.

 

En el cántico de San Juan vemos este verso:

“pasó por estos sotos con presura,

y yéndolos mirando,

con sola su figura

vestidos los dejó de hermosura”.

Podemos notar que para ambos autores la mirada hacia el amado cambia las cosas, transforma la percepción del mundo, en el caso de Janés, la poeta utiliza la palabra “Cayó”, mientras que San Juan usa la palabra “pasó”. Ambos verbos denotan una acción en pasado que nos preparan para dar paso al nuevo estado. Los ojos son un símbolo de iluminación.

Otros ecos sanjuanista que notamos en este poema de Janés son los símbolo de la naturaleza y de la soledad:

“En mi vagar solitario por los bosques acogí la señal”.

 

En el cántico de San Juan nos encontramos con este verso:

“los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas”.

Wen-Yuan Chan (2), comenta en un trabajo realizado en la universidad Complutense de Madrid que en el Cántico de San Juan de la Cruz, la búsqueda de la unión con Dios ocurre en el escenario natural, que es  imperfecta creación y cuyos elementos ayudan al lector a disfrutar del anhelado encuentro con el amado.

En este poema de Janés observamos la misma tendencia de recrear el encuentro del amado en un paisaje natural, que nos remonta también en el cancionero petrarquista por ejemplo, algo que nos demuestra los hilos que van tejiendo la literatura desde tiempos remotos, hasta nuestros días.

 

 Los símbolos de la noche y la soledad se la soledad

Otro símbolo recurrente en la poesía de San Juan de La Cruz, según María de Jesús Mancho Duque (3) es la noche, un vocablo que como muchos otros utilizados por él, rebosarán de significados abiertos, sin límites precisos, sugerentes y dinámicos

Así vemos en el poema de Janés el símbolo de la luna que nos remonta a la noche, a la oscuridad, a ese momento que se atraviesa antes de la iluminación, antes del encuentro con el amado.

“Bajo el ala de la luna,

la maleza me guiaba”.

A este respecto Emilio Orozco  afirma que la noche es un símbolo fundamental del a doctrina de San Juan. (4)

Como estos símbolos expuestos anteriormente hay muchos otros que nos dejan ver el dominio que posee Janés sobre la obra de San Juan de la Cruz, de la que percibimos pinceladas que ella ha sabido ejecutar con su propia forma de decir, con su búsqueda interior personal, y que  nos regalan una perspectiva actual de la poesía mística.

El despertar del alma, el encuentro con el amado, la iluminación es palpable en los últimos versos de su poema:

“Mi corazón, durante años dormido, despertó. Sentía una llamada. Sentía el fuego más allá de la zarza”.

El trascender al amor que ha superado la oscuridad y el plano que puede decirse en su totalidad con palabras, como en sus días lo plasmara San Juan de la Cruz en su obra, nos pone frente a una zarza que se quema adentro y que destruye al viejo individuo, para dar paso al hombre nuevo.

 

Biografía

 1. Gemma  Gorga LópezEcos sanjuanistas en la poesía última de Clara Janés.

2. Wen-Yuan Chang. La naturaleza como símbolo del camino spiritual de la poesía de Qui-Ji y de San Juan de la Cruz. Universidad Complutense de Madrid. p. 83.

3. María de Jesús Mancho DuqueEl símbolo de la noche en San Juan de la Cruz : estudio léxico-semántico,Universidad de Salamanca (1982), p.85.

4. Orozco Díaz, Emilio. Estudios sobre San Juan de la Cruz y la mística del barroco. Granada: Universidad de Granada, 1994, p. 200.

5.Cántico espiritual de San Juan de la Cruz.

6. Janés Clara, Los secretos del bosque.

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LOS SECRETOS DEL BOSQUE

Por Clara Janés

 

Cayó una estrella verde ante mis ojos 

y sus chispas naranjas

señalaron el camino.

Los abedules se apartaron.

 

En mi vagar solitario por los bosques

acogí la señal.

Hubo sonidos furtivos,

un deslizarse entre las hierbas,

crujir de ramas…

 

Bajo el ala de la luna,

la maleza me guiaba.

 

Mi corazón, durante años dormido,

despertó.

 

Sentía una llamada.

Sentía el fuego más allá de la zarza.