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Elena Iglesias, escritora y periodista que ha llenado de poesía ese espacio dejado por una isla cercana y a la vez distante, de la que partió en los años 70’s rumbo a Venezuela y a Estados Unidos.

Esta escritora Cubano-Americana ha ejercido el periodismo a la par de su carrera literaria, algo que le ha permitido visualizar desde varias perspectivas el mundo que la rodea; en una ciudad que crece a pasos acelerados como lo es Miami. Amante de la literatura y del mar, Elena es alguien que no busca más allá que el ser auténtica en todo lo que hace, algo que  advertimos en este interesante y enriquecedor encuentro que sostuvimos con ella.

 

• ¿Cuál es el primer libro que te viene a la memoria si piensas en tu niñez?

Uno de hadas (no recuerdo el nombre) con unas ilustraciones fabulosas, que leía y releía hasta el cansancio. También El Tesoro de la Juventud.

 

• ¿Cuándo empiezas a inclinarte por la literatura? Qué recuerdos tienes de esos años?

Cuando estaba en sexto grado gané un concurso en el colegio con un poema que le hice a la Virgen María. Ese día decidí ser escritora.

 

• Has vivido en Venezuela y luego en Estados Unidos, Cuéntanos sobre esas dos experiencias y lo que han aportado a tu poesía.

Mi vida en Venezuela, en la década de los 70, fue crucial para mi escritura. Allí tuve la oportunidad de terminar mi carrera de Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. Allí escribí mis dos primeros poemarios, que fueron premiados por la universidad. Allí asistí a los talleres de los escritores Antonia Palacios, Eduardo Liendo y Luis Alberto Crespo. Allí colaboré con la revista literaria Hojas de Calicanto. Y sobretodo, porque conservo grandes y buenos amigos venezolanos de aquella época, los escritores Yolanda Pantin, Carol Prunhuber y Juan Guerrero, entre otros.

A Estados Unidos regresé en 1980, porque en esa fecha, la compañía en que trabajaba mi ex marido lo trasladó de nuevo a este país. La adaptación fue difícil, porque me divorcié y tuve que empezar a trabajar con tres niños adolescentes. Pero fue una experiencia de liberación personal inolvidable. Empecé a trabajar aquí como periodista, en la Editorial América, Radio Martí y finalmente en El Nuevo Herald, donde sigo haciendo free-lance.

 

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•  Sobre Apremiante deseo de Manantial, ¿que tendrías que decirnos a dos años de su publicación?

Es un libro que atesoro, porque allí están reunidos los poemas de épocas diferentes de mi vida. Cada vez que lo vuelvo a leer, sonrío.

 

• Has escrito literatura para niños, ¿Cómo fue esa experiencia?

Maravillosa. Esa fue una de las consecuencias de ser abuela, quería dejarle a mis nietos alguna herencia perdurable. Aloni Gabriel y Mariposa está dedicado a mi nieto mayor y Who Am I Butterfly? a mi nieto menor… aunque yo considero que también son libros para adultos con corazón de niño. Tal y como los cuentos de hadas contienen grandes enseñanzas disfrazadas como historias infantiles, yo aspiro a que mis libros para niños sigan ese patrón.

 

• ¿Qué escritores han influenciado tu creación literaria?

Dulce María Loynaz, a quien le dediqué Temblor de luz, y el poeta venezolano Rafael Cadenas. Los Hermanos Grimm y todos los cuentos de hadas que han caído en mis manos.

• De los poetas de Miami, ¿qué nombres te viene a la mente cuando hablamos de calidad literaria?

Muchísimos: Amelia del Castillo, mi favorita, Orlando Rossardi, Maricel Mayor Marsán, y de los nuevos, Karin Aldrey, Manny López, Yosie Crespo, Maurice Sparks, tú, Félix Anesio, Víctor Jiménez, Carlos Escamilla y otros que van a la tertulia de Manny, pero no recuerdo sus nombres… Y sé que hay más, muchos más.

 

• ¿Cómo ves el panorama literario de la ciudad de Miami?

Estamos bendecidos en Miami con la profusión de buenos escritores que están surgiendo. Y no solo cubanos, sino españoles y latinoamericanos en general.

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• ¿Tienes alguna referencia de la literatura y la poesía dominicana? 

No mi amor, en eso soy neófita. Espero que tú me instruyas!

 

• Ser poeta es…

Encontrarte contigo muy adentro de ti misma y expresar auténticamente lo que ves y sientes en esa comunión con tu ser… sea lo que sea.

 

• Un poema tuyo que siempre recuerdas y ¿por qué?

Del poemario Campo Raso: Encierro en mi puño/ los castillos de mi infancia/ los golpes de un absurdo adiós… Vano afán/ de intimidar al tiempo

(Es la herida de Cuba que nunca ha cerrado del todo).

 

• ¿Qué cambios ha experimentado la Elena de 2014 si la contrapones a la escritora que publicó Península en 1977?

He sufrido (como todos) y he sido feliz (como todos)… Ahora vivo en una gran paz, ésa que sobrepasa todo entendimiento.

 

•Un sueño por cumplir sería…

Seguir escribiendo hasta el fin de mis días…

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• Un lugar de Miami que encuentras especial es…

Dondequiera que está el mar, es un lugar especial para mí.

 

• ¿Cómo ha sido tu experiencia como periodista en la ciudad de Miami?

Muy buena. Todavía me sigue sorprendiendo el talento y la diversidad creativa que hay en esta ciudad.

 

• Has escrito varios libros en inglés de cuentos para niños y fábulas, pero la poesía la has reservado para el español, porqué?

Porque el lenguaje del alma no se puede traducir a ningún idioma.

 

• Una hora del día que te gusta para escribir

Cualquier hora es buena para escribir.

 

• Un Lugar en tu memoria que no has vuelto a visitar, pero que es recurrente en tus recuerdos es…

La Cuba de mi infancia…

 

• ¿En qué trabajas ahora en cuanto a literatura?

Estoy escribiendo un nuevo libro de cuentos, pero no te puedo hablar de él: es una sorpresa!

 

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 Algunos poemas de Elena Iglesias

 

 De Península:

SIEMPRE TU

En el principio eras Tú

y siempre serás Tú

no importa el ropaje

ni el momento

 

presente

en el centro de mi vida

en la esperanza nueva

en la alegría marchita

 

Fuente Vital

refrescando mis brazos cansados

un poco indecisos

miedosos de seguir amando

 

Tu

en la estrella del final

en la oscuridad del camino

en todos mis átomos

en el polvo de mis pies

 

A pesar de mí misma

en la intimidad de mi nada

siempre Tú

 

 

De Temblor de luz:

 XVI

 

Y cuando el río quiso volverse

            a la piedra tibia…

            de donde había salido,

            ya era tarde…

 

Miedo al vacío

al aullido de la noche

miedo a las ventanas abiertas de par en par

al universo sin cascarón ni agarraderas

Tentación de volver atrás

de nunca haberse ido de la sombra húmeda y dulce de la piedra

 

Es tan posible lo posible

que asusta cuando se le tiene enfrente

como el amor de la vida

cuando aparece de bruces en la esquina de cualquier día

 

Estás hecho para el sueño y para atravesar las cámaras veladas

pero le has cortado las alas a tu vocación de dios

y no te atreves a reclamar la herencia

pequeño Prometeo timorato

 

Entonces te cubres de arena hasta la nariz

y oyes las olas sin moverte

como esperando convertirte en mar

sin primero hacerte amigo de los peces

 

No hay vuelta atrás

no hay regreso cuando se ha probado la fruta prohibida

No mates el tiempo con luces fatuas

eso sólo alarga el camino

 

Te puedes aturdir

distraer

empecinar

pero al final te sigue esperando el mismo sendero

sin disminuir un ápice la distancia que lo separa de tu corazón

XVII

No llores por tu perla, Perdedor

            Yo te la buscaré hora tras hora

            guijarro tras guijarro y flor tras flor.

 

Me queman los restos de un oro antiguo

del héroe mítico

que quiso robarle el fuego a los dioses

 

Su sombra se hace en mí

según la claridad del desierto

 

Dime, Señor, de forma que lo entienda,

¿qué hago yo en esta hora,

en pie sobre la tierra

con mi desesperada esperanza?

 

No pido un dios para mi noche oscura

sólo una gota de miel

para los que se han atrevido a volar.

 

Sobre La escritora
Sobre la escritora: 

Elena Iglesias (Cuba) es escritora y periodista independiente. Es autora de cinco poemarios: Península (1977); Mundo de Aire (1978), con poemas premiados por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas; Campo Raso (1983), fruto del Taller de Poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Caracas, Temblor de Luz (2009), dedicado a Dulce María Loynaz y Apremiante deseo de manantial (2012).

Es además autora de Cuenta el Caracol (1995), recreación de patakíes de la tradición afrocubana; dos libros de cuentos infantiles, Aloni Gabriel y Mariposa / Aloni Gabriel and Butterfly (2004, 2005 y 2009, 2011) y Who am I Butterfly? (2011); y un libro de fábulas The Philosophy of My Wandering Cat, también del 2009.