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Por Ramón Saba

Nació el 8 de diciembre de 1913 en San Francisco de Macorís y murió en su pueblo natal el 15 de enero de 2006 a los 95 años de edad. Hija de Juana Castillo y del reputado médico doctor Darío Contreras, primer cirujano dominicano especializado en ortopedia y precursor de esa especialidad en el país.

Narradora, ensayista y educadora. En el año 2002 se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura, galardón que hasta entonces había sido concedido sólo a hombres.

En Francia estudió francés, inglés, literatura y arqueología, retornando a la República Dominicana por el 1933. En el 1949 obtuvo el título de licenciada en filosofía en la Universidad de Santo Domingo.

Inició su carrera como escritora en  el 1937 cuando Juan Bosch le publicó los cuentos Los buenos se van y Tarde de cristal en el periódico Listín Diario, aunque se estima que su posterior mentor fue el escritor Manuel Mora Serrano, fundador del círculo literario Amidversa que naciera en Pimentel pero que se expandió a otras comunidades de la provincia Duarte de la cual era nativa Hilma Contreras Castillo. Publicó varios relatos también en el periódico La Información.

Hilma Contreras Fue la primera mujer en hacer literatura con un marcado acento de género, en el cual destacaba las condiciones de sometimiento social, legal y afectivo de las mujeres. Es una maestra del relato breve y una artífice del cuento psicológico. Su escritura es clara, tersa, su lenguaje moderno y sin embargo, sus cuentos hacen pensar y cautivan, no sólo por la plasticidad lírica sin excesos, sino por su dominio de la técnica narrativa que va, desde la tensión dramática y el detalle trágico, hasta la sorpresa final que desconcierta o remansa lo narrado. A ella está dedicada la Feria Internacional del Libro 2013.

Su legado escritural está compuesto por las siguientes libros de cuentos: Cuatro cuentos; El ojo de Dios, cuentos de la clandestinidad; Entre dos silencios; Facetas de la vida y La Carnada. Además del ensayo Doña Endrina de Calatayud y su única novela La tierra está bramando.

La escritora Ylonka Nacidit-Perdomo confiesa que “Hilma Contreras “Es la escritora que más amo, a la cual estoy vinculada, porque es hermoso amarla con la idea semiinconsciente de que algún día podré abrir sus secretos archivos para escribir la cronología clave de su vida.”

Por su parte el laureador escritor Marcio Veloz Maggiolo considera que “Ella fue una de las novedosas creadoras del cuento en nuestro país junto a Juan Bosch y Tomás Hernández Franco. Ella cambió el panorama de la literatura dominicana. Fue una creadora muy importante.”

Así mismo el brillante ensayista Bruno Rosario Candelier expone que Hilma “Es, a mi juicio, la más importante narradora dominicana. Por su calidad narrativa, por su capacidad inventiva y la capacidad para armonizar distintas corrientes literarias en el contexto sociocultural dominicano. Una mujer única que marcó nuestras letras.”

El talentoso cuentista Pedro Peix asegura que ella es “Cuentista de sorprendente e inusitada resonancia poética. Digno es de resaltar la cadencia de su prosa, a veces cortante, pero precisa y siempre urdida por el inesperado esplendor de la metáfora.”

La poeta  Sol Lora la considera “Paradigma para la mujer dominicana, especialmente para todas aquellas que intentamos romper, con puño de voz, las barreras de género en la literatura. Ella marca la consecución de ser la primera mujer ganadora del Premio Nacional de Literatura en el 2002. Excelente narrativa, enfilada en destacar las condiciones de la mujer en nuestros tiempos.”

Por otro lado el escritor Pedro Camilo nos dice que “empecé a conocer la narrativa de Hilma Contreras a través de los cuentos que aparecieron en la Narrativa Yugulada de Pedro Peix, hace ya muchos años, y desde entonces guardo la impronta de la calidad de sus relatos, debido al buen manejo de los aspectos técnico, estilístico y gramatical de la obra narrativa, con un contenido que trilla el tema psicológico a la manera de Henry James.”

Finalmente la poeta Dulce Ureña considera que “Por su posicionamiento en el contexto sociocultural y literario, Hilma Contreras se ha convertido en un punto de referencia, a propósito del reconocimiento público de la mujer en las letras dominicanas. Asumir una carrera profesional como la que eligió en sus tiempos, es algo más que un atrevimiento. Su dedicación y su coraje, son parte de un engranaje que la convierte en un ejemplo para hombres y mujeres del mundo. Loor a su memoria.

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Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS con un fragmento de un cuento  de Hilma Contreras:

 

La espera

Como no contestó, una mano cálida la sacudió por las rodillas. Entonces gruñó:
—Vete a dormir y déjame tranquila.
Pero la mano se alargó en una caricia. Josefina se indignó.
—¿Te has quedado a dormir para eso? Se van a dar cuenta, ¡vete!
La otra se tendió en la cama con medio cuerpo sobre Josefina, cuyos músculos se contrajeron defensivamente.
—¡Déjame! Te digo, Lucía, que me dejes.
Lucía rió en sordina.
—Eres cobarde, pero estás loca por abandonarte a las caricias de mis manos.
—Baja la voz, te van a oír… No es verdad, ¡lárgate!
Josefina se revolvió en la cama. Todo aquello era nauseabundo. Al sentir los labios carnosos sobre su vientre tuvo un acceso de ira. Con los dedos furiosos tirando de los cabellos de Lucía para desprendérsela de encima, dijo amenazante:

 

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