picasso

Muchos hablaban de el esta semana al recordar el 132 aniversario de su nacimiento, y no es para menos, Pablo Picasso es uno de los artistas más conocidos y admirados de todos los tiempos.

Yo tengo sentimientos encontrados con al obra y vida de este gran pintor. Amo sus pinturas y grabados, más no su proceder con las musas que inspiraron muchas de sus grandes obras.

Cesar Aira dijo una vez que “La presencia del genio en una obra rescata los defectos, rarezas e injusticias del hombre que los creó”.

Esta frase fue utilizada por la también escritora Paula Izquierdo, al referirse a los estragos que Picasso causó en la vida de sus parejas, pues para quienes deben lidiar con el diario vivir de algunos de estos genios creativos, cuyos mundos internos no están del todo aptos para mantener relaciones estables, lo que es enriquecedor para el espectador, puede llegar a ser un proceso destructivo.

Pablo Picasso fue uno de esos genios, quizás uno de los más inmensos que ha parido el pasado siglo, y cuyas relaciones sentimentales despiertan mucho interés, por la estrecha relación que guardaron con su producción artística.

Este Pintor malagueño tuvo la peculiaridad de plasmar a sus parejas en sus lienzos, al mismo tiempo que les marcaba la vida a cada una de ellas de manera negativa.

 

 

 

dora

La fotógrafa surrealista Dora Maar, con quien mantuvo una relación sentimental, decía que Picasso cambiaba de amante, estilo, casa, musa, tertulia y perro al mismo tiempo.

Al iniciar la relación con Dora, el gran Picasso dejó de pintar y se dedicó todo un año a escribir, dedicándole dos de sus poemas.

“Era un mediodía tan oscuro que podían verse las estrellas”. escribiría el refiriéndose a su musa de turno.

Picasso volvió a la pintura al mismo tiempo que en España se declaraba la Guerra Civil, produciendo en esta etapa el Guernica y La mujer que llora con el apoyo de Dora.

Luego de 10 años de relación, Picasso abandona a la fotógrafa por una nueva musa, Françoise Gilot.

Dora cae entonces en una profunda depresión, hasta que el mismo Picasso la interna en el sanatorio psiquiátrico de Sainte Anne.

Con los años Dora se fue recuperando, pero jamás volvió a ser la misma artista y mujer que brillaba antes y después del paso de Picasso por su vida.

Si observamos su trayectoria sentimental, este hombre nunca pudo lidiar con la soledad, teniendo  en su haber innumerables amantes a las cuales generalmente, trataba con cariño y luego de servirles de inspiración, las iba deformando en sus lienzos, hasta abandonarlas por una nueva musa.

Pero qué hacía que estas mujeres aguantaran tanto abuso psicológico por parte del artista?

Viendo el proceder de este artista, que con su mirada profunda, enamoraba a las mujeres para luego descuartizarlas en el lienzo, me he preguntado muchas veces qué atractivo poseen  algunas mentes creativas que se convierten en el centro de atención de sus parejas, aunque las traten mal?

Es el proceso creativo una adicción para algunos artistas, que los hace inmunes a la empatía hacia otros seres humanos en su afán por buscar nuevas formas de experimentación artística?

Para que recordemos los estragos que Picasso causó en la vida de algunas de sus parejas, vamos a tomar como referencia a unas cuantas a parte de Dora Maar, las cuales tuvieron algo en común, hicieron de Pablo Picasso el centro de sus vidas.

Fernande

• Fernande Oliver fue la única de las parejas de Picasso que convivió con el pintor cuando este aún no era famoso, su relación estuvo cargada de celos. Cuentan que Picasso no la dejaba salir de la casa, y cuando el salía, le escondía los zapatos para que ella no pudiera salir.

Con ella el joven y pobre Picasso, deja atrás su período azul e inicia el período rosa, también da los primeros pasos hacia  el cubismo.

Fernande se resistió en un principio a entablar una relación con el pintor, por lo que este insistió hasta lograr que ella le correspondiera.

“Todavía no me he decidido a irme a vivir con Pablo. Es celoso, no tiene un duro y no quiere que yo trabaje. ¿Cómo se entiende? ¡Es una estupidez! Y además no quiero vivir en ese estudio miserable”. Aseguró Fernande en su libro, “Recuerdos Intimos escritos para Picasso”.

Esta mujer venía de una familia disfuncional y de un matrimonio arreglado cuando aún era menor de edad, que había dejado atrás por haber sido abusada.

maria teresa

•Marie-Thérèse Walter era aún menor de edad  cuando conoció a Picasso

El artista que estaba casado en ese entonces con Olga Khokhlova, fue a veranear a Bretaña para esa época con su mujer y con su hijo, y  colocó a Marie – Théresse en un campamento de verano para niños, muy cerca para poder verla durante este tiempo.

Su pelo rubio, ojos azules y piel blanca sirvieron de inspiración para realizar los retratos más admirados del pintor que hoy baten records en las subastas.

La abandonó por Dora Maar, pero siguió teniendo una relación afable, al punto de que esta le cortaba alas uñas y los cabellos, pues era la única a la que el pintor se lo permitía, pues temía que con estos alguien le hiciera brujerías.  Una vez muerto Picasso, y después de  padecer una depresión terrible, terminó ahorcándose en el garaje de su casa de la Costa Azul.

franc

 • Françoise Gilot se quejaba en su libro de memorias publicado en 1965, Vida con Picasso, de que todos los días estaba obligada a levantarse temprano para enchufar las estufas del estudio del pintor, a parte de que el le leía las constantes cartas que le enviaba Marie-Thérèse Walter. en su biografía Gilot afirma:

Pablo me leía algunos de los más ardientes párrafos, suspiraba con satisfacción, y decía:

No sé por qué pero no te imagino a ti escribiendo cartas como éstas.

Repliqué que yo tampoco lo imaginaba. Es porque no me amas bastante dijo él. Esa mujer «realmente» me quiere.”

 

jaq

• Jaqueline Roque, con quien el artista  vivió 20 años, y quien lo alejó de las personas hasta tal punto que no dejó a su nieto Pablito asistir al entierro del pintor, desplante que provocó que este ingiriera lejía y muriera a los dos días luego de una gran agonía.

Jaqueline estuvo encerrada en un manicomio cuando Picasso la abandonó y se aferró a la religión como consuelo. Se suicidó pegándose un tiro, estando sola en la casa que le dejó Picasso,  pues  su vida sin el pintor no tenía sentido.

Viendo las relaciones que llevó Picasso con estas mujeres, podríamos decir que el gran genio poseía un pincel asesino que utilizaba para crear su obra, al tiempo que destrozaba la vida de sus parejas, pero también que su mirada poseía esa atracción letal que podía acabar con la resistencia de cualquier mujer que le interesase.

Así lo asegura Fernande Oliver:

“ En la casa hay un pintor español que me encuentro en todas partes desde hace algún tiempo y que, con sus ojazos cargados, penetrantes y pensativos a un tiempo, llenos de fuego contenido, me mira con tanta intensidad que no puedo evitar mirarle a mi vez.” “A pesar de su insistencia, nunca le había contestado cuando intentaba entablar conversación.”

“Picasso es sutil, inteligente, enamorado de su arte y capaz de dejarlo todo por mí. sus ojos me imploran.(…) me pide que me vaya a vivir con él. ¿Qué hacer? Estoy muy tentada de hacerlo, es agradable que te quieran así, y desde el punto de vista físico, también me gusta”.