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Por Glenda  Galán

Anoche estuve despierta casi toda la noche, no se en qué momento se cerraron mis ojos del cansancio. Creo que fue cuando sentí que Mía dormía, le escuchaba jadear a través de la pared que nos separa, desde que Andrés nos castigó hace una semana.

Le he pedido, no, le he implorado que me deje verla, que me deje por lo menos abrasarla, pero el se niega, dice que ambas somos unas malcriadas.

No vi ninguna señal de que a el no le gustara la forma de ser de Mía, cuando empezamos a salir el siempre fue muy cortes conmigo, pero sobre todo con ella, de hecho si algo me enamoró de el y me hizo volver a enamorarme, fue el cariño que siempre le dispensó a la niña.

El perro de la vecina ladra, me molestan esos ladridos, estoy segura que anda haciendo hoyos en mi patio y yo sin poder espantarlo, sin poder ni siquiera abrir esta puesta que me separa del cuarto de Mía y del mío.

Este closet es cómodo para vestirse, pero ya mi sufrimiento llenó cada espacio de estos cuatro muros impuestos por los celos de Andrés, las uñas me duelen, cómo estarán las de Mía?

Durante todo el día, ambas arañamos las paredes para sentir que estamos juntas, Andrés nos deja el cereal con leche en el piso en las mañanas, para que comamos juntas y escuchemos cómo masticamos  las Zucaritas.

Hoy tengo las piernas adormecidas, no siento fuerzas para pararme o acostarme en el suelo para ver por debajo de la puerta si alcanzo con mis ojos algún rayito de luz.

Andrés despegó el bombillo y esta oscuridad me empieza a molestar, ayer se lo dije, pero su respuesta dejó marcados sus dedos en mi cara, o por lo menos imagino que es así, porque  su furia aún me late.

-Maldita puta, para eso si sirves, para quejarte! anda y dile al amiguito tuyo que te coloque la bombilla, dile a ver si se atreve a venir, estúpida!

-Yo no tengo nada con el Andrés te lo Juro

-Si, claro y yo soy pendejo, yo te vi como lo mirabas, pero vas a ver como te curas de esa putería que tienes, vamos a ver si no aprendes a comportarte.

-Déjame ver a la niña aunque sea un ratito Andrés ella está asustada, lo se.

– Aquí el que dice lo que se va a hacer soy yo, así que deja de pedir favores y concéntrate a meditar en lo que hiciste, cuero!

Aun me duelen sus palabras, su silueta a contraluz cuando me hablaba, y lo peor de tanto castigo es que por más que  hago memoria, no recuerdo cuando miré indebidamente a Miguel.

Maldita la hora que fuimos a esa cena del trabajo, por culpa de estar saliendo mira en el problema que me encuentro ahora!

Mía duerme, lo se porque escucho su leve ronquido, aquí las paredes son finas, no como las de Santo Domingo, allá me habría vuelto loca sin escuchar a la niña.

Mía siempre quiso a Andrés no se si después de esto ella lo perdonará, es la primera vez que el le habla con rabia, porque las veces que me halaba de los pelos delante de ella, yo fingía que jugábamos, y aguantando las lágrimas me reía y le decía ahora viene el abrazo Mía, abraza a papá!

Ella con su inocencia siempre lo abrazaba y el le correspondía llevándosela afuera a jugar, siempre ha dicho que yo soy una mala influencia para la niña, aunque no es su padre siempre se llevaron bien, hasta que Mia trató de defenderme cuando llegamos de la cena esa maldita noche.

No sé qué le diré cuando nos saque de aquí, no se si en algún momento el  nos sacará de aquí, ayer no vino ni siquiera a dormir,  y hoy ni siquiera ha llegado para dejarme ir al baño, necesito saber de Mía, no la escucho respirar, la espalda me está matando.

Si trato de derribar la puerta y el llega, de seguro me matará;  tengo que respirar profundo para no sofocarme aquí dentro, pensar que pronto saldremos, pensar en el cielo, en el patio y los árboles que sembramos juntos cuando nos mudamos aquí…

…la cocina debe estar hecha un desastre, yo detesto el reguero,  imagino cómo estará la casa de sucia!

Mía qué harás? no quiero preguntarte a través de la pared, para no despertarte, en una semana cumples 7 años, y ni siquiera hemos ido a encargar los cup cakes que quieres llevar a la escuela, no sé cómo te pondrás al día en la escuela,  no sé como le mandaré dinero a mami, ahora que tuve que dejar el trabajo, no se tantas cosas!

– Mañana mismo renuncias, me oyes? no voy a dejar que te pierdas con ese idiota, lo más que puedo hacer es matarlo!

-Andrés por favor, no puedo dejar mi trabajo

-Mañana renuncias, me oyes? yo  no juego, yo lo mato.

Esos ojos cuando me dijeron que matarían a Miguel,  fueron suficientemente convincentes para que pusiera mi carta de renuncia.

Había prometido que iría durante una semana más a la oficina, mientras me encontraban sustituta, luego de dar mil explicaciones de porqué abandonaba mi trabajo de más de 5 años, pero Andrés no me dejó salir al día siguiente, nos separó a Mía y a mi, me hizo llamar a la escuela para decir que íbamos de viaje y nos enceró separadas.

Lo que más me duele de todo es que nos encerró separada, eso no se lo perdonaré!

Escucho a Mía, está estornudando, le irá a dar gripe?.

– Mía mi amor, estoy aquí contigo mi vida, Mia!