©Por Glenda Galán

La música de Anthony Ocaña despertó mi interés por entrevistarle y él con la simpatía y amabilidad que le caracteriza accedió, haciendo posible este encuentro en el que he tenido el placer de conocer más sobre su trayectoria y sobre su visión del mundo de la música.

En esta entrevista es palpable la pasión con la que este joven guitarrista y compositor vive su profesión, pero también la preparación que ha ido  forjado al artista en el que se ha convertido, de la mano de su inconfundible talento.

Sus composiciones e interpretaciones son un verdadero deleite y una muestra de que cuando te encuentras, es que inicia la mejor parte del camino; un trayecto que Anthony va llenando de originales sonidos y de vivencias que esperamos sigan enriqueciendo su singular obra.

• Cuál fue el primer contacto que recuerdas haber tenido con la música? Qué edad tenías cuando decidiste abrazar la música como carrera?

Mis recuerdos de la infancia van relacionado con la música, pero recuerdo claramente a los 5 años cuando mi padre me puso la música de los Beatles y yo quedé completamente hipnotizado por ellos. Los Beatles se convirtieron en el grupo cabecilla de mi infancia y adolescencia. También guardo magnificos recuerdos de cuando mi tío Rolando me tocaba sus canciones, aquello era delicioso. La música siempre ha tenido una fuerza sobre mi que no lo ha tenido nada más en la vida.

Desde pequeñito tuve muy claro que iba a dedicar mi vida a la música y nunca me plantee la idea de dedicarme a otra profesión, salvo un período de los 10 a los 12 años cuando me vino la idea de ser jugador de béisbol, pero francamente para este deporte tengo cero talento.

• Qué te llamó la atención de la guitarra como instrumento para ser tocado por ti?
Lo primero es que la guitarra era el instrumento que tocaba mi tío Rolando y como le quería imitar acabé tocándola. No obstante el primer instrumento que aprendí a tocar fue el piano, en cierta forma lo veía más sencillo que la guitarra. Pase muchos años tocando el piano hasta que a los 12 tuve la valentía de aprender guitarra.

• Cuéntame sobre la experiencia de presentarte por primera vez en un escenario.

El primer recuerdo que tengo delante de un público fue por el año 1990 cuando Jose Antonio Rodriguez me llamo para interpretar una de sus canciones para un concierto/homenaje a Juan Lockward. Recuerdo estar muy nervioso, pero también recuerdo estar muy entusiasmado.

El segundo recuerdo importante que tengo en un escenario fue en el año 1999 cuando fui telonero de Gonzalo Rubalcaba en el Teatro Nacional de República Dominicana donde tomé la decisión de interpretar mis propias composiciones exclusivamente, una decisión valiente ya que me encontraba frente a un público numeroso y muy exigente. Solo recuerdo de ese día el miedo que sentí exponiendo mi verdad delante de un gran público que apenas me conocía.

• Tu música, combina sonidos muy tuyos con ritmos variados, que dan como resultado composiciones muy interesantes. ¿Cómo percibes lo que compones?

Mi música define y provoca estados de animo y emociones. Si logra elevar el espíritu de quienes la escuchan entonces mi música se convierte en un éxito. Su estética materializa mi persona y mis andanzas por el mundo. Abarca un amplio abanico de influencias de estilos muy diversos desde la música minimalista, la música clásica, el rock progresivo, el folklore caribeño, el pop entre mil estilos más que pueden aparecer como pinceladas. Un músico a día de hoy está expuesto a tantas músicas que sería imposible negar el amplio abanico de influencias que todos tenemos. No obstante lo importante no es su estética, sino su mensaje y el mío se encuentra en el mundo de las emociones humanas.

• ¿Qué recuerdas de tu experiencia estudiando y viviendo en NY?

Lo que recuerdo con más cariño fue una clase que me dio mi profesora de composición Mary Ann Joyce-Walter cuando un día decidió no darme clase de música, a cambio me paso una hoja con la siguiente frase “El éxito y el fracaso son dos impostores” y me mandó a casa. Me tomó diez años entender esta frase y fue indiscutiblemente la mejor clase de toda mi vida, me enseño que el gran éxito de un artista está en encontrarse a sí mismo.

Recuerdo cuando Elliot Magaziner, quien fue director de la orquesta de Frank Sinatra por muchos años, escuchó mi música como jurado de un examen que tenía de guitarra y al día siguiente me llamó para pedirme que escribiera música para su orquesta y desarrollé una relación de trabajo con él que duro varios años.

Recuerdo que cada profesor que tuve me enseñó a amar la música a su peculiar manera, naturalmente esto reivindicó mi amor por este arte. Indiscutiblemente este es el gran secreto para hacer buena música.

• Decides ir a España a seguir desde allá tu desarrollo artístico, ¿cómo ha sido esa experiencia de vivir en Europa?

Europa es una cultura distinta a la caribeña y a la cultura que absorbí en Nueva York. En Europa dejé de ser “estudiante” y pasé a convertirme en un profesional de la música. Un profesional de la música no es mas que un estudiante aventajado ya que nunca dejas de aprender a mejorar tu arte.

Los inicios son absolutamente difíciles y más aún cuando estás empezando tu carrera y te estás adaptando personal y profesionalmente a un nuevo entorno. Esto indiscutiblemente me obligó a darle un nuevo giro a mi música que poco a poco culminó en el lenguaje tan personal y tan abierto que se puede escuchar en mis discos.

• Has sido reconocido como uno de los 100 latinos más relevantes de Madrid en el año 2010. ¿Qué te hizo sentir este reconocimiento siendo tan joven?

Un aplauso a mitad de camino y una invitación a seguir adelante

 • Si no fueras músico, ¿que otra profesión te habría gustado ejercer?

Posiblemente escritor o director de cine.

 • ¿Qué pieza de las que has compuesto guarda un lugar especial en tus afectos y porqué?

Todas mis piezas nacen de mi lado mas personal y les tengo el mismo cariño a una y cada una de ellas. Las trabajo con mucha dedicación hasta que llega ese punto donde me permito compartirlas con el mundo. No obstante “Mamalila” es una pieza que marca uno de esos momentos donde sentí el hallazgo de encontrar mi voz dentro de mis creaciones.

• Cuando se rompe una cuerda…

La cambio y tiro adelante.

• Háblame de In Trance, ¿cómo nace ese viaje al que nos invitas cada vez que escuchamos esos sonidos que creaste y que compartes?

In Trance es un viaje al subconsciente a través de mi música. Este será el disco más étnico que he hecho a lo largo de mi carrera hasta la fecha. Es mi visión de la República Dominicana a través del filtro de Nueva York, Europa y la distancia. Es el disco más primitivo que he hecho ya que toco prácticamente todos los instrumentos y me valgo de la colaboración de Gorka Capel en las guitarras eléctricas y algunas voces. Es el disco más evolucionado ya que llevo mi música 360 grados a lo largo y ancho de mi universo. Muchas ideas que llevaba años soñando con plasmar finalmente encontraron puerto en este disco. Me sentí como un artista plástico ya que enfrenté cada grabación de cada tema como se enfrenta un pintor a un lienzo en blanco y trabajé cada pincelada de sonido hasta sus últimas consecuencias. Podría decir que es el disco más conceptual que he hecho hasta la fecha y está diseñado para ser escuchado en estéreo.

• En tu caso, ¿cómo es el proceso de composición, de ensayos, grabaciones y presentaciones?…¿Qué disfrutas más de todo el proceso y qué es lo más complicado?

Desarrollo mis ideas musicales en dos momentos puntuales en la ducha y en la cama antes de dormir. Esas ideas rondan mi cabeza por un tiempo determinado hasta que decido hacer las partituras y la idea queda plasmada en papel. Luego pruebo estas partituras con los músicos o con medios electrónicos y en esos ensayos acabo de retocar la pieza de cara a los conciertos.

Ultimamente me pasa más que cuando grabo mi música tomo caminos diferentes a los los conciertos y juego con una orquestación que se saldría de presupuesto en escena. Pero en ambas soluciones la música no pierde ya que el concierto es una experiencia muy distinta a la experiencia de escuchar un disco.

Disfruto el proceso entero, pero las dificultades económicas de llevar a cabo los proyectos son siempre la parte más ardua. Sin embargo como dice el viejo dicho “no pain no gain”.

 • También eres investigador en cuanto al mundo de los sonidos, ¿cómo ha sido ese mundo de descubrimientos traducido a tus composiciones?

El buen músico siempre investiga el sonido hasta sus últimas consecuencias en búsqueda de nuevas recetas sonoras que le facilite plasmar como mayor acierto lo que quiere comunicar a través del sonido. Como los tiempos cambian a su vez cambian los medios para hacer música y cambia el mensaje musical, lo que nunca cambia es la esencia más primitiva de la música. Hay que investigar mucho para poder acertar lo que se quiere plasmar.

• ¿Cómo ves en la actualidad a República Dominicana en el plano musical?

Veo que con los años van surgiendo nuevas figuras en diferentes géneros, algunas destacando a nivel internacional o nacional, lo cual me lleva a pensar que está creciendo el escenario musical de forma favorable.

 • ¿Qué recuerdas de República Dominicana con alegría?

El mar, la comida, la cerveza presidente y el espíritu del dominicano.

•Qué tipo de música te gusta escuchar cuando estas en casa relajado o compartiendo con amigos? 

Una gran variedad, dependiendo de la circunstancia. Escucho mucho a Leonard Cohen cuando tengo ganas de escuchar buenas letras y desconectar del día a día, escucho a Rita Indiana, Luis Días o Juan Luis Guerra cuando quiero recordar mi país, cuando comparto con mis amigos solemos escuchar Pink Floyd, Beach House, Animal Collective, Bon Iver, Radiohead. Soy muy fan de los compositores minimalistas Philip Glass, Steve Reich, Moondog.

• Imagino que cuando eliges un instrumento como vía de expresión, esa relación se convierte en un tipo de matrimonio, en tu caso utilizas dos guitarras una de 6 cuerdas y otra de 10 cuerdas, háblame de tu relación con cada una de ellas.

La guitarra de 6 cuerdas es mi instrumento principal, con ella aprendí a tocar y me siento muy cómodo. La utilizo mucho cuando experimento con la guitarra y la electrónica.

La guitarra de 10 cuerdas es un instrumento maravilloso, es una guitarra con la resonancia de un piano y la utilizo con piezas que ganan mucho cuando las melodías se empapan de la resonancia de este instrumento como mi “Improviso 2 a Anouar Brahem”. También tiene un registro más grave que la guitarra tradicional casi abarcando el registro de un contrabajo y para hacer conciertos a solo es un recurso precioso.

• Un artista que admiras es…

Alguien que me ofrezca una nueva forma de apreciar el arte. Luis Días, Philip Glass, Egberto Gismonti, Leonard Cohen, Rufus Wainwright, Animal Collective, King Crimson, Arvo Part, Brad Mehldau, Rita Indiana, Marina Abramovich, Jim Jarmusch, Woody Allen, Juan Luis Guerra y Franz Schubert

 • Una canción dominicana que te gusta mucho es…

Marola de Luis Días

 • ¿Cómo ha sido tu experiencia al componer música para cine? Cuales han sido las películas que cuentan con tus composiciones?

No he hecho tanta música para medios audiovisuales aún, pero componer para cine es una de las labores mas bellas de la creatividad, es trabajar en equipo, entender el mensaje del director y encontrar la música que ayude a plasmar ese mensaje con mayor claridad. Te fuerza a salir de tu propia persona, como artista, para convertirte en el apoyo de la idea del director y guionista. Espero hacer cientos de bandas sonoras a lo largo de mi vida

 • Un momento importante en tu trayectoria artística fue cuando…

Descubrí quien quería ser como músico

 • ¿En qué trabajas en estos momentos?

Estoy terminando de grabar mi sexto trabajo discográfico “In Trance” el cual llevo 6 meses desarrollando y espero concluirlo muy pronto.