©Por Glenda Galán

Debe ser hermoso poder escribir cuentos para niños, a mí desde pequeña me ha encantado leerlos y soñar a través de ellos. Aunque no me he atrevido a emprender la aventura de compartir mis historias con los más pequeños, quizás me anime después de la conversación que sostuve con el escritor Yuan Fuei Liao, un padre de dos pequeñitos, de 6 y 7 años de edad, que lo han motivado a incursionar en el maravilloso mundo de la literatura infantil.

Con Yuan Conversé sobre sus tres libros publicados y sobre la influencia que ejerció la ciudad de Nueva York en su necesidad por contar los cuentos que iba atrapando en las calles o en el tren, mientras recorría largas distancias.

 

-¿Cómo nace tu primer libro de cuentos para niños, titulado Cuentos sin ningún porqué?

-Esos cuentos nacieron a raíz del nacimiento de mi primer hijo. Desde que él era muy pequeño yo empecé a contarle cuentos. Siempre había oído que una manera de ayudarlos a dormir a los niños era leyéndole cuentos. A la medida en que él iba creciendo me di cuenta que a mi hijo le gustaba crear y él mismo inventaba sus cuentos. Iniciábamos ese momento de contar cuentos con la frase: Había una vez… y un día él me dijo: “había una vez un abanico” y yo le pregunté “¿y qué le pasaba al ventilador?”, me respondió que “de tanto dar vueltas se mareaba”. Entonces me encantó el argumento y en ese libro está ese cuento que se titula “El ventilador que se mareaba”.

-Empezaste a escribir en los trenes de NY

-Sí, Nueva York es una ciudad tan intensa y extensa que las distancias son largas. Yo hacía un recorrido en tren de una hora y media, todas las semanas, y aprovechaba el tiempo escribiendo en mi laptop. Lo que más me gusta de Nueva York son las personas. Detrás de cada rostro, hay historias y cuentos. Yo empecé a ver cuentos regados por doquier y los fui atrapando. Empecé escribiendo cuentos para dormir a mis hijos, ahora escribo cuentos para despertar a los adultos.

-Se dice mucho que cuando no crece va perdiendo la visión que tiene cuando niño ¿Qué queda en ti del Yuan que era niño?

-Lo estoy recuperando. A mí me gusta definirme como un ex niño aspirante a ser más niño. Soy un ser humano aspirando a ser cada vez más humano. Yo pienso que los niños no son adultos inmaduros, sino que, nosotros los adultos, somos niños atrofiados. Los niños disfrutan más la vida, pues disfrutan de la sencillez y su capacidad de asombro está a flor de piel. De esa sorpresa, contemplando la vida, nacieron estos cuentos.

-Luego de la experiencia e publicar tu primer libro siguieron Hacer oír tu voz, cuento sobre los  derechos de los  niños y las niñas y  El macuto mágico ¿Qué crees que superaste como escritor en estos nuevos libros?

-El primer libro no fue escrito para ser publicado, por eso se llama Cuentos sin ningún porqué. Ya los otros dos libros sí fueron escritos con la intención de llegar a un publico específico. En el caso de Hacer oír tu voz,  cuentos sobre los derechos de los niños y las niñas, responde a una inquietud que siempre he tenido de que los niños y las niñas son las personas más vulnerables que tenemos en la sociedad y tienen sus derechos que, muchas veces, son irrespetados. Y no son respetados, en muchos casos, porque los niños no saben que existen esos derechos. Entonces recopilé doce derechos de los niños tomando en cuenta la convención de las Naciones Unidas y escribí un cuento por cada derecho (desde el derecho a tener un nombre, derecho a la escolaridad, derecho a la diversión, a tener buena salud a no ser discriminado, etc.).

La editorial lo recomienda para niños a partir de los diez años, pero yo entiendo que hay que hablar de estos derechos con los niños desde que son más pequeños.

-Háblame sobre El macuto mágico.

-Es de la editorial SM de la colección Barco de Vapor, ellos me pidieron un libro para ampliar su catálogo de libros para niños y yo me basé en un personaje muy antillano que es el cocodrilo de nuestra isla. El Lago Enriquillo es el escenario donde se desarrolla la historia de este cocodrilo que recibe un macuto que es mágico pero que, al final, se da cuenta que la magia principal era otra cosa.

-Hablando de magia, tú haces magia. Recuerdo que le hiciste varios trucos a mis hijos cuando eran pequeños y los dejaste anonadados ¿Desde cuándo haces esos trucos?

-Yo soy una persona tímida y una manera de romper el hielo y poder abordar a las personas es ofrecerle un truco de magia. Entonces desde pequeño tenía esa curiosidad. Y con los niños descubrí, que no hay un solo niño o niña que se resista a un truco de magia.

-Cuéntame sobre la experiencia de compartir con tantos niños en las presentaciones de tus libros.

-Esos encuentros, para mí, son maravillosos. Los niños me asombran porque yo aprendo de ellos. Cuando les hago preguntas sus respuestas son sorprendentes. Hace poco me reuní con un grupo de niños en el Centro Cultural Español, donde cada semana tengo sesiones de motivación a la lectura. Allí hablamos sobre la creatividad y la imaginación y les pregunté: ¿Para ustedes, qué es la imaginación? Uno de ellos me dijo: Imaginación es cerrar los ojos y poder ver, otro dijo que para él la imaginación es creer que todo es posible.

-¿Qué se debe tomar en cuenta cuando se escribe para niños?

-Yo creo que lo más importante para escribir, ya sea para niños o para adultos, es leer mucho. Como consecuencia de leer viene la escritura. Para tener una actitud hacia la escritura de literatura infantil se necesita haber tenido una infancia con mucha imaginación. Y el volver a ser niños es una capacidad que tenemos. Si no disfrutaste tu niñez, puedes empezarla a disfrutar ahora que eres adulto.

Una enseñanza que tenemos de los niños pequeñitos es que no se están preocupando por el futuro, los adultos nos olvidamos de disfrutar. Es importante aprender a vivir el presente, pues el pasado ya pasó y el futuro no existe. Creo que todos los problemas personales de los individuos se resumen, para mí, en heridas del pasado no sanadas, gente que se queda anclada en el pasado o también que se están preocupados, excesivamente, por el futuro y que se pierden de vivir el presente. Creo que todos mis cuentos, de una u otra manera, tratan ese tema del aquí y el ahora.

-Hay muchas carencias en nuestro país, para ti,  ¿Cuál es la principal que afecta a nuestros niños?

-A mí me preocupa mucho la educación, sobre todo a nivel publico. Hay una carencia grande de cómo enamorar a los niños hacia la lectura y sobre todo, de enseñarles a pensar.

-¿Te ha surgido la necesidad de publicar libros para adultos?

-Yo tengo varios libros para adultos los que solo les falta ser publicados. En una antología del Ministerio de Cultura, sobre mini ficción, yo fui antologado en el 2016. Ahí hay varios micro relatos míos.

-Eres muy afortunado, pues hay escritores a los que se les hace muy difícil conseguir editorial y tu has conseguido editoriales diferentes para todos tus libros.

-Eso es algo que me asombra y de lo que estoy muy agradecido, porque las editoriales se acercaron a mí a raíz de que empecé a asistir a eventos literarios como tertulias y  puestas en circulación de libros, pues me apasiona la literatura. A raíz de eso hice contacto con Ruth Herrera que es editora de Alfaguara infantil, que es de Santillana. Me dijo que le mandara los cuentos y tímidamente se los mandé y los publicaron. Creo que el hecho de que uno publique un primer libro te abre muchas puertas.