Por fernando Ureña Rib
OJO POR OJO
El pájaro, sabiendo que el gato se abalanzaría sobre él, atesó las alas, se apoyó en la cola y lo miró fijamente con su único ojo. El picotazo fue fulminante y certero. Ahora los dos, tuertos, guardan respetuosa distancia.
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EN LA CÁLIDA ARENA
El cangrejo sacó sus patas peludas, se trepó sobre mí y luego comenzó a mordisquearme el oído. Con sus antenas enhiestas me secreteaba no sé qué cosas. Yo quería escapar, pero no podía porque su líquido viscoso me iba penetrando las sienes y me inmovilizaba. Vi entonces sus ojos saltones, pendulares y sentí su boca arañando la mía. Eso me bastó para que yo saliera corriendo, pero él me persiguió y me convenció de que nos metiéramos juntos en la diminuta cueva que cavó con asombrosa rapidez en la cálida arena.
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Ya no tengo cabeza, si no puedo tocar la tuya con mis besos.
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SUERTE
Has ganado el premio mayor y no lo sabes. Una ligera sospecha asoma, sin embargo, cuando sales a la calle y todos te sonríen o se muestran extremadamente amables, hacen una breve reverencia, se inclinan, baten sus pañuelos, se quitan el sombrero o aplauden con cierta malicia. Ignoras por qué, al llegar al trabajo, el jefe te espera a la puerta y te conduce a su oficina, en medio del clamor general. Solícito y locuaz él empieza a hablarte del futuro y de las enormes posibilidades ante ti. Te habla del pasado y elogia tu lealtad, apego y perseverancia. Como todos saben, por cuarenta años has apostado al gordo, al mismo número y has jugado cada sábado, aguantando pesadas bromas, disgustos, divorcios y abandonos. “Ayer domingo, finalmente, tu número sacó el premio mayor.” “Lamento defraudarlo”- le dices a tu jefe con ojos tristes-“El sábado pasado no me quedaba un céntimo y no compré billete.”
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LOCURA
Muchas veces pensé cometer una locura ( las locuras no se piensan, me dices) y tomar carretera e ir a verte. No tenía manera de saber dónde vives, en qué circunstancias o a qué número llamarte. No importaba. El deseo acorta distancias. Y el mío era grande, por verme en tus ojos, tomar tus manos y hablar. Necesitábamos hablar. ¿Somos desconocidos que se buscan? ¿Nos intuimos más de lo que imaginamos? Es preciso comprobarlo con el beso, el abrazo, la carne sufrida y anhelante que se hace pura ofrenda en el amor. Las circunstancias tambien imponen sus designios, nos arrastran por caminos inesperados. Y esa locura latente, no encuentra manera de surgir en la inestable, angustiosa e insondable peligrosidad del pantano en que vivo y en el que vuelvo a sucumbir, sin tu voz, tus manos y tus besos que tan solo imagino. Aún ausentes… desconocidos, desconocidos.
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BUFFET
Anoche, en un exótico buffé chino, me dio por probar carnes de canguro, avestruz, cocodrilos y venados. Hoy estoy que salto, corro, vuelo y muerdo. Espero que no me salgan cuernos.
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MARTES 13
Hoy martes 13, confieso mis superticiones: Evadía pasar bajo escaleras, miraba con recelo al gato negro que cruzara desde la izquierda y me santiguaba si tres monjas caminaban hacia mi. Contra el mal de ojos llevaba amuletos y resguardos. Nunca entraba al templo con paraguas, me era de mal augurio si el aceite chisporroteaba en la sartén. Desconfiaba de las manchas de azogue en los espejos. Hasta que te conocí. Entonces me llené de luz.
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OLVIDO
He recibido de tus manos el olvido. Tiene olores , playas, duendes dormidos. Lleva soles, espadas, ríos, canciones, caricias y nostalgias. He recibido de tus manos el olvido. Pero ya no hace falta.
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Lo que ocurre en tus ojos no es solo una mirada: Pulsaciones, misterios, delirios y naufragios abalanzas a mí con su carga de signos. Te los descifro si alcanzas mi boca enamorada.
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Compro piano para matar tu silencio.
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TRASPASO
Traspaso las setentaidós horas en que me olvidé de mí por las incontables horas que no logro olvidarte.
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FALTA
Falta que mis besos logren saborear tu voz. Y que mis manos dibujen tus muslos, que me extravíe en las ensenadas de tu espalda, que caiga el puente de las miradas y sumergidos los dos, torrente abajo, descubramos los rumorosos despeñaderos del amor.
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ERAS TÚ
Eras tú. Anoche oí tus pasos y tu voz, que era un quejido hondo, escapado de siglos, una angustia contenida, un grito que no logré descifrar y no pude palpar en tu cuello, en tus costillas, en tus clavículas y tus senos, en el hueco de donde parten tus muslos, y en tu maxilar inferior, con su cambio brusco de sentido hacia mis besos, que no consiguen distinguir el día de la noche, ni la íntima razón de la locura.
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DOLOR
Sé que algún dolor se molía en tus adentros, porque me oprimió tu gemido con el deseo de que estuvieras recostada aquí sobre mi pecho para siempre, de que te quedaras todas las noches en mis brazos, hamaqueando tus miedos, contándome de tus anhelos. Sé que eras tú. Estás muy lejos, pero quiero suponer que eras tú quien se metió bajo de mis sábanas y me amó tiernamente hasta que llegó el alba y nos cegó el día, con su carga de luces y de sal, de rocas y narcisos. Sé que eras tú, porque al despertar mi cuerpo estaba cubierto de una arena muy fina, y la casa seguía iluminada, llena del rumor de tus playas distantes.
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PAISAJE CAMBIANTE
Y bien. Si una mañana, desnuda sobre el lecho, me pidieras un beso y yo volteara el rostro hacia aquella ventana, con sus pajarillos cantores y su paisaje verde; o me detuviera a contemplar las nubes que construyen y deshacen el cielo… O me levantara bajo cualquier pretexto para regar las plantas o limpiar el polvo sobre la alacena… ¿Qué dirías? ¿Que sufro de alguna indisposición momentánea, que las aguas volverán algún día a su nivel, o que no estoy de humor? ¿O que aquella pasión eufórica y desbordada que nos arrebataba ha quedado atrás, perdida en el largo camino? Quizás lo dejarías pasar, intrigada, una o dos veces. Pero entonces, sorprenderías mis ojos lejanos contemplando absorto el infinito y mis labios, que una vez te enloquecieran, guardarán un silencio interrumpido solo por algún monosílabo, mecánico y evasivo… Entonces tu cabeza se llenaría de dudas, ¿verdad? ¿Pensarías que hay otra afortunada, dueña de mi corazón y de mis ansias? Pues bien. Eso mismo pienso por las mañanas, cuando te pido un beso y volteas tu rostro hacia aquella ventana, con sus pajarillos tristes y su paisaje gris.
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VENTANAS
“Tiene demasiadas ventanas abiertas” advierte el ordenador. Reviso. Todas cerradas, menos la del Norte, por donde aireo la casa. El ordenador enloqueció, me digo… y abro las otras. !Dejaré entrar todo un vendaval de pasiones a mi corazón!
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DETERMINACIÓN
En lo adelante los asuntos de esta casa serán tratados en estricta discreción. Toda comunicación se llevará a cabo a través de señas, murmullos y débiles quejidos. Nadie alzará la voz. Se silenciará cualquier descontento. No será difícil. Vivo solo.
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La vida es eso tan dulce que ella misma nos regala cuando contemplo tus hombros desnudos junto a mí. O tus manos buscando mi tibieza en las sombras. La vida es cuando me acerco a tu cuello, a tus caderas o a tus labios y logro escuchar suspiros y alientos estremecidos por mis caricias y por los besos que provienen de las honduras del alma. La vida es esa mirada que me ofreces y cuyas luces no alcanzo a explicar ni a comprender. La vida es tu voz con sus misterios cálidos, sus murmullos y su paz redonda, cautiva y generosa. La vida es tus gestos cuando medio dormida me preguntas qué hora es, o qué voy a hacer hoy, si afuera hace frío, o si me quedaré contigo para siempre.
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¿Dime qué océanos o tierras o lagunas, qué sombras y qué cruces; qué tundras devoradas por la nieve, qué volcanes, qué ruinas o muros, qué susurros, o lluvias, o sequías, qué miedos, qué murmullos, o rosas, centauros o locuras debo lanzar al aire para que veas que es cierto que te quiero?
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NOTA FINAL
Transmito esta nota antes de morir. Estuve anoche haciendo mis rituales de seducción bajo la lluvia y me atrapó de pronto un niño pecoso, quien ahora me ha clavado con alfileres a su mesa de disección. Él abrirá mi vientre para encontrar el origen de esa luz intermitente con la que busco pareja. Si me mata jamás sabrá lo que late y se ilumina dentro de mí, el amor
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