En su más reciente visita a Miami Fernando Villalona nos concedió esta memorable entrevista justo después de compartir su testimonio de vida en una iglesia de esta ciudad. El popular merenguero dominicano habló sobre sus inicios en el mundo de la música y de lo bien que se siente al poder compartir con otras personas las vivencias de sus cuarenta y cinco años de carrera artística.
“Las piernas me temblaban cuando cantaba en aquel concurso de canto en el que inicié mi carrera. Al terminar, una periodista me preguntó qué porqué movía así las piernas, a lo que respondí: ese es un estilo que yo tengo”, contó Villalona ante la risa y los aplausos del nutrido público que le acompañó y que también disfrutó de varias de sus canciones.
“No se rindan nunca, Pa’ lante siempre” fue la exhortación final del merenguero, luego de asegurar que haber quedado en quinto lugar en ese certamen, en el que participó a la edad de dieciséis años, le valió para que el público, que consideraba que tenía buena voz, lo apoyara incondicionalmente hasta esta etapa de su carrera.
Al concluir su presentación el cantante nos recibió tras bastidores, donde pudimos formularle algunas preguntas.
-Fernando te he visto predicar hoy en un escenario, ¿qué diferencia hay cuando subes a cantar como siempre lo has hecho y cuando le hablas al público sobre tus experiencias y tu relación con Dios?
-Ahora es que Dios me tiene encendió, como dicen. Hay una diferencia muy grande. Uno cuando está en la música secular tiene la tentación de muchas cosas. De borrachos, de adictos, de personas que tientan contra tu fidelidad. Aquí es totalmente lo contrario, aquí es solamente hacer entender y uno entender que solo Cristo es el verdadero camino que hay que seguir.
-De ese Fernando del que hablaste hoy cuando predicabas, que ganó un concurso de canto a los 16 años, a este Fernando de hoy, ¿Cuál es la lección más grande que has aprendido?
-Creo que la parte más fuerte fue haber caído en la oscuridad de las drogas. Dios me dio la oportunidad de poder hablar con mucha fuerza y propiedad sobre esa vida que viví. Y puedo decir que soy un testimonio en vida de que solo Dios me pudo sacar de esa oscuridad.
-Aún así, habiendo vivido esas experiencias difíciles, todo un pueblo te quiere ¿Cómo te sientes con ese cariño incondicional que te tiene tu público?
-Me siento privilegiado. Siento que tengo un deber enorme para sacar unos minutos diarios para leer algo de la biblia, pues cuando vienes a ver ya en una semana aprendes cosas que puedes compartir con los demás.
-¿Qué de esa vida, anterior a tu conversión, rescatarías?
-Pienso que he rescatado la mayoría de las cosas. Aunque yo me muevo por la fe y por la guía del Espíritu Santo, me gustaría rescatar también la lectura de la biblia para poder entender y poder ser entendido por el público lo mejor posible y servirle así mejor al Señor.
-Te voy a mencionar tres cosas para que me digas lo que te viene a la mente:
La música
Debo aclararte que no soy músico, pero hago música. Ha sido un privilegio que Dios me haya dado ese talento para entender algo tan divino. Ahora la estoy usando para lo que, quizás, debí haberla usado hace muchos años.
El Show del Medio Día, ese programa que le dio tanto impulso a tu carrera.
Me viene a la mente la pasión de las personas, que hasta rompían cristales. Extraño esa vida, pero entiendo que eso fue la juventud. Ahora las cosas son más tranquilas y con más detalles.
Extraño mucho a José Joaquín Pérez, a Max Cordero, al gran profesor Yaqui Núñez del Risco, a Sonia Silvestre y a esos grande hombres como Freddy Beras Gótico y Corporán de los Santos.
Si te digo Dios
Lo más grande, lo único que hay que dirige al hombre.
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