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Esta semana inició con un gran revuelo en Miami,  luego de que el artista local Máximo Caminero rompiera una vasija de la exhibición del artista chino Ai WeiWei (According to What?), que se lleva a cabo en el  Museo de Arte Pérez de Miami (PAMM).
Cuando me comentaron sobre el asunto no lo creí de inmediato y pasaon unos días para que fuera asimilando lo que había sucedido.

El Museo de Arte Pérez de Miami abrió en diciembre del año pasado y desde que lo visité quedé enamorada de su diseño, él de por sí es una obra de arte que nos pone como ciudad en el spotlight del mundo del arte. He ido muchas veces a ver las exposiciones, a tomar fotos o a llevar a personas que vienen de visita de otros países, las cuales han quedado  impresionadas por la belleza del edificio y el paisaje que lo rodea. Por esta razón me impactó tanto la noticia, porque es un lugar que los amantes del arte de esta ciudad apreciamos. Por otro lado, el impacto fue mayor pues admiro el trabajo de los dos artistas involucrados en este hecho.

Luego de pensar unos días sobre este tema y de ver las noticias, declaraciones, datos…me doy cuenta de que lo sucedido tiene 4 vertientes: la moral, la ética, la legal y la artística.

En cuanto a la moral y ética, todo el que me conoce sabrá lo qué pienso de lo sucedido. En cuanto a la parte legal, la justicia norteamericana se encargará de decidir el castigo o la absolución de Caminero.

En cuanto a la parte artística, que es en sí lo que a mi me interesa como amante del arte y la cultura, mi opinión es la siguiente:

En la mayoría de los casos no sabemos la intención que  mueve a un artista a desarollar una obra o performance, aún así puedo apreciar que en cierta medida Caminero a través de su acción,  da continiuidad a la obra de Ai WeiWei.

Que cómo así?

Pues:

WeiWei adquirió unas vasijas que datan de miles de años; unas vasijas que debieron ser património de la humanidad. Quién le puso precio a estas vasijas para vendérselas?

Luego, el artista chino las interviene con pintura industrial, arruinando las piezas históricas como protesta por la forma en que se maneja el arte contemporáneo. La tragedia en todo esto es que el artista no decide lo que pasa con el arte, es el mercado quién decide lo que pasa con su creación, sobre esto se revela Ai WeiWei.

La pieza que toma Caminero, que según el reporte policial está valorada en un millón de dólares, es en realidad una pieza similar a un lote de 9 vasijas neolíticas pintadas por el artista chino en 2007, que se vendieron todas juntas en Sotheby’s de Londres hace dos años por  US$156,325;  una cifra muy por debajo del precio que dice este informe. Entonces, de a cuerdo a qué se le da el valor de un millón a una sola vasija?

Este dato es para mi parte importante de este performance que nos ha brindado la realidad, pone sobre el tapete  lo especulativo del arte contemporáneo, un tema que debe ser abordado con mucha más profundidad por los artistas y conocedores del arte.

Máximo Caminero al protestar por los artistas de Miami y por la misma incapacidad de Ai WeiWei de exponer fuera de su patria, hace reverencia al discurso de WeiWei, finalizando el proceso en un acto de liberación.

Qué si fue la mejor forma o no?

Pues yo tengo mi opinión al respecto y de seguro cada lector tiene la suya. Lo que espero sinceramente es que este acontecimiento que será juzgado por los estamentos correspondientes en su parte legal, se eleve en el discurso artístico del hecho y se realicen conversatorios sobre el mismo y sobre el arte producido en nuestra ciudad, en los que se puedan llegar a conclusiones que aporten a la comunidad artística de Miami.

Espero que la publicidad que se ha hecho al Museo de Arte Pérez en estos días, por un hecho que no ha sido nada halagüeño para ellos como institución, atraiga a muchos visitantes que den apoyo a esta hermosa casa de arte que  nos engalana con su imponente diseño a orillas del mar.