Si muero, / dejad el balcón abierto. // El niño come naranjas. / (Desde mi balcón lo veo.) // El segador siega el trigo. / (Desde mi balcón lo siento.) / ¡Si muero, / dejad el balcón abierto! F.G.Lorca.

El trágico asesinato del gran poeta Federico García Lorca a manos de un batallón de fusilamiento en tiempos de la guerra civil española, aún le duele a las letras universales.

Esta muerte violenta y el hecho de que la tumba que se creía contenía los restos del poeta granadino, nunca existió según excavaciones que se realizaron hace pocos años, han llenado de un aura de misterio la vida, la obra y la muerte de Lorca.

En 2011 al cumplirse los  75 del fusilamiento del poeta,  el historiador Miguel Caballero Pérez publicó el libro, Las trece últimas horas en la vida de García Lorca (La esfera de los libros), en el que el autor  arrojando una nueva luz tanto a las motivaciones que llevaron a la detención y muerte del poeta como a la propuesta de una nueva localización de su lugar de ejecución y enterramiento, curiosamente, no muy lejos de donde se excavó sin resultados. El lugar es el llamado Peñón Colorado, concretamente frente a un cortijo que aún existe llamado Gazpacho.

Esta localización no es un dato nuevo, pues el periodista granadino Eduardo Molina Fajardo en su libro Los últimos días de Federico García Lorca, publicado póstumamente en 1982, apuntaba a ese lugar.

Caballero  asegura que esta localización no fue tomada en cuenta, ya que la izquierda española adoptó a García Lorca como uno de su grandes mitos durante la transición y el estudio de Molina Fajardo, hombre del régimen franquista, no fue considerado.

Caballero utiliza como base el estudio de Molina Fajardo, y trata de comprobar todos los datos que aparecen en aquel ensayo en colaboración con el  arqueólogo Javier Navarro Chueca, especialistas en localización de fosas.

Si bien es cierto que los restos del poeta siguen sin aparecer, más importante es el hecho de que su poesía seguirá viva a través del tiempo por su calidad y belleza.
 
 

• 1936. Federico García Lorca llega a Granada el 14 de julio con 38 años de edad, huyendo de la tensión política de Madrid, luego del triunfo de la sublevación franquista. El poeta se refugia en casa de su amigo Luis Rosales, hermano de dos destacados falangistas.

  La tarde del 16 de agosto es detenido por Ramón Ruiz Alonso, un exdiputado derechista. Los intentos de los Rosales y de Manuel de Falla por salvar al escritor no dan resultados. En la madrugada del 18 de agosto, o del 19, según las fuentes, es fusilado junto a otros cuatro detenidos. Los documentos oficiales dicen que Lorca falleció “debido a heridas producidas por hecho de guerra”.

Polémica en torno a la fosa de García Lorca.

• 1940. El juzgado de Granada extiende el certificado de defunción  el 21 de abril
• 1955. Manuel Castilla, un Comunista, encargado de enterrar a los fusilados, señala al historiador estadounidense Agustín Penón que  Lorca fue enterrado en un paraje de Alfacar.
• 1966. Castilla indica el mismo lugar a Ian Gibson, biógrafo de Lorca. Diez años más tarde, ambos repiten la visita.
• 2007. El 27 de diciembre entra en vigor la Ley de la Memoria Histórica. Su nombre oficial es Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura.
• 2008. El 16 de octubre, el juez Baltasar Garzón ordena la exhumación de 19 fosas, entre otras aquella en la que se suponía que estaba Lorca. La familia del poeta,  la familia del poeta que se niega a la exhumación dice que se reservará el derecho a identificar los restos, si estos aparecen.
• 2009. El 22 de septiembre comienzan los trabajos en Alfacar. Tras mes y medio de excavaciones, los arqueólogos dictaminan que en los 276 metros cuadrados “nunca se realizaron enterramientos, ni han existido restos óseos humanos”.
• 2012. Una jueza de Granada cierra la vía penal de cara a una posible nueva apertura de la fosa de Alfacar, al archivar la investigación penal abierta por un posible delito de detención ilegal. Queda abierta la vía administrativa.