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Una mujer cubana desesperada por llegar a Estados Unidos y un primo escritor apasionado por la investigación, que es requerido por esta prima con el objetivo de buscar sus antepasados españoles mediante papeles que la ayuden a llegar a Miami desde Europa, son la génesis de un inesperado hallazgo que motivan a William Navarrete a escribir su más reciente novela, Deja que se muera España.

¿El resultado para la prima?

Llega a Estados Unidos, pero por otra vía, ya que el escritor cubano, radicado en Francia, se sumerge tanto en su investigación que olvida, por completo, el motivo que lo llevó a iniciar esta búsqueda de documentos, que le revelan parte de su historia familiar.

¿Había dicho que el primo es el propio William Navarrete?

“A los escritores no se les puede confiar nada, porque nos vamos del aire y se nos olvida que nos están esperando en la esquina, lo dejamos a ustedes parados ahí y pasamos a otra historia”, aseguró el escritor, que quedó maravillado con la historia de su tatarabuela Vidalina que, en 1870, es sentenciada al destierro por conspiración contra España. La traición consistió en haber dado alimentos a su hermano que se había convertido en Mambí y la condena era tan cruel que, aunque ella podía elegir a dónde ir, debía pagar el viaje. Muchos de los deportados de esa época eligieron ir a isla de Pinos por su cercanía a la isla de Cuba, entre ellos José Martí.

Pero sigamos hablando de esta mujer de 19 años, que trató varias veces que le permitieran volver a Cuba y que termina procreando un hijo con Ramón, un soldado español. De esta relación se desprenden varias preguntas, entre ellas: ¿A qué se entregó y porqué se entregó esta mujer? ¿Sería por amor o porque era la única forma de resolver la difícil situación por la que atravesaba?

Por eso, Navarrete dedica este libro “a todas las mujeres anónimas que han escrito la historia y en particular a Vidalina y a todas las que, como ella, quedaron la página en blanco de los libros y de los manuales”.

Entre las preguntas que surgieron en la presentación de  Deja que se muera España en Books & Books de Miami, cabe resaltar estas:

P. ¿Porqué el nombre del libro?

Hay dos razones:

WN. La primera es que, en el siglo IX, Ramón, uno de los personajes, que es militar, está muy desencantado, como muchos otros militares. Yo me leí los libros oficiales de la guerra de Cuba que contenían las descripciones de los militares españoles, las cartas, etc. Son unos volúmenes impresionantes publicados por el gobierno español.

La conclusión a la que llegué es que estos españoles estaban, todos, muy descontento pues eran carne de cañón y no iban a la guerra porque les gustara, sino porque les pagaban y esa ha sido siempre la razón de los mercenarios. Ellos no iban por ningún tipo de ideología, iban porque le pagaban y el pago no llegaba. Y peor aún, se quejan de que no tienen la ración de cigarros, la ración de vino. A los españoles les hace falta el vino, a diferencia de los criollos cubanos.

Todo eso está en las cartas de ellos y yo he puesto en la novela a Ramón, que es uno de los personajes principales, a compartir con un amigo varias expediciones y diferentes combates. En un momento ellos tienen un intercambio filosófico y se ponen a hablar de la guerra, de la realidad de España, de la realidad de ellos y de esta colonia perdida. Dense cuenta que mientras los españoles luchaban para no perder Cuba, la situación en España era de una inestabilidad extraordinaria. España había salido de tres guerras Carlistas y había acabado un golpe de estado con la gloriosa española y el general Prim. allí había un dislocamiento total, o sea que España que estaba dislocada en la península, estaba luchando por conservar una colonia y apenas podía conservar la unidad de la península. En el fuero de la conversación de estos militares, hay uno que le dice al otro “Deja que se muera España, si en definitiva, ¿qué más nos da?”

La segunda razón, por la que la novela se llama así, es porque ya en el siglo XXI hay un catalán ricachón, que tiene sus cuentas en Andorra y que se ha empatado con una jinetera cubana que se lleva a Barcelona. Él compra una casa en Varadero y allí conoce a Elba, una parienta de la anciana dueña de la casa. Ese personaje que está inspirado en la prima que me encomendó averiguar sobre nuestros e ancestros, está haciendo una investigación genealógica, para sacar su pasaporte. El catalán le dice de forma despectiva “¿Para qué tú estás haciendo eso, si de todas formas España se va a la hostia?, total, si ese país está desmembrándose, como siempre fue, ese país nunca tuvo una unidad. Deja que se muera España y verás de lo poco que te va a servir ese pasaporte”. Esa es la segunda forma en que otro personaje pronuncia esa frase.

P. ¿Cómo está estructurada la novela?

WN. La novela es bastante compleja y se mueve en varios planos. Tiene diez partes y cada parte tiene siete partes. Yo no creo en numerología, pero me gusta el número siete.

Con esta novela  el escritor ha decidido poner fin a la trilogía de novelas que han abordado el tema cubano, aunque asegura que es muy difícil que Cuba no le salga al encuentro en todo lo que escribe.

“Termino mi historia cubana, pues las tres novelas que he escrito han tenido un mismo origen, que es Holguín, un lugar con el que he estado obsesionado, pues es como si fuera el origen de Cuba, puesto que por ahí llegó Cristóbal Colón. Con esta novela cierro una especie de trilogía de novelas cubanas”.

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Sobre el autor

William Navarrete (Cuba, 1968). Reside entre París y Niza desde hace más de veinte años. Cursó estudios de Historia del Arte en la Universidad de La Habana, y de Civilización Hispanoamericana en la Universidad de La Sorbona París IV. Ha trabajado como periodista, conferencista, curador de arte y traductor. Ha publicado unos quince libros de ensayo, poesía y narrativa, dirigido varias antologías y colecciones de literatura, y obtenido diversos premios y reconocimientos por su obra. En 2015 obtuvo la beca de creación del Centro Nacional del Libro en Francia. En francés ha escrito dos volúmenes sobre la música cubana, un libro de cuentos y varios ensayos literarios, así como diccionarios de hechos y personajes insólitos de Cuba y la Florida. Su primer libro de poesía, Edad de miedo al frío, recibió el premio Eugenio Florit del Centro Cultural Panamericano de Nueva York. El último, Animal en vilo, fue publicado en México por la Universidad Autónoma de Nuevo León (Monterrey, 2016). Sus dos primeras novelas, La gema de Cubagua (Madrid, 2011) y Fugas (Tusquets, 2014) fueron incluidas en el catálogo de La Cosmopolite, dirigida por la editorial francesa Stock. Deja que se muera España es su tercera novela.