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©Por Glenda Galán

El bizcocho dominicano, con su suavidad y su sabroso suspiro, ha ido ganando espacio en el gusto de los hispanos del sur de la Florida a la hora de celebrar bodas, cumpleaños, baby showers, bautizos, despedidas de solteras y toda fiesta que amerite la degustación de un postre exquisito.

En nuestro recorrido gastronómico hemos visitado a varios reposteros que se dedican a la elaboración de bizcochos dominicanos en nuestra ciudad, con el objetivo de conocer un poco más sobre el dulce oficio y los secretitos de estos artistas del azúcar cuando realizan sus sabrosas y hermosas creaciones.

Cary Rodríguez es una dominicana que se ha dedicado por más de  quince años a la elaboración de bizcochos dominicanos. Sus creaciones son procuradas por personas de diversas nacionalidades, quienes han encontrado en los “cakes dominicanos” una exquisita manera de celebrar sus ocaciones especiales.

Luego de treinta años de vivir en Miami, esta emprendedora mujer, que inició su negocio de repostería en su hogar, ha decidido abrir una tienda en Hialeah Gardens, una iniciativa que ha contado con el respaldo de su clientela.

•¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la repostería?

C: Empecé por hobby, para entretenerme. Yo sabía hacer la masa del cake dominicano pero no sabía decorar, entonces, me puse a leer libros para aprender. Al principio le hacía los bizcochos a mi familia y a mis amigos,  así se empezó a corer la voz. En ese entonces hice un curso de repostería y seguí trabajando desde la casa. Llegó un punto en el que tuve que sacar el negocio de mi hogar, porque la clientela había crecido mucho. Por eso decidimos abrir este local.

•¿Desde cuando está abierto este local?

En este mes de agosto cumplimos un año.

•¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar la repostería fuera de tu casa?

La experiencia, en general, ha sido buena. En un principio tuve que acoplarme porque era un negocio más grande, pero como venía con mi carta de clientes, eso facilitó todo.

•¿La mayoría de tus clientes son dominicanos?

Tengo muchos clientes dominicanos, pero te puedo decir que, también, hispanos en general. Mis clientes son, por ejemplo, puertoriqueños, colombianos, nicaragüences, cubanos, a todos los latinos les encanta el cake dominicano. Los nicaragüenses dicen que el bizcocho dominicano se parece al de ellos.

•¿Qué consideras que tiene de especial el bizcocho dominicano?

C:El éxito que tiene el bizcocho dominicano en Estados Unidos es que lo preparamos nosotros para cada persona, o sea que no es una mezcla que viene hecha. Nosotros utilizamos mantequilla, no margarina y  la vainilla, traída de República Dominicana, le da el toque especial.

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•¿Cuáles experiencias han sido importantes para ti en estos años dedicada a la repostería?

C:Lo más interesante son los diferentes pedidos de cada persona. Es un trabajo donde se elabora un bizcocho para cada cliente, a veces mandan a hacer modelos extraños o indiscretos, como dice mi esposo.

Entre risas Cari nos comenta que sus clientes la han seguido durante muchos años que se se siente afortunada por eso.

C: Tengo clientes a los que les he celebrado el baby shower, luego el bautizo, y ya esos niños van por diez años y cada año le hago su bizcocho. A veces me siento como los pediatras, porque los veo crecer.

•¿Qué es lo que más te agrada de la comunidad dominicana en el sur de la Florida y qué crees que podemos tomar en cuenta para mejorar?

C:El dominicano tiene algo especial y es que mantiene su forma de actuar muy parecida a como es en Santo Domingo. Por ejemplo con lo de la juntadera, cuando un dominicano hace una fiesta quiere que el bizcocho resalte, como lo hacemos allá. Creo que lo que nos falta como comunidad es unirnos más, porque veo que hay otras comunidades aquí que están más unidas que la nuestra.

Tras estudiar ingeniería industrial en la PUCMM de Santiago y de convertirse en la única mujer graduada en su promoción, en esta carrera, Cary nunca imaginó que se dedicaría a la repostería.

C:Eramos veintidós en la promoción de 1985 y yo fui la única mujer. Mi esposo vino a Miami a realizar su maestría con el plan de volver al país, pero los hijos fuerno naciendo y fue pasando el tiempo. Ya tenemos 30 años en esta bella ciudad.

•¿Cómo ves nuestro país ahora a diferencia de cuando lo dejaste hace 30 años?

C:Creo que va avanzando. Yo soy de la Romana y ese pueblo y Santo Domingo no son nada parecidos a lo que eran 30 años atrás. Los centros comerciales de la capital, por ejemplo, no tienen nada que envidiarle a los malls de aquí. Uno a veces no se entera mucho de las cosas que van pasando allá, pero cuando voy veo que el país ha ido avanzando.

•¿Cómo ha cambiado tu vida desde que dejaste de trabajar desde la casa hasta este momento en el que tienes este negocio?

C: Mi vida no ha cambiado mucho, porque trabajaba mucho en la casa. El cambio es que ahora permanezco mucho tiempo aquí. He tenido que abandoner un poquito las labores del hogar, pero no me afecta mucho porque ya mis hijos están grandes.

•¿Qué edad tienen tus hijos?

C: 28 y 20 años. El mayor está graduado de la universidad y está casado. Al pequeño le faltan solo dos años de universidad.

•¿Recuerdas qué bizcocho pedían ellos cuando niños?

Claro. Cuando mis hijos eran pequeños ellos elegían sus propios modelos y me daban instrucciones de cómo hacerlos, a veces elegían hasta dos motivos al mismo tiempo. Al grande le gustaban las Tortugas Ninjas y al pequeño Pokemón.

Cuando uno viene a este país piensa que por ser más desarrollado uno encontrará todos los detalles que acostumbramos a utilizar en nuestras celebraciones, pero no es así. Esa es una de las razones por las que yo empecé a hacer los bizcochos para los cumpleaños de mis hijos.

•¿Y en estos días cuáles son los motivos que más te piden?

Para las bodas siempre está de moda el blanco y el crema, aunque las flores no están tan de moda como antes, pero sí las rosetas, que es el trabajo en suspiro como si fueran rosas. Los jóvenes piden los emojis, que son las caritas con expresiones. Los pequeños están pidiendo mucho los Shopkins y para los hombres piden botellas de sus bebidas favoritas.

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•¿Qué es lo más complicado a la hora de preparar un bizcocho?

C: La masa, como dicen, es “pan comido”, porque ya una está acostumbrada a hacerla, pero la decoración a veces es muy complicada. Lo que puedo decirte en cuanto a la masa, es que no importa que le enseñes a otra persona cómo hacerla, cada repostero le da su toque especial, aunque usen los mismos ingredientes, nunca queda igual.

El suspiro, como nosotros le decimos al merengue, debe estar en su punto, o sea, ni muy flojo, ni muy duro, para que quede bien. Aquí también trabajamos el fondant para ciertos tipos de decoraciones que lo ameritan, o porque el cliente lo pide.

•¿De los bizcochos que has elaborado recuerdas alguno en específico que te haya dado mucho trabajo por su peso, o decoración?

C: Aquí no se usan mucho los cakes tan grandes como en Santo Domingo, pero da la casualidad que el bizcocho más grande fue el primero que hice para un cliente. Era un bizcocho de cinco pisos para una boda  y mi prima y yo nos metimos en el lío, como decimos los dominicanos, pero salimos bien del reto.

• ¿Cuál ha sido la experiencia más interesante que has vivido en el mundo de la repostería?

C: El reto más importante que he tenido, en mi carrera de repostera, ha sido hacer el cake de bodas de mi hijo mayor, en Chicago. Este proyecto fue todo un aparataje, pues allá compré una máquina para poder hacer el bizcocho, que luego les dejé como regalo de bodas y tuve que mandar las flores y los moldes por UPS.

Cary se emociona al recordar esta experiencia y entre lágrimas nos habla de los nervios que tenía en esos días de arduo trabajo, un esfuerzo que solo una madre es capaz de hacer en espera de una sonrisa como recompensa.

C: Mientras todos se divertían esperando la boda, yo pasé dos días en un basement (sótano) preparando ese bizcocho espectacular, porque mi hijo tenía la ilusión de que fuera yo que lo hiciera. Ellos querían varios sabores de cake, por eso hice a parte otro cake de zanahorias y otro de red velvet. Si te soy sincera, eso solo lo haría por mi otro hijo, por más nadie. Aquellos nervios que sentía mezclados con alegría y la expectativa de los invitados de que la mamá del novio estaba hacienda el cake y yo preocupada de que, después de hecho, no se fuera a dañar al transportarlo, no fueron nada fáciles.

•¿Cómo te sentiste cuando viste ese bizcocho ya realizado?

La satisfacción más grande fue ver la cara de alegría de mi nuera, cuando dijo “WAO!”

A ella le encantó.

•¿Qué has aprendido en este tiempo en la parte humana y en la parte profesional?

C: En la parte humana este negocio me ha ayudado a tratar de entender más a las personas. A veces vienen clientes que quieren hacer más de lo que pueden y yo siempre les trato de buscar la vuelta  para que se marchen contentos. Yo soy un poco sentimental y siempre quiero que el cliente se sienta bien.

Por el lado profesional es mucho lo que hemos aprendido sobre la marcha. Mi esposo vio hace unos días una foto de uno de mis primeros bizcochos y me dice “bota esa foto, que eso está terrible”. Ahí es que me doy cuenta de cuánto hemos progresado.

cary5•¿Qué podemos encontrar en Cakes by Cary, a parte de los bizcochos?

C: Actualmente ofrecemos los bizcochos rellenos de guayaba, dulce de leche, crema pastelera, piña, coco. Además de los cup cakes, los pop cakes y las galletitas.

•¿Cuantos empleados tiene la repostería actualmente?

Somos cuatro empleados y yo.

•¿Qué planes tienes para tu negocio?

Dejar un poco la producción y trabajar menos horas, a veces he durado casi 20 horas aquí.

•O sea que el fuerte tuyo es aún seguir elaborando los bizcochos.

C:Sí, en principio pensábamos que yo atendiera más a los clientes, pero por el momento, tengo un empleado que se encarga de tomar los pedidos y hacer las entregas, porque aún no puedo dejar la producción sola.

•¿Que es lo que más te gusta de trabajar con el público que viene a tu repostería?

C:Lo que más me gusta es que he aprendido a tratar con diferentes personas, me gusta mucho la satisfacción que siento cuando a las personas les gusta el trabajo que hacemos. Yo no empecé a hacer esto por dinero, y todavía hoy, lo más importante para mí es sentir la satisfacción de que los bizcochos queden como las personas lo esperaban Eso me llena de orgullo y me da alegría. Me encanta cuando los clientes me mandan mensajitos de agradecimiento.

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