ave

Antonio Machado

Y nunca más la tierra de ceniza

he de volver a ver, que el Duero abraza.

¡Oh loma de Santana, ancha y maciza;

placeta del Mirón; desierta plaza

con el sol de la tarde en mis balcones,

nunca os veré! No me pidáis presencia;

las almas huyen para dar canciones:

alma es distancia y horizonte: ausencia.

 

Mas quien escuche el agria melodía

con que divierto el corazón viajero

por estos campos de la tierra mía,

ya sabe manantial, cauce y reguero

del agua clara de mi huerta umbría.

No todas vais al mar aguas del Duero.